¿Cuál es tu pasado?

Cap 43

Izuku estaba sentado en el piso recostado en la pared, con una pierna completamente en el piso y la otra no, solo ve su pequeña celda que es su nuevo hogar. Algo oscura por la falta de iluminación, pero nada que este chico no pueda acostumbrarse, lo único diferente de la correccional y la cárcel son los presos, porque realmente se ven iguales para la vista del chico. Se ve relajado, él siempre se ve bastante relajado, aunque claro, hablamos de un vigilante después de todo.

Bostezaba con despreocupación, le han hecho tantos interrogatorios que hasta sueño le dio, sin embargo algo le quitó ese estado soñoliento y abrió sus ojos por la sorpresa — ¡Ruby! —

—La misma— dijo con una sonrisa.

— ¡Espera! ¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabes que estoy aquí? —

—Bueno, si tu plan era que yo no lo sepa, entregarte directamente con mi papá no fue una buena idea ¿No crees? —

— ¡Ese… Me engañó, dijo que no diría nada—

Ella solo suspiró y se acercó lo máximo que las barras de metales le permitía —te entregaste por mí ¿Verdad? Lo mismo que te aferraba a vivir cerca de la U.A, es lo mismo que te tiene aquí, soy yo ¿Cierto? — Este solo se quedó callado —vengo hablar Izuku, por favor no te quedes en silencio—

Este se acomodó más en la pared —por ti y por mí— contestó el chico —no quería darte más problemas y yo necesitaba pagar mis pecados—

Ella sonrió levemente y dejó caer su cabeza en las barras del metal —pensé lo mismo cuando escuché la notica, eso quiere decir que volvimos a conectarnos, me pone feliz, pero también estoy triste al mismo tiempo— sonrió amargamente —Izuku lo siento, cuando escuché sobre ti exploté y grité frente a toda la clase lo que hizo Bakugo. Bueno, ahora nadie le habla desde que se descubrió la verdad—

—No te preocupes, si eres tú está bien—

— ¿Cuánto tiempo te dieron? —

—Cinco años, dos en la correccional y tres en la cárcel—

—Te esperaré entonces—

—No, no quiero que me esperes, tienes que hacer tu vida, ser una heroína, enfocarte en ti y conocer a alguien mejor. Hice esto para no ser tu atadura, esto se supone que es el fin entre los dos—

—No quiero eso, no me gusta la idea que de nuevo estés solo. Puedo estar aquí una hora todos los días, prometo no faltar ningún día, esta celda será ahora nuestro lugar para tener citas. Te contaré historias, te traeré regalos, planeáramos nuestro futuro para cuando salgas de la cárcel—

—Esto no funcionará Ruby, solo vive tu vida y no te compliques por mí—

—Entonces estas siendo hipócrita, dices que quieres que viva mi vida ¿Pero qué pasa si deseo que estés en ella? Quiero ser tu heroína, me odiaría si te dejo solo, sería infeliz si hago lo que pides. Por eso no te escucho ¿Quieres que sea feliz? Entonces lo seré para que también lo seas, por eso me quedaré contigo y te esperaré—

— ¿Por qué te esfuerzas tanto? Solo déjalo ir—

— ¡Porque te amo idiota! — Gritó entre lágrimas —así que ya deja decir que me quieres lejos de ti, me duele cada vez que insiste en eso—

— ¡Oye! ¡Espera! ¡No llores! — Ver a la chica haciendo tal acto es muy duro de ver, quiere verla feliz y justamente ahora es todo lo contrario.

— ¡Entonces deja de ser tan tonto y ven y bésame! —

— ¡Dios! Olvidaba lo terca que eres—

Al final las palabras de la chica fueron ordenes para este problemático chico con rigurosa vida. Bueno, solo queda eso después de todo, intentarlo y darlo todo. Los días pasaban, Ruby mantenía su promesa de ir todos los días para aprovechar cada minuto de la hora que ella podía verlo por día. Al final todo se siente igual, no es el lugar, es la persona, es algo que los dos acaban de aprender con esta dificultar, varios meses después.

Ya Ruby empezaba su segundo año en la U.A

 

¿El voto o el plomo?