Cap 12.

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Desde la vez que Kate me llamo ayer por la tarde, no he visto ni hablado con Miles.

Y es que tuve una larga plática con ella. Llegó a la conclusión de que Miles era un acosador.

Yo no creía eso. Para nada.

Pero, cabía la posibilidad. Porque si no, ¿Qué hacían esas fotos en su habitación?

Kate me recomendó alejarme de él. Obviamente no lo haría. Pero ahora estaba amenazada.

—Mira, haremos esto, averiguaré que pasa con esas fotos, le preguntaré, y si me da una respuesta válida, y es verdadera, podrás seguir con él—termina la última cucharada de su cereal, mirándome.

—Okey...—acepte, sin dejar de jugar con la cuchara en el plato aún lleno de cereal

Nadie más hablo, la señora Grose había salido hace unos minutos, y Flora estaba dormida todavía.

—Buenos días—aquella linda voz se hace presente en la cocina. 

—Buenos dias, Miles—Kate lo saluda.

No lo mire, no me atreví, Kate me tenía amenazada, y me lo había recordado con su mirada justo en el momento en que oí la voz de Miles, la cual me hizo levantar la vista inmediatamente, pero me contuve.

Miles se sentó a mi lado, acercando a su plato la leche y el cereal.

Solo me levanté, con el plato lleno en mis manos.

—¿Ya terminaste?—Miles frunce el ceño, confundido.

—Ya.

—Pero...no has comido nada.

—No tengo ambre...—deje el plato en el lavabo y salí de la cocina.

...

La canción se repetía una y otra vez, se escuchaba por toda la habitación, pero por mis oídos no entraba ni un sonido; dentro de mi cabeza por ahora solo cabían mis pensamientos, y estos tenían dueño: Miles.

Pero no solo Miles, también las fotos.

Algo me causaba temor, no sabía si era Miles, las fotos o mi hermana.

¿Miles llegaría hacer algo así? ¿Hacérmelo a mi?

¿Y si...? ¿Y si ya lo hizo?

No.

¿Por qué lo haría? ¿Para qué?

¿Quién era esa mujer? ¿Por qué había dejado que esas fotos sean tomadas? ¿Era conciente?

¿Kate es capaz de regresarme a casa solo por que piensa que Miles es un acosador?

La canción dejo de sonar. No supe cuando. Pero pude darme cuenta.

—¿Estás bien?

Lo escuché, detrás de mi.

Me levanté del sillón de la esquina —que miraba hacia la pared—, y me gire a verlo.

—Si.

Miles solo asintió, parecía nervioso o algo así.

—¿Segura? Porque...no has bajado en todo el día.

—Estoy bien, Miles—me di cuenta de que había sido algo fría, y el solo se preocupaba por mi.

Asintió, penoso.

No dijo nada más, ni yo. Nuestras miradas cruzaron.

Sus ojos...

—¿Necesitabas algo?—reaccione.

—Solo saber si estabas bien.

—Bueno, pues ya lo sabes—no pude evitar el sonar seca de nuevo.

Parecía sorprendido, pero también nervioso y tímido.

—Okey, entonces...ya me voy—desvió su mirada, con sus manos en los bolsillos, subiendo y bajando sobre sus talones.

Solamente asentí, y pude ver una pequeña sonrisa en sus labios antes de darse vuelta y salir.










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Te ves sexi hasta cuando duermes. -Miles Fairchild y tu. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora