Capítulo 9: Final

484 56 57
                                    


Mario, Sandra y los demás observaban en silencio como él se dirigía a la casa con determinación.

Solo volteó una vez en su dirección y pudieron apreciar el rojo brillante que había envuelto a sus ojos.

Cuando Armando puso un pie en la casa, percibió la fuerte energía de David con esa nueva sensibilidad sobrenatural que venía incluida.

—Dije que la batalla debía hacerse justa, no que tenías que hacer aún más trampa— Dijo con coraje hacía la nada. Podía sentirlo aquí, pero no podía verlo en lo absoluto, también estaba su amigo, el que quedaba vivo.

—Armando, Armando, Armando, en verdad me has sorprendido...

—Pues yo no estoy sorprendido, te dije que sí yo tuviera tu poder, podría acabar fácilmente contigo. No me escuchaste...

—Puede que no, pero al menos hice que mataras a tu novia...—Eso encendió un botón peligroso en Armando y soltó un bufido por el coraje.

—Y al menos yo hago que ni siquiera tengas el valor de plantarme la cara. Sigues siendo un cobarde...— David apareció de las sombras, al pie de la escalera con una cara de furia sorprendente.

—Esos poderes que dices tener, yo te los di así que yo te los puedo quitar— Levantó su brazo, pero no sucedió absolutamente nada.

—Yo lo controlo ahora, no tú...— Sonreí con burla y se hizo hacía adelante con la intención de atacarme, pero lo detuvo tomando sus brazos y doblándoselos hacía atrás de la espalda— Te juro que te haré pagar por su muerte, desearás nunca haber hecho ningún pacto con nadie.

—Hablando del pacto, tú no podrás hacerme ningún daño. Solo la promesa a cambio de mi vida puede matarme.

—No estés tan seguro de eso —Susurré con advertencia y dejé salir una risa de burla.

Aquel hombre que había sentido antes y que había sido tan causante de toda esta masacre como David, apareció por la puerta de la sala y sonreí con gusto mientras soltaba a David con brusquedad y caminaba hasta él.

Me apuntó con un arma y dio tres disparos en mi cuerpo, pero yo no sentí absolutamente nada. Se puso pálido y cuando lo tuve delante de mí sólo tuve que estirar el brazo hacía el frente con algo de fuerza para traspasar su piel y sus huesos de la caja torácica.

—Esto es por Freddy y Aura María...— Le susurré con cuidado antes de enroscar mi mano en su corazón y sacarlo de tajo.

Cayó muerto y me volteé con una sonrisa hacía David, que sólo me miraba con expresión seria.

—Tienes la maldad del demonio dentro de ti, pero por alguna razón has conseguido manipularla a tu antojo...— Dijo despacio y mirándome de arriba a abajo. Le lancé el corazón de su amigo a la cara y se puso rojo de la furia y la sangre que lo manchó.

Di un par de pasos al frente y en un movimiento rápido lo tome del cuello y lo azote en la pared.

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>

Mariana corrió a la casa en cuanto escuchó los disparos y llegó justo a tiempo para ver como Armando parecía incluso más fuerte que David. En ese momento ella supo que debían sacarle a esa cosa de adentro aunque claro, ella primero debía romper el sello del pacto que estaba impreso en la mortalidad de David.

SUSPIROS A MEDIA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora