LA PROMESA Adaptación Vondy

capitulo 19

Era una sensación deliciosa, casi como volar, y, aparte de ellos la carretera estaba vacía. Se acostumbrado ya a dar un paseo en coche casi todos los domingos. Peter la pasaba a buscar a las once y la llevaba hacia el sur, tan lejos como querían.

Aquel día se habían detenido cerca de santa cruz, en un pequeño restaurante decorado a la manera de una posada francesa.
Peter ere un hombre considerablemente refinado, y está era una de las cualidades que más agradaban a dulce.

Toda la mitad inferior de su cara había sido terminada, y sólo el área alrededor de sus ojos estaba cubierta por vendajes; las gafas oscuras la cubrían casi del todo.
Incluso especulaba con su nueva vos. Le agradaba la nueva persona en que se estaba convirtiendo.

- ¿sabes, peter?, he pensado en cambiarme el nombre
- Eso no me sorprende. Eres una muchacha completamente nueva, dulce. ¿por qué no podrías usar un nuevo nombre? ¿Tienes alguno en mente? ¿quien es mi nueva amiga? ¿Como se llama?
- todavía no estoy segura. He pensado miranda saviñon; ¿a ti que te parece?
- No está mal... en realidad, me gusta. Me gusta mucho. ¿De donde lo sacaste?
- Es el apellido de soltera de mi madre y el nombre de mi monja favorita.
- caramba, si que es una continuación exótica.-

Ambos rieron y dulce se reclino en la silla, con una pequeña y satisfecha sonrisa. Miranda saviñon le gustaba mucho
- ¿cuando piensas cambiartelo?
- no lo se. Aun no lo he decidido.
- ¿por qué no empiezas a usarlo ya? ¿sabes?, podrías usarlo como nombre profesional. En serio, dulce, ¿por qué no pruebas?
- ¿probar que? ¿firmar con el nombre de miranda saviñon las fotografías que te regalo?

Peter y alma eran los únicos que veían sus obras.

- podrías ampliar un poco más tus horizontes.
- No comencemos con todo eso de nuevo.
- Estoy dispuesto a seguir insistiendo hasta que te pongas a pensar seriamente sobre el tema, dulce no puedes tratar de pasar inadvertida eternamente. Tu eres una artista, tanto si trabajas sobre una tela como si lo haces sobre fotografías. Tienes que hacer una exposición.
- No, ya he tenido todas la exposiciones que quería.
- ¡magnífico! Lo que significa que yo me esfuerzo en reconstruirte de nuevo para que tu puedas ir a esconderte en tu departamento por el resto de tu vida, tomando fotografías para mi...
- ¿y es un destino tan terrible?
- no para mi, pero si lo sería para ti. No seas mezquina con tu talento. No lo escondas. Tienes que darte al menos una oportunidad.

La posibilidad de ocultarce bajo un nuevo nombre era realmente interesante. Quizás aquello marcaba la diferencia. Sin embargo, algo la paralizaba ante la sola idea de transformarce de nuevo en una artista profesional. La hacia sentirse vulnerable. La hacia... pensar en christopher.

- lo pensaré- dijo era la respuesta más positiva y Peter se sintió satisfecho.
- trata de hacerlo..., miranda
- resulta gracioso tener un nuevo nombre.
- ¿por qué? Ya tienes una nueva cara. ¿eso también te resulta gracioso?
- no; realmente no. Ya no, gracias a alma y a ti ya me he acostumbrado.

- ¿debo comenzar a llamarte miranda?
- en realidad... si. creo que voy a probarlo a ver si me adapto.
- perfecto miranda. Y si me equivoco, puedes darme un pisotón.
- No hay problema. Simplemente te daré un golpe con la cámara.

- ¿cansada? ¿Lista para volver?
- por mucho que me cueste admitirlo, así es- asintió dulce y le tomo la mano
- dentro de un año a partir de hoy, miranda, podrás vencer en cualquier carrera.
- te lo aceptare como un desafío.
- me temo que ganarás fácilmente. Tienes una gran ventaja de tu parte.
-¿cuál es?
- la juventud
- tu también eres joven- dijo ella enserio, y Peter río alegremente.
- ojalá siempre me mires con unos ojos tan amables, querida mía.

A pesar de lo mucho que disfrutara cada uno de ellos de la presencia del otro, y de lo muy allegados que podrían llegar a sentirse, no podrían pasar por alto los veintidós años que lo separaban. Sin embargo, dulce descubrió que no le preocupaba; por el contrario, le agradaba.