capitulo 28

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Francisco la beso tiernamente en los labios y la suave música volvió a sonar. Alexandra había contratado un trío para que cantara en su boda, que tuvo lugar en su departamento de nueva York. Había aproximadamente setenta invitados, y el enorme comedor había sido despejado para convertirlo en salón de baile; el bufé había sido servido en la biblioteca.

Alexandra estaba completamente recuperada de su pequeño percance en San Francisco. Christopher la beso en ambas mejillas y ella posó entre su esposo y su hijo para el fotogro del "times". Había encargado para la ocasión un vestido color champán largo hasta el suelo, y tanto chris como fran estaban formalmente con chaqueta y pantalón a rayas. Francisco llevaba en la solapa un clavel blanco, mientras que christopher llevaba uno rojo, y la novia Lucía un ramo de orquídeas.

- ¿señora ramirez?- la invitación provenía de chris, ofreciendo a su madre el brazo para acompañarla hasta el bufé, mientras ella reía ante su nuevo nombre y luego sonreía en dirección a Francisco.

"Celebralo", había dicho dulce una vez, y eso era lo que ellos habían hecho. Christopher estaba contento por los dos; pues ambos se lo habían merecido; incluso iban a pasar dos meses de descanso en europa. Chris jamás podría comprender por qué su madre se había comportado tan sensatamente respecto a su retirada de los negocios. Quizá ya lo había pensado, después de todo, o al fin su corazón había conseguido atemorizarla realmente, pero lo cierto era que tanto ella como fran se habían comportado magníficamente en el momento de transferir el poder de sus manos a las de él. Chris se había convertido en el presidente de empresas uckermann y tenía que admitir que no le disgustaba la idea. Presidente... a los veintiocho años. Había aparecido incluso en la portada del "times" y aquello también le agradaba.

- Estas muy elegante, querido- su madre sonreía mientras entraban a la biblioteca
- Tú también estás bastante llamativa. Y la casa no está tan mal.
- la decoración es bonita, ¿verdad?- alexandra se sentía muy joven mientras se apartaba de su lado para conversar con otros invitados
- parece muy satisfecho con sigo mismo, señor uckermann- era una voz suave y familiar, y al voltearse vio a anahi junto a él. Chris ya no se sentía avergonzado cuando la veía. La muchacha usaba un solitario que poncho le había regalado para el día de San Valentin, cuando se habían comprometido. Ambos iban a casarse el verano de ese mismo año y chris iba a ser el padrino de la boda.

- Esta preciosa, ¿verdad?
Any asintió con un gesto y devolvió la sonrisa. Por una vez chris parecía feliz también. Ella jamás lo había comprendido realmente, pero al menos eso ya ni le molestaba, pues tenía a alfonso. Nadie la había hecho más feliz que él.
- pero estoy seguro de que tú también estarás hermosa el verano que viene. Yo tengo una gran debilidad por las novia. - aquello no parecía muy propio de él y anahi sonrio de nuevo.

- tratando de ligarte a mi novia, ¿eh? - poncho estaba junto a él, sosteniendo tres copas de champán- tomen, estas son para ustedes. Ah, y por cierto, chris estoy enamorado de tu madre.
- llegas demaciado tarde. Ya la entregue esta mañana. - poncho chasqueo sus dedos como si hubiera sufrido una gran pérdida y los tres rieron mientras la música comenzaba a sonar en el comedor - creo que me están llamando. El hijo saca a la novia para el primer vals... Francisco me reemplazará después.- alfonso se río de él y le dio un ligero empujón mientras christopher desaparecía en cumplimiento de sus deberes.

- Parece contento hoy - dijo any suavemente cuando Chris se fue.
- creo que, por una vez, está realmente feliz- contestó poncho, tu también pareces contenta hoy.
- yo siempre estoy feliz, gracias a ti. Ah, por cierto, ¿como sigue el asunto aquel de la muchacha de San francisco, la fotógrafa? Siempre tengo la intención de preguntartelo pero nunca tengo tiempo.
Pero poncho negaba con la cabeza:
- No, chris dijo que él se encargaría de este asunto.
- ¿y el tiene tiempo?- any parecía sorprendida.
- No, pero probablemente se la arreglara de todos modos. Ya conoces a chris. Viajará a san francisco la semana que viene, por eso y por otras mil razones.
"No- penso anahi para si- ; yo no conozco a chris. Nadie l9 conoce, excepto poncho, quiza."

- ¿le gustaría bailar, señorita?
- me encantaría.
Sin embargo, sólo llevaban unos momentos bailando cuando Chris los interrumpió, diciendo:
- Es mi turno.
- un cuerno es tu turno. Acabamos de comenzar. Creía que estabas bailando con tu madre.
- Me abandono por francisco.
- fue una decisión sensata - los tres habían estado moviendoce juntos por el salón de baile, y anahi comenzaba a reírse. Verlos a los dos de esa forma, era como obtener una fugaz visión del alfonso y christopher de los años ya pasados. Aquel era el tipo de situaciones que a ellos siempre les había gustado. Una buena ocasión para celebrar, y ya estaban listos.
- Escúchame, herrera, ¿vas a desaparecer de aquí o no? Quiero bailar con tu novia.
- ¿Y que pasará si yo no quiero que lo hagas?
- Entonces bailare con los dos a la vez y mi madre nos tendrá que echar a los tres - any reía de nuevo

- escuchen ustedes dos; se supone que bailar así seria el doble de agradable, pero en lugar de eso, solo consigo que me pisen los pies por partida doble.
¿Por que no vamos a buscar un trozo de la torta de bodas?
- ¿vamos?
Poncho y chris se miraron, y asintieron al unísono y tomaron a anahi, cada uno de un brazo, y la condujeron fuera del salón, mientras christopher le guiñaba un ojo a poncho por encima del hombro.
- Es preciosa, pero creo que esta un poco decrépita. ¿No has notado como baila? Mis zapatos han quedado practicamente destrozados.
- Tendrías que ver los míos- le contesto alfonso con un susurro de complicidad, por encima del hombro izquierdo de la muchacha, y any les dio un fuerte codazo a ambos.
- escuchemen, ruinas humanas: ¿algunos de ustedes ha visto mis zapatos? Y eso por no mencionar mis pobres pies, doloridos por bailar con dos patanes borrachos.
- ¿patanes? - poncho la miró horrorizado y chris se echoa reír mientras aceptaba tres platos de torta de bodas.
- No te preocupes por ella, la torta parece riquísima. Toma.

Christopher entregó un plato a cada uno, y los tres se recostaron contra una columna y mientras comían.

- No estoy muy segura de poder dejarlos solos mientras voy al baño.
- No tienes que preocuparte. Yo mantendré mis ojos sobre él, anahi
- No creo que ninguno de los dos sean capaces de mantener la mirada mucho tiempo sobre nada, y mucho menos uno sobre el otro.
- Mierda, quiero decir..., ¡vete al baño de una vez, any! Nosotros estamos perfectamente.
Alfonso acepto dos copas más, le dio una chris e hizo un gesto a su novia en dirección al baño.

- Que me maten si no es una magnífica muchacha, chris. Estoy contento de que no te hayas enfadado cuando te dije lo que había... entre nosotros.
- ¿Y porque me iba a enfadar? Ella es la chica ideal para ti. Además, yo estoy demaciado ocupado para todo eso.
- pero uno de estos días no lo vas a estar.
-Quizá. Mientras tanto, todos ustedes pueden huir y casarce. Pero yo tengo una empresa que dirigir.- sin embargo, por primera vez, su expresión no era sombría al decir esto. Miro por encima de su copa de champán con una mueca y brindo con su amigo-. Por nosotros.

Fin de este capitulo

Y al fin alexandra se caso con francisco y un poco de felicidad obtuvo christopher aunque no completamente.

Que les pareció este capitulo espero sus 💬💬💬💬 y sus 🌟🌟🌟🌟 para saber si les gustaría que siga con esta historia llena de dudas y misterios.

Gracias por leer
Los quiero

Gise💕

LA PROMESA Adaptación VondyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora