¿Qué pasaría si tus mejores amigas de la universidad deciden tomarse unos meses de descanso antes de su graduación?
Amy pensó que eso sería una buena idea, hasta que todo lo que en algún momento dejó atrás en su vida volvió a presentarse de manera i...
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Cuatro años más tarde
La habitación estaba tranquila, iluminada por la suave luz de la tarde que se filtraba a través de las cortinas. Mientras revisaba mi correo en la cama, Sophie se sumía en sus libros y apuntes, como solía hacer en nuestras interminables sesiones de estudio. Era la última de las tres que aún tenía que enfrentar un examen antes de graduarnos. Mis pensamientos se perdieron en ese hecho, aunque mi propia graduación ya estaba asegurada; solo me quedaban los años de residencia que aún no había decidido tramitar. Observé a Sophie con una sonrisa, divertida por su intensidad. Era como si tuviera todo el contenido de sus libros dentro de su cabeza.
—Soph, ¿por qué no descansas un rato? —sugerí, viendo cómo dejaba su pluma a un lado. Alzó la vista de sus apuntes y negó.
—Amiga, todavía tengo mucho por hacer antes de la graduación.
—Eres incansable. —Bufé con cariño acercándome a la ventana y contemplaba el sol que se ocultaba en el horizonte.
—¿Te has detenido a pensar en lo que haremos después de la graduación? —su pregunta me hizo volver a la realidad. No tenía ni idea que iba a ser de mi vida luego de eso.
—Aún nos quedan algunos meses. —respondí algo pensativa—. He pensado en ello, pero no he llegado a ninguna conclusión. —Sophie pareció reflexionar por un momento antes de sonreír de manera misteriosa.
—Creo que necesitamos un descanso —dijo con una sonrisa y, en ese momento, la puerta de la habitación se abrió de golpe. Olivia irrumpió con una expresión de pura emoción que iluminó su rostro, como si una chispa de energía la hubiera poseído. Sus ojos brillaban mientras sostenía un mapa con manos temblorosas de emoción. Realmente era una chica llena de energía y una caja llena de sorpresas.
—¡Tengo la solución para nuestro descanso! —exclamó contagiando su entusiasmo a toda la habitación. La miramos con curiosidad, nunca sabes qué se le puede ocurrir.
—No voy a ir de fiesta en fiesta, amiga —le advirtió Sophie—. Y menos esta noche. Mañana tengo un examen que aprobar.—Olivia se acercó a nosotras con el mapa en sus manos y una chispa traviesa en los ojos.
—¡Nos vamos de viaje!—alcé mi ceja confundida.—Se me ocurrió que elijamos un destino al azar señalando el mapa con nuestros ojos cerrados.—comenzó a explicar.—El lugar que salga, ¡allí es donde iremos de vacaciones!—la miré incrédula antes de estallar en risas. La idea de Olivia era descabellada.
—¡Olivia, estás completamente loca! —exclamó Sophie sin creer lo que estaba escuchando.
—No voy a dejar que viajemos a un lugar al azar. Al menos podemos ver el destino antes de ir —protesté reacia a embarcarme en una aventura desconocida que involucrara climas fríos.
—Pero, ¿por qué no? Es más emocionante así, Amy —insistió Liv, mostrando su entusiasmo contagioso. Ella siempre había sido la más aventurera de las tres. Yo era la que siempre tenía alguna excusa para intentar oponerme ante sus ideas, pero jamás salía beneficiada.
