•Capitulo 5•

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•Dominik
Ya es el día siguiente y si fuera por mi no me levantaba pero derrepente escuche unas voces y cuando habri mi ojos habían como 5 hombres en mi habitación y después entró Eric

–¿ que hacen en mi habitacion– dije Mientras veía a Eric un poco enojada

–Vas a tener tu primer entrenamiento– pregunte, temía que saber eso. Pero si solo iba entrenar yo...¿ porque yo sola y no con todas las chicas ?

– solo tu, eres la líder, tienes que estar mejor entrenada que cualquiera–. Me contestó. Tiene sentido que como soy la líder tengo que ser la mejor, pero que cansancio.

– ok...esta bien.– dije no muy convencida pero pues que podía hacer.

– bien sara te prepara y te espero abajo– dijo Eric...alto¿ el me iba a ver entrenar? Seria como tener a mi padre viendome hacer un examen...tener esa presión es horrible.

– ok– si..fue lo único que pude decir pero en mi mente lo maldecir con todo lo que sabía.

Los hombres se fueron.. ni siquiera se porque había tantos hombres, ni que fuera una asesina peligrosa o no se que, pero bueno. Sara empezó a preparar la tina para que me metiera a bañar y mientras yo lo hacia ella estaba preparando mi ropa. Gracias a que ella elegí mi ropa nunca he entrado a mu armario así que no se que tanta ropa tengo o que tengo.

Salí y me empecé a vestir con lo que me preparo. Un sport corto flojo de color
Militar y un top negro, una colaboración alta bien relambida, no se me salía ningún cabello...sentía que mi cabeza iba a explotar de lo apretada que estaba pero no le dije nada. Al final de la coleta me hizo una trenza para que no estorbara mi cabello.

Salí y ella me dijo el camino. Llege y era como un gran gimnasio en su casa..había todo tipo de aparatos para hacer ejercicio. Ah y también estaba el.se acerco a mi y empezó a decirme muchas cosas sin voltearse a ver.

– tu entrenamiento será duro pero valdrá la pena, yo seré tu entrenador y no tendré compasión por ti– me dijo, esto cada vez se ponía mejor...que se note otra vez mi sarcasmo.

–Genial..esto va a estar increible–Le dije para que se molestara. Mala idea..pésima idea.

– Con que muy graciosita eh...50 lagartijas– Me dijo, me arrepiento de eso.

–Ni siquiera puedo hacer una!–Le dije, más bien no se hacer una.

– No me importa..50 lagartijas! Eso te enseñara a no hacerme enojar– Me dijo. No se como le hice pero lo logré. Pude hacer 50 lagartijas..bueno solo hice 30..hice que se confundiera mientras contaba.

– ya...ya termine– dije muy cansada..esto va a ser muy pesado.

– bien..ahora aras..– empezó a decir nombres de ejercicios que no conocía haci que tuvo que enseñarme como hacerlos.

Sin mentirles hice com mo 30 ejercicios diferentes en el rato que estuve ahí. Ya no sentí mis pies, bueno en realidad ya no siento nada de mi cuerpo.

– bien hecho, hemos terminado por hoy, tienes que ir a darte una ducha y después vas a tu clase de primeros auxilios con las chicas. Nos vemos mañana. – Creo que nunca había estado muy feliz con algo que el me haya dicho.

Si, fue tanta mi felicidad que Salí corriendo a abrazarlo, cuando reacciones di cuenta de que el también me estaba habrazando.. no eta tan malo después de todo. cuando el reacciono se separo y me vio enojado

– ya puedes irte.–  me dijo enojado.

– Gracias– le dije con una sonrisa y salí corriendo a mi habitación pero antes me di cuenta de que todos los que estaban en la habitación se quedaron muy asombrados por lo sucedido, creo que el nunca es así, y por eso se sorprendieron pero no lo se.

Entre a mi habitación y le conté a sara loque ocurrió y ella me confirmó mi sospechas..El no era así. Era asombroso, solo terminé de alistarse y me fui a mi clase de primeros auxilios, no dije nada de lo ocurrido no quería decirles que lo habrace..sería extraño

•Eric
Cuando le dije que ya se podía ir pude ver reflejado en su rostro felicidad..y de un momento a otro ells me estaba habrazando, fue una sensación increíble, pero cuando reaccione ya era demasiado tarde..yo ya la estaba habrazando me separe y le volví a repetir que yap odia ir, ella me sonrió y se fue

Los hombres que estaban en la habitación me veía sorprendidos. Yo no hacía eso ni con mis hijos.

–¿Que me ven!?– pregunte furios, ellos negaron con la cabeza y desviación sus miradas a otro lado – ninguna palabra sobre esto!entendido!?– mes dije enojado.

–Si señor– respondieron todos al mismo tiempo.

secuestrada por un mafioso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora