Capítulo 11

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Carlos' POV
No me lo puedo creer, si no llega a ser por ese timbre con Gigi las cosas hubieran cambiado y mucho. Cuando la ví desnuda supe que nunca más podría llegar a ver alguien más de la misma manera, era perfecta. Unos senos que encajaban a la perfección con mis manos, una cintura pequeña pero unas caderas más anchas y unas nalgas perfectas para agarrar.

Cuando volví de Madrid no pensaba en acabar con Gigi en la cama, las cosas estaban bien entre nosotros aunque de vez en cuando me tenía que dar baños de agua muy fría. Pero cuando la ví estirada en la hamaca, con los pezones erectos medio dormida se me nubló la vista, solo pensaba en follarla duro allí mismo, o donde fuera.

Pero no pudo ser por el maldito timbre...

Gigi's POV
27 de mayo de 2023, Mónaco
Por fin estabamos solos con Carlos, hoy había hecho la cuali y la verdad es que le fue fenomenal. Salía segundo con Verstappen por delante y Checo detrás. Charles chocó en una de las curvas más delicadas del circuito, pero estaba bien y mañana correría en octava posición.

Carlos y ho sabíamos que no era un buen día para hablar de lo que había pasado en Maranello, debíamos estar los dos concentrados en la carrera. Carlos tenía que ganar.

La mañana siguiente acompañé a Carlos a correr. Cuando me contó que intentaba salir a correr antes de una carrera para empezar el día bien y con energia, le propuse de hacerlo juntos, desde ese día todas las mañanas antes de la carrera me despierta y nos vamos juntos.

Cuando volvimos en el hotel quedamos en ir juntos al circuito, así que treinta minutos después ya estabamos de camino con su Ferrari.

La carrera fue espectacular, Carlos quedó segundo, Checo primero por segundo año consecutivo y Leclerc tercero, una gran victoria para el equipo italiano.

Por la noche decidimos salir todos de fiesta, para la ocasión escoji una camisa blanca muy corta de Miu Miu con una falda corta de lentejuelas grandes y unas botas negras que me llegaban por encima de la rodilla.
Alguien tocó la puerta, cuando abrí vi a Carlos más guapo que nunca, llevaba una camisa azul clara con unos pantalones marrón oscuro y unos mocasines.

Cerré la puerta de mi habitación y lo saludé con un beso en la mejilla, ibamos hablando de la carrera hasta que noto que me coje de la mano, y me sonrie, le devuelvo la sonrisa y empiezo a acariciarle la mano con el pulgar.
A la que llegamos a bajo cogemos el coche y vamos hacia la fiesta, en todo el camino ha tenido su mano en mi regazo, el cual no paraba de acariciar. Me sentia como una princesa, Carlos siempre me trataba muy bien.

Cuando llegamos a la fiesta me fui con algunas de las chicas de mi departamento a hacer chupitos. La música estaba genial, ponian un poco de todo. Nos pusimos a bailar reggeton cuando noto las mismas manos que me abrazaron en fin de año, ladeo la cabeza y efectivamente me encuentro con Carlos.
Le acaricio el pelo y me dice cerca de la oreja que me echaba de menos.
Estaba borracho, pero era muy tierno.

Nos pusimos a bailar abrazados, no paraba de darme besos en el cuello y en decirme lo feliz que estaba de poder vivir su etapa de piloto conmigo.

Al rato vino Lando y nos propuso hacer un beer pong, Lando y yo contra Carlos y Ricciardo. Aunque Ricciardo ya no estaba en McLaren seguia teniendo muy buena relación con la parrilla y lo veíamos en el paddock siempre que podía.
A final ganamos Lando y yo, aunque acabé más borracha que Carlos.

Con Carlos decidimos que el dejara de beber alcohol para poder volver a casa en una hora o dos. Durante esas horas me la pasé bailando con él, no parabamos de darnos besos, hasta llegar al punto que Carlos me propuso ir ya al hotel.

En quinze minutos estaba en el hotel encima de Carlos mientras él intentaba abrir la puerta. Una vez dentro nos empezamos a desvestir hasta quedar desnudos uno frente al otro.

Me cogió en brazos otra vez y me dipositó en la cama con mucho cuidado, al rato me levanté, le cogí el miembro y me lo metí en la boca. La verdad es que la vez que nos interrumpieron en Maranello me quedé con las ganas, así que aproveche y me pasé un buen rato. Carlos no paraba de gemir, y con cada gemido notaba mi clítoris más hinchado. Luego fue su turno, enterró su cara en mi pelvis y me empezó a lamer hasta que me corrí. No podía más, aun estaba dando espasmos cuando noté su miembro en mi entrada, me miró para ver si estaba de acuerdo, asentí con la cabeza y me penetró con mucha fuerza.

No podía parar de gemir, al poco rato cambiamos de posición y me puse encima de él, mientras lo iba montando me lamia los pechos. Pero sin duda lo mejor cuando me puso en perrito, mientras que con una mano me estiraba del pelo con la otra iba haciendo circulos en mi clítoris, no podía parar de gritar, me había corrido como tres veces y él aún seguia.

Al rato se corrió dentro de mi, pero no tuvimos suficiente y acabamos follando toda la noche. Hasta acabar durmiendo abrazados.

A la mañana siguiente noto algo duro en mi espalda, me giro y veo a Carlos medio dormido, sonrojado por la verguenza y con su pene más erecto que nunca. En dos segundos ya me tenía en cunclillas encima de él introduciendome su pene dentro de mi.

Sinceramente, podría despertarme todas las mañanas así. Cuando acabamos nos fuimos a bañar juntos, la bañera era muy grande y tenía también función de jacuzzi, así que nos pasamos un buen rato allí dentro.

Al mediodia comimos juntos y nos fuimos hacia el aeropuerto, esa semana volvíamos a Madrid ya que la siguiente carrera era en Barcelona.
Durante todo el viaje estuvimos los dos acurrucados, con algun beso de per medio llegamos a Madrid, donde estaba nuestra famíla y en donde teníamos que actuar como si no hubiera pasado nada.

Carlos POV
Quería que la noche en Mónaco no se acabara nunca, lo que no habíamos follado en los últimos seis meses lo hicimos en Mónaco. Gigi tenía el coño muy apretado, solo introducirme en ella me daban ganas de correrme, follar con ella era indescriptible, solo te daban ganas de seguir follando y no parar, nunca.

Me daba miedo que por la mañana se mostrara reticiente a lo que había pasado la noche anterior y más con la erección con la que me había despertado. Pero causó el efecto contrario, en nada la tuve gritando mientras me montaba, la verdad, solo de pensarlo ya me dan ganas de darle otra vez.

Follar con Gigi era indescriptible, cada vez tenía más claro que debíamos hablar de lo que pasaba entre nosotros. Pero estando en Madrid sabía que no era el momento.

55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora