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La pareja dispareja de rubios, y la media hermana de Eren Jeager se encontraban en una esquina del salón, observando detenidamente al par de idiotas que se gustaban entre sí, pero ninguno se atrevía a dar el paso. 

—Me molesta que Eren quiera comerle toda la boca y no se anime a dar el maldito paso. Peor Jean, que no sabe como decirle que siente lo mismo. Menudo par de idiotas.—Susurró Annie molesta.

—Apuesto a que Eren lo dice primero.—Le murmuró Mikasa a su amiga. La rubia sonrió mientras cruzaba sus brazos, sin quitar la mirada del par que se mandaba miradas románticas al otro y no captaban la señal. 

—Jean lo hará. Hazme caso a mí si no quieres perder.—Dijo Annie con arrogancia. Armin solo se reacomodó sus lentes.

—Siento que estoy traicionando la confianza de ambos.—Murmuró Armin. Su novia chasqueó la lengua.

—No pasa nada. Después de todo, ellos no sabrán.—Mikasa comenzó a reír junto con la rubia en silencio, con cuidado de que nadie note su murmullo. Armin tragó en seco, y volvió a mirar a Eren, quien intentaba ocultar desesperadamente que Jean le gustaba desde su asiento. 

Mientras tanto, Marco solo se dedicó a escuchar como sus amigos apostaban sobre la vida amorosa de Jean y Eren. Y aunque sí, a él también le molestaba que ninguno de los dos se atreviera a dar el paso, pero no pensaba intervenir. 

¿Por qué? Bueno, lo amenazaron.

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[Jean. K]

Hoy me sentí un poco más conectado a Eren. Quizá fui yo y mi esquizofrenia, y si fue eso, le agradezco de corazón, pues nunca me había sentido así en todo el tiempo en que lo conocí, y es que Eren me mandaba señales tan confusas como una brújula sin sentido de la orientación. 

Supongo que hoy fue la excepción.

Él parecía saber qué hacía, y eso, aunque me confundía un poco, me parecía un gran paso que Eren debía dar desde hace tiempo. Me sentía más seguro y confiado con él, podía hacer chistes que antes podría tomar mal para luego formar una pelea.

Ya hasta copiaba y se reía de todos los malos chistes y movimientos que hacía con torpeza. Tan así que me animaba a dar más pasos. Claro, eso dejando de lado el hecho de que mi optimismo estaba por los cielos; me permitía creer que Eren, al escuchar mi declaración, en caso de rechazarme (ya que no veo otra situación que no sea esa) solo hará lo posible para decirme que no de la manera más amable.

Y si nos permitimos soñar, quizá sigamos siendo amigos. 

—Kirstein y Leonhard.—Gritó mi profesor desde su asiento, mientras levantaba su vista de la hoja de papel que tenía entre sus manos. Fruncí mi ceño al mismo tiempo en que me volteaba para mirar a Marco. 

—¿No estabas escuchando?—Me cuestionó Marco en un murmuro. Yo negué repetidamente con la cabeza, y Marco simplemente se golpeó la cara con su palma.—Hay trabajos en grupos. Creo que te toca con Annie.—Informó. 

Estuve a punto de protestar, pues yo siempre hacía los trabajos con mi amigo pecoso en las clases de Mike, y no entendía el por qué justo hoy me había puesto con otra persona, pero Annie y Mikasa se me adelantaron; Ambas se habían levantado de su asiento, con su mano arriba.

El señor Zacharius le dio la palabra a Annie;—Tengo un problema con el chico... Kirstein. Me gustaría intercambiar mi equipo con Mikasa, si es que es posible.—Pidió amablemente. 

Me sentí más confundido. ¿Qué problema tenía conmigo? 

Annie me miró, para luego mirar fugazmente hasta el asiento seguido de Mikasa; Eren estaba allí, igual de confundido que yo mientras miraba a la rubia con una ceja levantada. 

Jodido Jeager || JearenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora