Jodido Jeager || Jearen

Capítulo 11.

[Jean K.]

Miré detenidamente el cigarillo en el piso, para después fijarme en la figura de Eren que se alejaba lentamente de mí y se metía a la casa, ya perdiéndose entre las decenas de personas que se amontonaban.

Chasqueé la lengua y cerré los ojos, casi estrujándolos por haber perdido la oportunidad de acercarme un poco más a él. 

Mierda, estaba tan avergonzado que ni pude mirarlo a los ojos luego de que Floch haya venido, necesitaba tranquilizarme si no quería explotar y actuar como un verdadero idiota en frente de la única persona que realmente me interesa. 

—¿Qué pasa, Jean..bo...?—Balbuceó el pelirrojo que aún sostenía en mis brazos, casi haciendo que me asuste por haberme hablado de la nada. Lo miré con una ceja levantada cuando noté que estaba borracho como la mierda, y podría decirse que recién era la una o dos de la mañana.—¿Por qué llegaste tarde..? Creí haberte dicho que la fiesta comenzaba a las diez de la noche—Se quejó con una voz algo débil, sus ojos cerrados mientras se acurrucaba en mi pecho. 

—Sasha insistió en que la fiesta sería mejor si entrábamos un poco más tarde—Respondí en un suspiro, al mismo tiempo en que lo apartaba lejos de mí y hacía una mueca.—¿No tienes algo como para relajarte un poco? No puedes estar por ahí así—Le regañé cuando caminábamos hacia la casa, su mano abriendo la puerta secreta que siempre usa Floch para escabullirse de su casa cuando le prohíben salir. 

—Ya sé, perdón—Murmuró el pelirrojo, con un puchero—Es que... está Hitch, de nuevo me mandó a la mierda—Floch miró al piso y soltó un pesado suspiro mientras se escabullía, pasando entre unas cuantas personas tan desapercibidamente que me causó algo de pena. 

Sé que Hitch es una de las amigas de él, y es de las que más quiere, pero lamentablemente no es más que un amor unilateral, no correspondido, por lo que también sé que mi amigo sufre por ella y su actitud tan inmadura de no saber dejar ir a alguien. Puede que esté mal que Foster esté todo el tiempo haciendo miles de cosas, sean buenas o malas, para olvidarla a ella, y bueno, como cualquier amigo haría, siempre hago lo que puedo para ayudarlo con ese tema tan sensible.

Suspiré también cuando llegamos a la cocina de la casa. Como era de esperarse, era un desastre, lleno de gente que iba de acá por allá con todo tipo de cosas en sus manos. Ni tuve que esperar mucho para recibir un vaso de quién sabe qué mierda, que Floch me tendía mientras bebía de su vaso, rápido y de sorbos cortos. Chisté cuando noté las caras y muecas que hacía, ya me imaginaba de qué trataba el contenido.

—¿Cómo hiciste para conseguir estas bebidas tú solo?—Pregunté en un grito cuando miré el fondo del vaso, sonriendo levemente ya que sabía que Floch seguía medio lastimado. Él se encogió de hombros y miró para otro lado, sin responder, haciéndome suspirar porque sabía bien que esa era su forma de demostrar que no se estaba sintiendo bien lo absoluto, y peor era cuando seguía bebiendo y bebiendo. Se unía con personas cualquiera para sacar quién sabe qué mierda para consumir, como si no importase en lo absoluto que esta casa de sus padres.

Aún así lo entendía. Él estar tan abrumado, tan cansado, sus pensamientos desordenados y tristes que con toda sus fuerzas busca callar, ahogar, metiéndose todo tipo de cosas con tal de olvidar algo, de matar un recuerdo o un sentimiento. Lo entendía bien. 

Suspiré por milésima vez en la noche y dejé mi vaso a un lado cuando vi que se metía pastillas en los bolsillos y sonreía como si nada. Mi cabeza comenzó a doler un poco por la música alta, algo no andaba bien, y la verdad, tampoco tenía ganas de seguir estando ahí.

—Floch—Le grité al oído para hacer que me escuche, pues estábamos cerca de los grandes bocinas que pasaban todo tipo de música, desde la más bailable hasta la más extraña. Lo tomé del brazo y miré a sus ojos, que ya estaban algo rojos y cansados.—Vamos a un lugar más tranquilo—Le grité luego de apuntar mi pulgar hacia atrás, solo para hacerle unas ceñas y que entienda mejor mis palabras en caso de que no pueda oírme.