7.

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El paso que decidiría todo; averiguar si Jean estaba interesado en tener algo con él. 

[...]

Eren estaba realmente nervioso, parado como idiota con problemas mentales en la puerta del colegio mientras apretujaba con su mano la correa de su mochila. 

Debía avanzar, de eso no había duda, pero ¿cómo lo haría? ¿siquiera Jean quería esto? no se había puesto a pensar en eso. 

No quería asumir nada, pero Jean ayer se veía realmente cómodo con él, estaba... feliz, en caso de que él no quiera nada con Eren, entonces ¿por qué le siguió el juego? ¿acaso estaba tratando de engañarlo? Nah, eso no es del estilo de Jean. 

Sí, lo más probable era que él quiera algo, ¿y quién es Eren como para negárselo?

Infló su pecho, y lo mantuvo unos segundos, para después soltarlo de a poco. Ya estaba mentalizado para esto, si puede respirar, puede con todo (?). 

Entró al colegio, con los nervios de punta. Tan ansioso estaba, que pegó un gritito de rata asustada cuando Armin le tocó el hombro para saludar. 

—¡Armin! Casi me das un infarto—Dijo Eren, llevando su mano derecha a su pecho para intentar calmar su palpitante corazón ,para después soltar un gran suspiro de alivio. 

Su amigo quiso hablar, pero tan pronto abrió la boca, el sonido alarmante del timbre resonó por los pasillos, indicando que los estudiantes debían ir a sus respectivos salones. Armin solo se dio la vuelta, no sin antes darle un saludo de buenos días a Eren, y se fue al salón junto con Annie, quien no dijo ni una palabra desde que llegó. 

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Eren relajó un poco su cuerpo, y caminó hasta su salón. Una vez llegó a su puerta, se detuvo allí para mirar la horrible imagen que sus ojos estaban viendo detrás del cristal; un pelirrojo con vibras asquerosas, estaba sentado en el que sería su lugar, toqueteando el pecho de Jean Kirstein con su dedo de una manera muy... sexosa, moviendo esa extremidad de un lado a otro, en círculos, en líneas. 

Parecía que todo su mundo alrededor se había detenido, y su corazón se estremeció. Pudo sentir un sabor amargo en su boca, y su estómago no daba más por las mariposas asesinas que revoleteaban con fuerza en él.

Todo su rostro alegre y brillante desapareció. En cambio, sus ojos perdieron su brillito característico, entrecerrándose, y su mandíbula estaba tensa. Tenía esa mirada de un animal salvaje, observando a su presa con detenimiento. 

Oh, Jean no paraba de reír junto con ese Floch, se estaba divirtiendo junto con él, y eso hacía que la sangre de Eren hierva en celos. ¿Qué? ¿Acaso no se daba cuenta que ese tipo intentaba coquetear con él? ¿es tan ciego como para no ver lo obvio? Incluso los compañeros alrededor de Jean lo habían notado, y miraban con odio poco disimulado a ese tipo, pero nunca se dio la vuelta para verlos. 

Eren levantó autoritariamente la cabeza, inflando levemente su pecho, cuando vio como el pelirrojo lo miró de reojo con burla. El chico de pelos rojos se acercó sensualmente hasta el oído de Jean, y le murmuró algo con una sonrisa coqueta, de esas que daban ganas de arrancarle la boca. 

Cuando terminó de decirle lo que sea que le dijo, Jean se sonrojó, haciendo que Eren abra los ojos bien grandes, asombrado por ver como la persona que él quería haya caído en los truquitos pedorros de un idiota. 

El pelirrojo se mordió el labio inferior, y se alejó levemente de Jean, sin quitarle la mirada de encima a sus labios. 

Eren no soportó más, y directamente abrió la puerta con fuerza, llamando la atención de casi todos sus compañeros, incluyendo al par coqueto. 

Jodido Jeager || JearenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora