¿Podía ser cierto? Se preguntó Mary. Si ese elfo decía la verdad, tal vez él podía darle una pista de como llegó ahí. Pero si realmente el elfo pelirrojo vio su llegada a ese mundo ¿Por qué no se lo comentó al rey? Tal vez lo hizo y por eso Thranduil le permitió quedarse. Era ridículo quedarse pensando en las posibilidades. Lo mejor que podía hacer era buscar la forma de averiguarlo así que partió detrás de aquel elfo, mas la mano de Meldon en su brazo la detuvo. Mary no se tomó bien ese acto, pero en cuanto vio la expresión en el rostro de su guardia miró hacia donde él veía y descubrió al mayordomo del rey. Dijo algo en elfico a lo que Meldon asintió con la cabeza para después señalarle seguir al mayordomo. Resignada, Mary fue tras él.Por la dirección que estaban tomando, Mary supo iban a las estancias del rey y eso la puso un poco ansiosa. La declaración de ese elfo la inquieto bastante. Buscando calmarse miró a Meldon, pero él veía fijo al frente como un soldado que se enfila hacia el campo en que debe cumplir la orden recibida. Que sola estaba en ese lugar. Ni toda la belleza de esa fortaleza elficas podía mitigar esa sensación. Pronto acabó en una amplia camara en la que hacía un estanque de aguas cristalinas. El mayordomo indicó avanzara por el costado de aquel círculo de agua y tras unos cuantos pasos, Mary se encontró ante el rey Thranduil. Estaba vestido con un atuendo menos galano que el de la última vez que lo vio. Lucia más cómodo. Estaba de espaldas a ella y al girarse, la mujer, vio tenía una copa con vino en la mano. Él la miró un momento, luego volvió su cuerpo a la mesa a su espalda preguntando:
-¿Cómo saludan a los hombres de alta posición, allá, en tu mundo?
Mary inclinó la cabeza a un costado y se quedó pensando. Esa pregunta la tomó por sorpresa. Podía parecer que tenía una respuesta sencilla, sin embargo, presentar la conclusión ante un rey de un mundo como ese no lo era tanto.
-¿Se refiere, usted, a las palabras que se emplean para saludar, al gesto que lo acompaña o todo eso junto?- le consultó Mary tras reflexionar un poco.
Thranduil se dió la vuelta otra vez. Había vuelto a llenar su copa y la sostenía a la altura de su abdomen. La mirada que le dio el rey advertío a Mary que debía cuidar sus palabras.
-No es mi intención ser insolente, sin embargo, en mis viajes he aprendido que lo que para un pueblo puede ser demostración de buenos modales, para otro puede resultar ofensivo- agregó la muchacha- Creo que la forma más común de saludar, sin importar el estatus de una persona, es estrecharse las manos.
-¿Estrecharse las manos?- repitió Thranduil y miró su mano libre y las de la mujer como descartando una idea.
-Sí, señor.
-¿Y la palabra "señor" la emplean con liviandad o tiene una categoría especial?
-Es una forma respetuosa de referirse a quien sostiene un estatus superior. Puede ser jerárquico, moral, etcétera- contestó Mary.
"Etcétera" esa palabra era nueva para Thranduil. También lo fueron muchas de las que ella había pronunciado en su anterior charla, pero por orgullo no preguntó a qué se refería. Bebió de su copa sin quitarle los ojos de encima. Ella estaba parada ahí, viéndole en silencio. Tenía unos ojos profundos aunque parecían haber acabado de despertar.
-Yo...- comenzó a hablar la mujer- Quería agradecerle el que no me haya regresado al calabozo.
Fue una declaración breve, pero sonó muy honesta. Los ojos de la mujer se suavizaron. Mary no lo sabia, pero Meldon no se había retirado. Él estaba de pie a su espalda, unos metros más allá y prestaba mucha atención.
La gratitud de la muchacha cayó en gracia al rey, que pese a todo guardaba nobleza en su corazón y nunca pasó por su cabeza mortificar a la mujer. Al fin que sin importar su origen, seguía siendo un ser humano frágil y perdido.
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El calabozo de los elfos.
FanfictionElla despertó en el Bosque Negro en un momento de la historia que creía conocer, pero se enfrentó a la realidad siendo la prisionera del rey y del corazón de alguien más.