Part. 25

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A la mañana siguiente el sonido de la alarma hizo que me despertara, pero escuché como inmediatamente dejó de sonar, haciendo que sonriera ya que el universo quería que durmiera 5 minutos más.

Cuando di la vuelta para acomodarme sentí la piel de alguien haciendo que inmediatamente abriera los ojos y al verlo era Jimin quien me observaba con una sonrisa, a lo cual no pude evitar reírme.

- Buenos días preciosa, te vez muy linda cuando duermes

- gracias y buenos días a ti también, sinceramente me asuste un poco

- ¿por qué? ¿acaso ya no te acuerdas lo que pasó ayer? - dijo acercándose un poco

- claro que recuerdo, como podría olvidarlo... - hablé mientras recibía uno de sus besos

- quiero que nunca me olvides...

No dejó que respondiera y volvió a besarme mientras yo correspondía y colocaba mis manos en su cuello, pero él no se iba quedar atrás ya que sus traviesas manos iban recorriendo mi cuerpo desde mis pechos hasta mi feminidad.

- Jimin... - hablé entre besos

- un mañanero no hace daño – respondió mientras seguía con su cometido

Pero antes de que pudiera hacer algo, la alarma volvió a sonar, indicándome que si no me levantaba iba a llegar tarde, así que con todo el dolor de mi corazón tuve que separarme.

- perdóname, pero no quiero llegar tarde al trabajo - hablé mientras lo alejaba con mis manos

- no vayas, puedo hablar con tu jefa para que no te regañe – suplicó

- no, no Jimin, no es correcto, además tengo dos reuniones super importantes y...-

- posponlas – interrumpió

- no puedo, no sería profesional de mi parte – dije con algo de pena

- comprendo, me gusta que seas tan entregada a tu trabajo

- gracias, no por nada soy la mejor – respondí con una risita lo cual imitó

- bueno, te dejo ir, pero ten por seguro que no siempre va a ser así

- eso ya lo veremos, ahora voltéate en lo que salgo – comenté

- ¿en serio? - preguntó sorprendido

- sí, no quiero que me veas, luego no me vas a dejar salir

Dicho eso él se rio e hizo caso a mi petición, yo no lo pensé más y me levanté de la cama envuelta en las sábanas para irme a mi cuarto.

Al cerrar la puerta de mi habitación, no podía creer lo que estaba pasando, estaba feliz, me sentía como si estuviera en las nubes y es que por más que no quería aceptarlo, sí, me estaba enamorando...

Pero no todo es color de rosa en este mundo, ya que aún falta solucionar muchas cosas, sobre todo mi situación con Jungkook, algo que me daba más miedo que tristeza.

Tuve que sacudir mi cabeza, no podía perder más tiempo debía arreglarme para ir al trabajo, no me gusta llegar tarde.

Realmenteesperaba que nadie me haya grabado por que los malabares que tuve que hacer para arreglarme sí que se hubieran hecho virales. Al estar lista, tomé mi teléfono, las llaves de mi camioneta y ya no sé qué más me olvido... ¡Cierto! Lápiz labial, no soy nadie sin lápiz labial.

Al salir y bajar las escaleras me encontré con Jimin quien ya estaba en el comedor mientras la señora Isabel colocaba la comida.

- buenos días – saludé por educación

- buenos días señorita T/n, espero que le guste el desayuno – dijo para luego retirarse

- gracias...

Solo me acerqué a mi asiento, tomé el café y algunos panes, si no salía ahora, era seguro que llegaba tarde.

- come tranquila, aún no es tan tarde

- para mí ya lo es dije – respondí con la boca llena

Terminé de comer ese último bocado y tomé el teléfono para ya irme.

- ¡hey!, espera espera, ¿ya te vas? – preguntó mientras se paró de su asiento y me detenía tomándome de un brazo

- sí, en serio Jimin ya es tarde...

- está bien, entonces vamos – dijo para tomarme de la mano y salir de la casa haciendo que me quedara sorprendida

- no puedo ir en tu carro - comenté

- nadie dijo queíbamos a ir en mi carro, iremos en el tuyo

- ¡¿en el mío?! – pregunté confundida

- sí en el tuyo ¿acaso no me quieres llevar? – preguntó con un tono burlón

- no, nada de eso, solo que... tú sabes, se vería extraño que te vean llegar en mi carro, no quiero... -

- lo sé, lo sé, yo me bajaré una cuadra antes, pero ya hay que irnos porque el tiempo corre – tenía razón, no podía perder más tiempo, así que solo acepté

- muy bien, pero nada de distracciones que me voy a poner muy nerviosa y puedo ocasionar un accidente – advertí antes de que subiera y yo hiciera lo mismo.

Ya en el carro, me concentré únicamente en conducir, sentía como Jimin me observaba, pero yo estaba puesta mis ojos en la pista.

Debido a mi mala suerte llegamos a un semáforo en rojo lo cual hizo que me enojara un poco, pero mi enojo se convirtió en pánico cuando sentí una mano encima de mis piernas, rápidamente volteé y ahí estaba Jimin con su tonta sonrisa, observando mi reacción.

- Jimin... - reclamé

- la quito si me das un beso

- eso es...-

- ¿chantaje? Sí lo sé, pero estamos en rojo, así que no eh roto ninguna regla – aquello hizo que riera, en serio no podía ser más ocurrente

- está bien, pero solo esta vez

Hablé para inclinarme y darle un beso que poco a poco se fue intensificando y sus manos no podías estar quietas ya que estaban recorriendo mis muslos por debajo de mi falda. Sin embargo, yo estaba tan sesgada por sus besos que ni me di cuenta cuando cambió el semáforo y escuché como los carros de atrás empezaron a tocar el claxon.

Aquello hizo que me alejara y rápidamente comencé a conducir, él había cumplido su trato y saco sus manos de mis piernas, dejándome más tranquila.

No paso mucho para que estuviéramos cerca de la empresa y tal como lo había dicho en la casa, se tuvo que bajar una cuadra antes.

- extráñame, ¿sí? – dijo, mientras me robaba un beso y se desabrochaba el cinturón de seguridad

- ¿tú lo harás? – pregunté con una sonrisa

- por supuesto, ya lo estoy haciendo

- ya vete – dije con una risita

- ay T/n, me rompes el corazón... te quiero – dijo para luego salir del auto y cerrar la puerta sin dejarme tiempo a responder

Eso hizo que me quedara anonadada ¿ME HABÍA DICHO TE QUIERO? Está loco, como me puede querer en tan poco tiempo, tuve que pellizcarme para volver a conducir, si no llegaba en los próximos 5 minutos, estaba en falta.

Sin más manejé hasta la empresa, me dirigí al sótano ya que ahí era el estacionamiento y cuando salí del carro, corrí hacia el ascensor, en esta ocasión la suerte estaba de mi lado ya que estaba vacío y abierto.

Entré y andaba con el pie dando pequeños golpes al piso reflejando mi impaciencia, cuando se abrió en el primer piso, salí rápidamente para ir a recepción y marcar mi asistencia.

Por fortuna lo había hecho, había llegado a tiempo y por fin mi corazón podía latir con tranquilidad, pero esa tranquilidad no me iba durar mucho ya que al escuchar lo que una de las recepcionistas tenía para decirme, mi sonrisa desapareció más rápido que el papá de Nelson en los Simpson.



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Eres Mía - Imagina con JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora