Part. 64

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Como dije me dediqué a solo realizar bocetos durante muchas horas.

Sin embargo, como había mencionado Jimin, había llegado a mi punto límite, por más que veía referencias ya no conseguía pensar en algo nuevo, así que solo cerré la bitácora para poder descansar mi mente.

Habían pasado varias horas de las cuales mi aquel acompañante peludo volvía a tener hambre así que de nuevo tuve que levantarme de la cama a preparar su comida.

Mientras revisaba que la temperatura esté adecuada, mis ojos se posaron en mi bolso donde sobresalía una cinta roja ¿por qué la tenía? Ni idea.

Dejé el biberón a un lado mientras se enfriaba y me dirigí a revisar que era, al tomarlo recordé porqué lo tenía.

Hubo un día en el que quería hacerme unas trenzas con cintas al rededor, pero no me terminó gustando el resultado así que lo deshice y guardé la cinta en mi bolso.

Al verlo y luego ver al gatito quien estaba mirándome, una idea cruzo por mi mente.

Bueno, Jimin tenía razón debía acostumbrarse a tener algún collar con su identificación, pero es muy pequeño para llevar un collar pesado.

Pero una cinta era más liviana, además que era un lindo detalle que contrastaría y resaltaría con lo negro de su pelaje.

Así que, sin dudarlo más, medí cuanto de cinta necesitaría y me dirigí al baño por unas tijeras.

Cuidadosamente se lo coloqué alrededor su cuello e hice un ligero lacito nada invasivo como un último detalle.

Al verlo no pude evitar sonreír, de por sí ya era adorable, pero esto hacía aún más, sin duda era tan lindo.

En eso un recuerdo llegó a mi mente ¡CLARO! ya recordaba donde había visto esta combinación, en un anime de hace muchos años, pero... ¿donde?

Rápidamente tomé mi celular y busqué gatos famosos del animé, donde afortunadamente lo encontré, Sakamoto del anime Nichijou, lo veía cuando estaba pequeña y vaya, todas las risas que me sacó en ese entonces...

Puede que suene algo muy friki de mi parte, pero sería un buen tributo a mi adolescencia.

Con una sonrisa lo tomé delicadamente para alzarlo y que pudiera ver mi rostro, mientras le hacía mimos con mi nariz tomé la decisión de que a partir de este momento su nombre sería Sakamoto.

No lo voy a negar me reí de misma porque era un poco ridículo de mi parte, pero es mi gato, mis decisiones y sobre todo hay un significado de por medio, además que es adorable con aquel gato del anime.

Como empezó a llorar tuve que revisar que su leche estuviera ya en temperatura ambiente y al verter algunas gotas en mi brazo, me di cuenta que ya podía darle de comer.

Sin esperar más, lo cargué para empezar a alimentarlo, me daba ternura como comía y succionaba del biberón, sin duda era un gatito hermoso.

Cuando acabó de comer me dio gracia porque bostezó y se durmió en un pestañeo, dios mío yo ya quisiera tener esa vida de comer y dormir.

Lo acomodé en la cama y lo cubrí con las mantas para que no pasara frío para dejarlo dormir a gusto.

Salí de la habitación y bajé al primer piso donde un olor realmente increíble hizo que me fuera a la cocina a investigar.

- señorita T/n ¿gusta galletas? las acabo de sacar del horno - habló la señora Isabel al verme entrar

- ¿en serio? Huele delicioso y no pude evitar acercarme - respondí con una risita

Eres Mía - Imagina con JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora