Eres Mía - Imagina con Jimin

Part. 69

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- está bien... yo también quisiera pasar el día junto a ti - hablé mientras me incliné un poco para darle un pequeño beso en la mejilla, haciendo que él se sorprendiera un poco.

- entonces debes cambiarte, voy a arreglar unas cosas, me avisas cuando estés lista - dijo para levantarse de la cama no sin antes darme un beso en la frente, solo sonreí ante su accionar y pensé que esto de no ser nada iba ser un poco difícil de mantener para ambos.

Pasaron algunos minutos después que él se retirara para que me levantara de la cama y dirigirme hacia mis maletas. Empecé por sacar prenda tras prenda, nada de lo que había traído era adecuado para esta ocasión ¿qué sería bueno vestir?... después de sobre pensarlo mucho me decidí por un lindo vestido rojo vino muy primaveral.

Al salir de la habitación, pasé por un corredor que me llevó hasta la sala, donde él se encontraba esperándome con una sonrisa.

- ya está todo listo para nuestra cita - dijo haciendo que me sonrojara un poco ya que esto era lo que tanto quería, tener una cita con él, sin el más mínimo sentido de culpa o preocupación, solo disfrutar de solo ser él y yo.

- pues... ¿qué estamos esperando? - pregunté algo tímida mientras me acercaba.

- absolutamente nada, pequeña - respondió mientras me ofrecía su mano la cual correspondí sin pensar.

Ambos salimos de la casa para subir a una de las camionetas estacionadas afuera.

Al estar todo listo para nuestro viaje, Jimin arrancó el carro y comenzó a conducir.

Durante el trayecto intentaba saber a dónde nos estábamos dirigiendo, pero él simplemente no quería decirme.

- ya pues... - insistí - al menos una pista - dije haciendo un puchero para luego escuchar su linda risa.

- está bien - habló haciendo que sonriera - es algo que te fascina hacer.

- ¿enserio? - pregunté mientras rodeaba los ojos - eso es muy ambiguo, me fascinan muchas cosas - como tú; pensé, pero no lo dije.

- de acuerdo, ¿quieres otra pista? - preguntó en tono burlón lo cual asentí - solo mira por la ventana.

Dicho eso volteé a mi lado derecho y me sorprendí al ver lo cerca que estábamos de la playa, rápidamente volví a posar mis ojos en mi acompañante para pedir otra pista ya que mi curiosidad era muy grande, pero él habló primero.

- una vez me dijiste que el mar te brindaba tranquilidad, así que pensé que sería el sitio ideal para comenzar esta nueva aventura - habló haciendo que me quedara atónita por sus palabras, sin dudas era una aventura que quería recorrer con él.

- pero... pero no he traído otra ropa de cambio...

- descuida, tampoco vamos a entrar al mar, tengo otros planes - dijo con sonrisa algo picaresca lo cual hizo que me sonrojara un poco - y no, no es lo que estás pensando.

- ¡no sabes lo que estoy pensando! - exclamé mientras veía por la ventana tratando de ocultar mi cara.

- claro - dijo con una risilla - pero tus mejillas me dicen más de lo que te imaginas

Hice caso omiso a su comentario a lo cual el siguió riendo. Pasado los minutos habíamos llegado a un gran restaurante que tenía un balcón con vista al mar.

Una señorita muy risueña nos dirigió hasta una mesa y no podía no abrir más la boca de lo impresionada que estaba, sin duda era todo lo que me fascinaba.