Peor Que Demonios (Kimetsu No Yaiba)

Prologo

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El juicio
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Aquella persona que se gana el derecho de llamarse fuerte, no es la persona que golpea con más potencia, tampoco es aquella que corren más rapido, o que tienen la capacidad de cargar cosas pesadas.

Las personas más fuertes, son aquellas que apesar de haber perdido todo, siguien sonriendo, y no culpan a las demás de su desgracia.

Porqué solo los más fuertes de alma y corazón, son capaces de enfrentarse a las desgracias de este mundo cruel, sin perder la pureza de su alma,

Pero, incluso el más fuerte de todos tiene un límite.

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- d...donde estoy -

Preguntó con miedo una voz juvenil.

El dueño de aquella voz se encontró envuelto en una densa oscuridad, este no veía nada, ni sentía nada, pero, un sentimiento de preocupación invadió repentinamente su ser, a causa de recordar su razón y motivación para seguir adelante.

- Nezuko... Nezuko... donde estas, Nezukooo... -

Grito el joven con desesperación, sentimiento que incrementa más con cada palabra.

El joven miraba a todos lados con desesperación, intentando buscar a la mencionada entre aquella oscuridad.

- Nezukooo... -

Grito por última vez el joven, quien finalmente se rindió.

Aquel joven empezó a sentir como la esperanza abandonaba su existencia lentamente, mientras este no paraba de repetir aquel nombre.

- Nezuko, hermanita, donde está -

Dijo con una voz debil, dejándose devorar por aquella inmensa oscuridad.

Pero de repente, el joven sintió un dolor punzante.

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- LEVANTATE IDIOTA, EL PATRÓN ESTÁ AQUÍ -

Grito enfurecido, un joven adulto de aproximadamente 21 años, con el pelo blanco, y varias cicatrices en su rostro y pecho, que dejaba al descubierto, quién había pateado en el estómago a un joven adolescente, de pelo color borgoña, quien llevaba un haori de cuadros verdes y negros, qué yacia en el suelo inconsciente.

Aquella patada causo que aquel joven se despertara de golpe por el dolor, quien instintivamente llevó sus brazos hacía su estómago para protegerse de otra patada que se le sería proporcionado por el mismo peliblanco

- suficiente -

Dijo una voz, que apesar de sonar calmada, transmitía cierta sensación de autoridad.

El joven peliburdo, levanta con dificultad su mirada, para apreciar mejor su entorno.

Aquel joven se encontraba en una especie de terreno abierto, rodeado de varias personas, quienes lo miraban fijamente, pero, la mirada del peliburdo se desvío hacia una caja de madera, que estaba fuera del círculo de personas que lo rodeaban.