capítulo 12

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La amenaza rosa
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Un nuevo día empezaba en la residencia de los Kanroji, quienes, dormían plácidamente, abrazando a cierto peliburdo, quien luchaba por librarse de su agarre.

- ahhgg... como es posible que tengan tanta fuerza -

Dijo Tanjiro, mientras intentaba quitar de encima suyo, a la pelisalmon, cosa que no logró ya que esta lo estaba abrazando por la cintura.

Y así fue como el peliburdo siguió luchando para librarse, pero sin tener ningún éxito, y para el colmo, este nisiquiera había logrado mover ni un centímetro a ambas hermanas, pero, tanto forcejeo de parte de Kamado, logró despertar a las feminas.

- mooo... no te muevas tanto Tanjiro -

Dijo Misaki, quien aumentó la fuerza de su abrazo para inmovilizar por completo  al peliburdo.

- Misaki-chan, déjame un poco a mí también -

Dijo Mitsuri, mientras jalaba al peliburdo a su lado de la cama, para abrazarlo en posición de cucharita.

Al ver su situación, el peliburdo termino por rendirse, esperando una hora más, hasta que ambas hermanas se levantaron.

- (bosteza) buenos días Tanjiro, como dormistes? -

Dijo Mitsuri, mientras se sentaba en el futon, y se estiraba.

- bien... eso creo... -

Dijo, sintiendo un leve dolor de espalda, gracias a la incómoda posición en la que ambas Kanrojis lo tenían.

- buenos días Tanjiro-kun, y Onee-san, voy a hacer el desayuno -

Dijo Misaki, levantándose del futon, para salir de la habitación.

- bueno Tanjiro, yo iré a ayudarla, no intentes escapar... -

Dijo la pelirosa, saliendo de la habitación, dejando al peliburdo solo, quien sin nada mejor que hacer, empieza su entrenamiento matutino para no perder su buena condición física.

- 99... 100... uff... que alivió -

Dijo, sentandose en el suelo, para descansar un rato.

En ése momento, un pequeño pajarito se posa en la ventana de la habitación, adentrandose en esta para mirar con curiosidad al peliburdo.

- espera... la ventana esta... -

Dijo con emoción, siendo interrumpido por una fresca brisa de aire -

- abierta! -

Dijo emocionado.

Acto seguido, peliburdo, sale por la ventana, y sin ninguna dificultad, escala y salta los muros del terreno de la casa, pisando por primera vez en mucho tiempo, el camino camino de tierra que conectaba la casa con otras propiedades, lo cual perfectamente se podría considerar " calle "

Una vez afuera, el peliburdo salta y ríe de la felicidad, para después arrodillarse, para pedirle gracias a los dioses, pero.

Peor Que Demonios (Kimetsu No Yaiba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora