❝Gol D. Roger esperaba encontrarse en la otra vida después de su ejecución. En cambio, encontró a un niño de siete años con su sombrero de paja más preciado.❞
✧ Actualizaciones los Domingos.
✧ Está historia no es mía, le pertenece a "staryty" en ao3...
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"No más..." Luffy gimió mientras caía dramáticamente al suelo. Su respiración era pesada, jadeando cada vez que respiraba.
"Es suficiente, entonces". Roger estuvo de acuerdo.
Luffy se quitó la venda de los ojos y vio a sus hermanos. Ace aún tenía unas cuantas piedras en las manos. Estaba mirando a Luffy con su habitual expresión de aburrimiento. Sabo se acercó a Luffy y le ofreció una mano. Luffy la aceptó de buen grado y se puso en pie, todavía jadeante.
Habían pasado cinco días desde el incendio. Después de tomarse un descanso durante esos días, estaban más que preparados para volver a su rutina. Actualmente, era su primer entrenamiento de la mañana. Y se habían centrado en el Haki de Observación por el momento.
"De todos modos, ¿cuándo lo aprenderemos?" preguntó Ace a su padre. Su atención se dirigió inmediatamente a Luffy. "¡No vayas por ahí deambulando!"
"¡Nu-uh!" exclamó Luffy. El niño estaba ahora ocupado jugando con los bichos que él y Sabo habían atrapado antes. Había desaparecido su cansancio y ahora volvía a ser el mismo juguetón.
"No seas impaciente, Ace. Ya llegará el momento". Respondió Roger con sencillez.
"¿Impaciencia que tengo de ti?"
"Tacaño". Sabo se puso la mano en la boca y ahogó la risa.
"Mocoso descarado..." Comentó Roger con un pequeño resoplido. A esas alturas, estaba acostumbrado a los comentarios laterales de su hijo.
"Tenemos todo el tiempo del mundo". Dijo Sabo con una pequeña sonrisa. "Tu padre no va a ir a ninguna parte".
"¡Sí!" Luffy estuvo de acuerdo, mirando al hombre. "Terminarás nuestro entrenamiento, ¿verdad?".
Roger no respondió.
"¡Ace! ¡Sabo! ¡Luffy!"
Todas las miradas se dirigieron a la fuente de los gritos. Era Magra corriendo hacia ellos frenéticamente mientras agitaba sus manos.
"¿Magra? ¿Qué pasa?" preguntó Ace. Era inusual que los bandidos los llamaran en estos días. Todos sabían que su padre estaba allí para ocuparse de ellos tres.
"Makino está en la cabaña. Ha venido a visitaros a los tres". Explicó Magra.
"¿En serio?" Cuestionó Luffy con una enorme sonrisa. El bicho que tenía en sus manos tuvo la oportunidad de escapar y salió volando. Pero Luffy estaba demasiado emocionado como para preocuparse o darse cuenta. "¡Entonces vamos! ¡Han pasado meses desde la última visita de Makino! Espero que tenga ropa nueva para nosotros y... ¡oh! ¡Quizás pueda cocinar el almuerzo! Su cocina es realmente..."
"¿Makino? ¿Quién es él?" Preguntó Roger, haciendo que Luffy dejara de despotricar.
