SHIHO
Me vestí rápidamente y bajé. Efectivamente, allí estaba. ¿Cuántas veces habré visto a Shinichi Kudo? Más de las que os podáis imaginar pero el caso es que cada vez que aparecía me comía la vergüeza. La mayoría de las veces temía que se estuviera dando cuenta de que de vez en cuando mi mirada se desviaba más de la cuenta a otras partes del cuerpo ... sí, no solo a los chicos les pasa. Pero en vez de eso, esta vez me perdí en sus ojos. Eran grandes y azules, y reflejaban entre otras cosas esa confianza suya y ese sentido del deber que me enervaba pero al mismo tiempo me enloquecía. Luego me fijé en sus labios. ¿Besarían tan bien como en mi sueño? Supongo que jamás lo sabré. Tengo que olvidarle, pero no puedo ... ¿cómo hacerlo? Es absolutamente perfecto. ¿Me estaré volviendo loca?
SHINICHI
Cuando Miyano abrió la puerta y comenzó a bajar las escaleras quedé completamente hipnotizado. Era increíblemente hermosa y se movía con la gracia propia de un ángel. Traté de disimular mi sonrojo mientras le agradecía su trabajo.
SHINICHI: Muchas gracias, de verdad (dije con una amplia sonrisa). Ya es tarde, me voy a casa. Mañana me paso a recogerte.
SHIHO: A ... ¿recogerme? ¿Para qué?
SHINICHI: Para ir al instituto, boba. Es un poco raro que una chica de 17 años por muy científica que sea no vaya al instituto.
SHIHO: Hmm ... está bien pero sigo creyendo que esto es muy peligroso.
SHINICHI: ¿Qué te dije antes? (dije acercándome más a ella)
SHIHO: (Ligeramente sonrojada) Que me protegerías.
SHINICHI: Exacto. Así que deja de preocuparte por tonterías. Hasta mañana.
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Muchas gracias por los comentarios, me animan mucho a seguir:)
