SHINICHI
Durante toda la mañana mis amigos me estuvieron dando el follón para que me confesara a Miyano.
SHINICHI: ¡Que ya os he dicho que no, joder!
CHICO 1: ¿Por qué?
SHINICHI: ¿Por qué iba a gustarle, a ver?
CHICO2: Vamos, si está claro que se muere por ti.
SHINICHI: Sí, ya.
CHICO3: Vamos, tío. Cualquiera podría darse cuenta de eso a kilómetros de distancia. ¿No has visto cómo te mira?
SHINICHI: Dios ... que pesaditos.
SHIHO
Ahora recuerdo por qué todo el mundo odia ir al instituto ... aquellas cinco horas de clase fueron las más lentas de toda mi vida ... y aún quedaba una hora más. Di un largo suspiro y me eché en la mesa un poco, ladeando la cabeza de manera que tenía una ligera visión de Kudo. Aunque parecía más relajado seguía un poco distante, sumido en sus pensamientos y a su alrededor sus amigos, diciéndole cosas que no llegaba a escuchar del todo. Quizás había discutido con Mouri ...
Y hablando de ella, no ha dejado de llorar desde ese momento. En parte me daba pena ... ¿qué le habría hecho ese idiota?
Ya en historia, mientras yo estaba en mi mundo alguien me tocó la espalda. Me giré y vi a uno de los amigos de Kudo, sonriendo y con un papel en la mano.
CHICO1: De Kudo.
Lo cogí con cuidado de que la profesora no se diera cuenta, y bajo la mesa lo abrí. En él ponía: "Espérame a la salida. Tengo que hablar contigo".
Esas palabras no hicieron que precisamente la hora pasara volando. Me había dejado intrigada ... ¿qué querrá decirme? ¿¿Podría ser que ...?? No ... imposible, a él le gusta Mouri. Aunque por lo menos tenía una ligera esperanza.
Al terminar la clase todo el mundo recogió increíblemente rápido. Me sorprendió muchísimo la velocidad que había podido alcanzar la chica que tenía a mi lado. No me había dado cuenta ni de cuándo se había ido.
Kudo se acercó a mi mesa con la mochila colgada al hombro.
SHINICHI: Vamos lenta (dijo sonriendo)
SHIHO: Anda, yo no soy la interesada así que no te quejes.
SHINICHI: Borde ...
Por el camino fuimos en silencio un buen rato. Parecía estar meditando muy bien lo que me iba a decir.
SHIHO: Kudo, hoy estás muy raro, ¿te pasa algo?
Giró la cabeza bruscamente para mirarme. ¿Era mi imaginación, o se había sonrojado?
SHINICHI: Te prometo que te lo contaré todo, pero este no es el lugar adecuado (dijo desviando la mirada)
SHIHO: ¿Eh?
SHINICHI: ¿Qué te parece si te invito a cenar el viernes por la noche? Conozco un sitio que está muy bien.
SHIHO: Cl ... claro, ¿por qué no?
A lo lejos, una sombra nos observaba silenciosamente.