12: EPNS

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Hudson

Aspen me mira y puedo sentir la desesperación en su mirada. Hemos estado discutiendo sobre lo que será mejor para el bebé una vez que nazca, por mi parte he sido bastante claro en decirle que no le faltara nada y que me hare responsable, sin embargo, ella insiste en qué le gustaría que el bebé tuviera a sus padres juntos.

Pero ¿Cómo puedo hacer eso posible?, no podía engañarla y tampoco iba a faltarme. Aspen no era la persona que quería para mi vida y me rehusaba a compartirla por obligación.

- ­Es que no lo entiendo, Hudson – Sus manos van a su cabello - ¿Por qué no me quieres? ¿No soy lo suficiente buena para ti?

- Aspen, por favor...

Ella suelta un suspiro y le pega al escritorio de Roy. Estamos en el gimnasio, acabábamos de llegar del primer ultrasonido del bebé y sinceramente, estaba desconectado. Apenas había hablado en el camino aquí y ella lo había notado.

Apenas podía recordar lo que había visto en la pantalla del consultorio. Tan pronto escuche el corazón del bebé, entre en pánico y la respiración me falto.

Estaba asustado como la mierda.

- ¡Es que no lo entiendo! ¡vamos a ser papas! – Vuelve a vociferar en mi dirección - ¿Por qué te acostaste conmigo? ¿No signifique nada para ti?

Me levanto de golpe de la silla donde estoy y la observo inquietante. Ambos sabíamos a que estábamos dispuestos cuando íbamos a la cama y bajo ninguna manera o circunstancia iba a permitir que me tratara como un mentiroso.

- ¡Jamás dije que quería casarme contigo, Aspen! – grito en su dirección - ¡Siempre fui sincero contigo!

- ¡Mentiroso! ¡Dijiste que te gustaba!

- ¡Dije que me atraías! Sin embargo, jamás te dije que veía un futuro contigo – Camino hasta ella- Ambos sabemos que ese bebé fue un error. Nunca te prometí rosas o chocolates, no sé cómo fuiste tan tonta como para creer que esto iba a atarme a ti.

Aspen levanta su mano y justo cuando está por abofetearme, se arrepiente y las lágrimas empiezan a correr por su rostro.

- He arruinado mi vida por un hombre que no me quiere – Murmura en voz baja y creo que se lo dice más así misma.

El peso de mis palabras me golpea de repente y me siento mal. No lo había pensado en detalle; simplemente deje que mi boca hablara antes de conectar con mi cerebro, estoy por disculparme pero ella arremete contra mí en un impulso de ira y me empuja.

- Eres un bastardo, ojalá te lesiones y no puedas competir nunca más – Me señala – Yo me he arruinado la vida con tu hijo y espero que tú también seas miserable. Eres un hijo de puta, Hudson. Ojalá te golpeen tan fuerte, al punto que no puedas...

- Aspen, suficiente- La detengo mientras que trato de agarrarla de los brazos. Ella se sacude de mi agarre y sigue en su ataque- Aspen, cálmate.

- ¡Ojala te lesiones! ¡Te odio!

Y justo cuando estoy por responder, la puerta de la oficina se abre y ambos miramos en su dirección. Roy nos observa con el ceño fruncido y no hace falta que diga algo, está enojado, sin embargo, mi mirada cae en la persona que esta atrás de él.

- Ha sido suficiente, Aspen. Es hora de que vayas a casa – le dice Roy en tono duro – Evan va a llevarte a un hotel, no vas a quedarte más con Hudson. Acabas de desearle lo peor y solo dios sabrá lo que estas dispuesta a hacer.

Hudson Ford: El inicio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora