Hudson Ford: El inicio

5; "Lecciones mal aprendidas, invitaciones poco convencionales"

lecciones mal aprendidas einvitaciones poco convencionales.

Phoenix

Camino lejos de los chicos una vez he agradecido a Hudson por sus acciones de la noche pasada. La verdad es que lo agradecía, de lo contrario, mi amiga y yo no hubiéramos salido bien paradas de ese lugar.  Las palabras del idiota me habían dolido, no voy a negarlo, escucharlo llamarme "fenómeno" me había trasportado a años atrás cuando los niños en mi primaria me decían cosas espantosas.

Los peores años de mi vida, si tengo que ser completamente sincera. Es por eso que me alegré una vez supe que fui aceptada en la universidad, significaba un nuevo comienzo en mi vida. Una nueva Phoenix.

Vuelvo con mis amigos al césped bajo la atenta mirada de Lara. Se ha dado cuenta de lo que ha pasado y una sonrisa burlona se escapa de sus labios.

–      Hudson siempre está rodeado de mujeres ¿No? – Me codea – Vaya, es linda.

Volteo a mirar a la chica que ha interrumpido mi breve e inútil intento de ser decente y asiento con la cabeza.

–      La verdad, si, siempre está rodeado de mujeres. Algún día se le caerá el pene de tanto follar.

Lara suelta una carcajada.

–Oh vamos Phoenix, tienes que admitirlo, Hudson es guapo – Guiña su ojo en mi dirección – ¿No lo crees? ¿No has pensado lo bueno que debe ser en la cama?, las chicas corren detrás de él por alguna razón.

–      No empieces, Lara. No estoy interesada en tener esta conversación contigo, ni con ninguna otra mujer –  Tomo mi mochila y empiezo a meter todos los tappers que he traído con mi comida – ¿Tienes planes para la próxima semana?

Lara asiente con la cabeza.

–      Las chicas quieren ir a la pelea de Hudson. Dicen que participa en las estatales, peleara la próxima semana.

–      ¿Pelear? – Interrogo.

–      Hudson practica boxeo, Phoenix. – Me aclara mi amiga – Si te animas a venir, puedo conseguirte un boleto.

En todo el tiempo que había escuchado de Hudson jamás imagine que practicara boxeo. Siempre lo vi como el tipo que se tiraba a las chicas, ah, y el nerd de finanzas. Le digo a Lara que lo pensaré (Cuando no es cierto) y camino hacia mi practica de porrismo.

Lo cierto es que, si encontraba a Hudson guapo, solo que primero tendrían que cortarme la lengua; antes de que yo, Phoenix, lo admitiera en voz alta.

****

Mis piernas impactan directamente contra la alfombra amoblada del gimnasio y siseo de dolor cuando mi rodilla se queja ante tanto esfuerzo. No habían pasado las dos semanas recomendadas por el doctor, pero lo cierto es que no podía aguantar más sin practicar, no practicar con el equipo significaba una sola cosa: Perder tu puesto ahí y yo no podía permitirme eso, el dinero del descuento que me ofrecían por ser parte de el, lo podía utilizar en algo útil.

El entrenador se da cuenta del esfuerzo que estoy haciendo y camina lentamente en mi dirección. Su ceño se frunce al verme y me ofrece su mano en busca de apoyo. La tomo y cojeo hasta las bancas de gimnasio.

–      No tienes permitido entrenar hasta que no vuelvas con un certificado de un médico – Me dice con voz dura. Las chicas prosiguen con la rutina y yo solo puedo sentir como el aire se va de mis pulmones por lo que acabo de escuchar. – No pienso repetirlo, Phoenix.