Altagracia Sandoval
- Ya casi cinco meses después de mi graduación se podría decir que todo estaba bien, pero mentiría si lo dijera, José Luis estaba raro conmigo desde esto y temía que estuviera enojado por algo que hice. A veces solía ser muy mimada y el no era la excepción, sólo que el me mimaba y me volvía más malcriada entonces mi plan se puso en marcha.
Acompañada de Sarah, Mía y Daniel me puse manos a la obra para hacerle un postre a José Luis con todo mi amor, Los dos somos amantes del chocolate oscuro así que puse a derretir este para empezar a hacer un gran pastel de disculpa para el aunque probablemente no haya hecho nada o si pero no lo recuerde. Hace dos días le pregunté si podía ir a su departamento y me respondió con un No bien frío y no lo juzgo pues en estos cinco meses que llevamos juntos han pasado muchas cosas.
En cuanto a los trillizos, cada día estaban más grandes y más inquietos, estos estaban desde la carreola viendo con atención como hacía el pastel con mucho chocolate para su tío que si seguía de esa manera, lo iba a mandar a la mierda e iría a vivir a Italia.
O al menos eso pensaba pues ahora de repente ya no quería separarme de él, quería estar pegada a el todo el rato mientras el cada vez me rechazaba aún más cosa que me ardía en el alma.
Al terminar el pastel lo empaque luego de dejar a los trillizos que ya tenían hambre con su mamá; para luego vestirme y salir en mi camioneta para ir a la empresa de José Luis y sorprenderlo.
Si al menos alguien me hubiera dicho lo que vería ahí hubiera pensado dos veces antes de hacerlo.
Llegue con el pastel y al parecer su asistente no estaba así que aproveche para entrar y darle una sorpresa pues el tampoco parecía estar gracias al silencio que había.
Al entrar me golpeé con la realidad de lo que era José Luis Navarrete, un narcisista, adúltero y mujeriego. Estaba encima de su asistente mientras está gemía con fuerza, así como yo lo hacía cuando estaba con el. Me quedé ahí parada sin decir nada, sólo veía como se separaba de la chica morena de grandes pechos quien se ponía su ropa rápidamente para salir; sabía que lo que se venía era fuerte.
- ¿Desde cuándo? - Pregunté al parecer sin ninguna expresión en mi rostro -
- Altagracia, puedo explicarlo, déjame hablar por favor - Se acercó a mí con intenciones de tocarme - Por favor mi amor.
- Te hice una pregunta ¿desde cuándo? - Hablé todavía sin demostrar nada - desde cuándo te follabas a... Esa?
- Desde hace un mes - Ahora sí -
- Me lance sobre el dejándolo embarrado del pastel de chocolate que con mucho amor y paciencia había hecho para el. El me pedía perdón mientras yo golpeaba su pecho dejando salir mis lágrimas libremente, salí de esa empresa siendo seguida por el, que estaba todo lleno de pastel y lágrimas, en mi vestido no había ni una sola migaja de pastel. La chica se veía aparentemente enojada cuando vio como salió tras de mí, me acerqué y el dije "Si te prometió amor, pues es mentira. Felicidades, te quedaste con el, o al menos eso porque su cuerpo, alma y mente siempre serán míos" y me fui de ahí con mi mentón en alto, José Luis Navarrete no me iba a destruir y de eso estaba segura.
Cuando ya estaba en la camioneta llegó por la ventana suplicando que me bajara para hablar pero solo arranque, arranqué dejamos todo atrás y con todo también me refería a el, el que me destruyó, que destruyó mi corazon que había remendado solo para el, para que lo amara profundamente.
[...]
- Los días después no fueron nada fáciles al parecer el destino está vez jugaba a mi favor, la obra en Suecia necesitaba de mí y mi supervisión, me encontraba dejando a cargo a una persona de mi entera confianza para que vigilara mi empresa y todo lo que pasa en ella.
Ya tenía maletas listas, boletos listos, sólo faltaba una última cosa y era lo que hacía estos últimos días. Me estacionaba en frente de la empresa de José Luis a cierta hora para verlo, verlo tal vez por última vez en años.
Quería besarlo, tocarlo, sentir su dura y firme espalda, ver sus casi translúcidas pecas que se afirmaban en su espalda que estaba llena de estas, el lunar en el lado derecho de su cuello que era más pequeño que el que estaba en su pierna izquierda, su marca de nacimiento en la parte baja de la espalda, sus labios carnosos y bonitos, sus ojos café oscuro que cada vez que iban dirigidos a mi me miraban con orgullo. Lo iba a extrañar demasiado, tanto que esos años sin el serían una eternidad pero solo servirían para acostumbrarme a todos los demás que seguían sin el. Muestras lo espiaba una ligeras náuseas me llegaron pero estaba más que segura que era anemia.
Aún así no podía perdonarle que se acostara con esa chica Sin pensar en mí, lo amaba con todos sus defectos pero al parecer el a mi no.
Al llegar a Suecia con Matamoros lo primero que hice fue llegar a la casa que mi padre tenía, y que hace unos días habían venido a limpiar para que estuviera perfecta para mi, el trayecto del aeropuerto a la casa fue de al menos 2 horas, si, era bastante lejos pero solo tendría que volver al aeropuerto en 1 o dos años.
No llevaba ni un día en Suecia y ya extrañaba a mis bebés, estaba segura que lloraran cuando vean que no estoy, estos niños y yo nos volvimos tan unidos en tan poco tiempo que hasta podía decir que los quería como si fueran mis hijos.
Después de llegar solo me tiré a la cama a ver las fotos en mi celular, la sesión de fotos con José Luis en mi isla privada en Río, las fotos que nos tomábamos juntos de repente o más bien que nos tomaba a los dos cuando el estaba distraído, los vídeos donde se escuchaba su calurosa voz. El malestar aún no pasaba por lo que pronto tendría que ir a un médico pero no era urgente así que iría después, tenía trabajo que hacer en las oficinas que teníamos aquí y las construcciones que estaban a medio andar por el frío y las lluvia.
Menos mal que pronto terminaría la temporada de lluvias.
Triste :'(