02. Abogado de mierda

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Hace pocas horas se había enterado de su embarazo, ese sentimiento tan jodido la estaba carcomiendo desde lo más profundo de su interior, el enterarse que su hermana y su pareja se estaban acostando y tenían una relación a escondidas el mismo día que se enteró de su embarazo no ayudaba en nada, todavía no le había dicho nada a Saúl pero lo cito en un lujoso restaurante para poder decirle y de una vez terminar con ese abogado que se robó su corazón pero solo la utilizó para llegar a su hermana, al citarlo a ese lugar quería demostrarle lo que se había perdido al elegir a su hermana.

Luego de prepararse vistiendo un vestido negro ceñido al cuerpo y corto en conjunto con unos tacones aterciopelados de color plateado y unos lentes negros, metió los resultados de la prueba de embarazo de embarazo de sangre y el papel donde había firmado para poder interrumpir su embarazo con el mejor doctor de todo México, muchos pensaran que estaba ardida pero para una mujer de 19 años no era lo mejor en ese momento pues su cuerpo tampoco estaba preparado para que un bebé saliera de el, al llegar a lugar quitó sus lentes para poder sentarse en la mesa donde ya se encontraba Saúl. Se sentó en la mesa luego de que esté intentará darle un beso.

Cuando pensabas decirme que te estabas follando a Mónica – Habló con semblante serio cruzando sus piernas –

Amor, quien te dijo eso? Te lo puedo explicar – Se acercó un poco más a la mesa y tomó la mano de Altagracia besando esta pero está solo quitó la mano con desprecio –

Si, seguro, en fin, sólo iba a terminar contigo y a decirte esto – Dejo el papel que decía positivo en frente de el y también el papel donde decir que el día siguiente tenía cita para abortar el feto que se encontraba en su vientre –

Altagracia, no por favor, no hagas esto, esa criatura no tiene culpa – dijo luego de leer los dos papeles y que Altagracia guardara el de la cita en su bolsa de nuevo –

Ay por favor, quieres que tenga a tu hijo luego de que me fuiste infiel con mi hermana? Estas como loco – Se acercó a su oído y comenzó a hablar – Esta "criatura" no se merece un padre tan asqueroso como tú, Saúl Aguirre. A partir de hoy estás muerto para mí. Mañana te quiero a ti y a tus cosas fuera de mi empresa.

– Luego de decir eso se puso sus lentes saliendo de ahí como todo una perra pero sus lentes cubrían esa lágrima traicionera que salía sin que ella pudiera controlarlo, le dolía de sobre manera el tener que dejar a su gran amor pero no sé sentía ni un poco mal con la decisión que había tomado sobre su embarazo, no podía traer un ser al mundo siendo ella la que más riesgo corría y tampoco dejaría que un padre como el para criar a su hijo. Al llegar a saca se tiro en su cama para quedarse dormida luego de este tan difícil día.

[...]

– Para este momento ya Altagracia estaba descansando en la camilla, también ya no tenía a ese pequeño feto en su vientre y eso la hacía sentir más, mucho más, tranquila pero esa horrible sensación no se la quitaba nadie, a pesar de ser el hombre más despreciable que había pisado la tierra, no podía obligar a su corazón a dejar de amarlo además de que era la pareja de su hermana y tendría que verlo siempre o al menos lo que su relación dure, luego de estar en reposo llegó a casa con la ayuda de su guardaespaldas preferido, el que la acompaño en todas y cada una de sus decisiones siempre.

El guardaespaldas la cargo hasta su habitación dejarla en su cama y besar su cabeza y arropar a esta, el sabía que no habían sido días fáciles para la chica, y el la quería como una hermana así que la iba a tratar como tal. Altagracia se pasó toda la noche llorando mientras recibía todo tipo de mensajes de Saúl diciendo que era una desalmada y que no quería volver a verla en su vida, aunque quisiera ocultarlo a Altagracia le afectaba mucho pero mientras más tiempo pasaba más tranquila sé sentía, su llanto no era de dolor sino de tranquilidad, estaba segura que en un año ya habría olvidado todo o al menos eso pensaba.

[ Dos años después ]

– En estos dos años Altagracia solo hizo odiar más a Saúl, tenía que odiarlo para dejar de amarlo o al menos eso quiso hacer, le ardía el hecho de que su hermana se quedara con el y estuviera embarazada de el, le dirán lo que sea pero para ella esos tres bebés que estaban desarrollándose en el vientre de Mónica no los consideraba sus sobrinos, ni tampoco los consideraría jamás. El día que organizaron una junta entre toda la familia para dar la noticia Altagracia terminó borracha en una carretera demasiado alejada de su casa, desde ese día se decidió a no dejar que los hechos la afectarán.

Eso ocurrió hace unos meses, ya en el presente Mónica tenía 7 meses de embarazo y Altagracia estaba firmando contratos de parte de su empresa para empezar con un proyecto que venía planeando desde hace mucho el edificio inteligente y anti sismos APL-ASJL con la empresa Navarrete, todavía no tenía el placer de conocer al dueño de esta empresa pues todo lo había arreglado con su abogado debido a que el estaba en un viaje dee negocios en otro país.

Altagracia Sandoval

Estaba en mi oficina firmando para la compra de paneles solares de la mejor calidad y unas bigas para así poder empezar con la estructura del edificio pues tenía un año para terminar este, estaba segura que lo haría en menos de un año pues había contratado a los mejores obreros de todo México. El punto era que en medio de eso entro un hombre con un traje negro sin ninguna arruga con una camisa azul oscuro y los zapatos negros limpios, se veía bastante sexy con esos ojos oscuros y ese rostro serio.

Usted debe ser la señorita Sandoval, mucho gusto. Soy José Luis Navarrete – Dijo el hombre con una faceta sería, me levante y mordí mi labio discretamente para aceptar su mano –

El gusto es mío señor Navarrete – Estreché su mano con delicadeza y me senté –

No había tenido el placer de conocerla pero estoy aquí para que me cuente con lujo de detalle cómo va la obra y cuáles son sus ideas – Se sentó en la silla en frente de mi escritorio derecho –

Estuvimos al menos una hora hablando de la obra mientras él también intentaba proponer ideas que me encantaron y estaba segura de que las iba a implementar, me dijo que vendría más seguido para no perderse nada de la obra que íbamos a dirigir juntos, cuando ya iba a retirarse se acercó a mí para besar mi mejilla pero en cambio solo inhale todo su perfume que era delicioso, me causaba bastante intriga este hombre.

Después de una jornada pesada de trabajo llegue a la casa que compartía con mis padres y hermanos, la casa en la que vivimos toda nuestra vida solo que con cambios bastante notorios en cuanto a terreno y esas cosas. Entre a mi habitación luego de que la empleada me avisará que hoy íbamos a cenar en la terraza todos. Dure más o menos treinta minutos en el baño para luego bajar a cenar en pijama pues no tenía humos para otras ropas, sólo espere a que la comida estuviera servida pero empezaron a hablar sobre el embarazo de Mónica haciendo que me dieran náuseas.

Todos estos años había tenido aventuras, siempre cuidándome claro pues no quiero que el accidente de hace algunos años se vuelva a repetir, un bebé no tenía lugar en mi vida en este momento y mucho menos con mi graduación a la vuelta de la esquina, por fin había terminado mi carrera, se alargó algo pero al fin terminó, estaba muy feliz por eso. Estaba intentando comer cuando Mónica empezó a hablar, estaba de más decir que ella nunca se enteró que estuve embarazada de Saúl, sólo por un mes pero Altagracia se alegraba por la decisión que había tomado.

Altagracia, queríamos pedirte desde ahora que seas la madrina de nuestros hijos, juntos tomamos esa decisión – por un momento me atragante con el vino –

No y es mi última palabra

– Me levante de la mesa sin previo aviso y me encerré en mi habitación a tomar hasta tarde.

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