Capítulo 27

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Jennie's POV

"Esto no ha terminado, Roseanne. Eres mi hija. ¡Te guste o no!"

Abrazo a Rosé mientras llora, sabiendo que necesita desahogarse. Acaba de cortar por completo la relación con su madre después de ser traicionada por ella de la peor manera posible. Jessica la apuñaló por la espalda y luego trató de hacer ver que era la víctima.

Fue Rosé la que estuvo inconsciente durante cuatro días después de haber luchado por su vida con ese cabrón.

—Mi amor... —acaricio su mejilla suavemente, con cuidado de sus moretones.

—¿Qué pasa?

—Ese hijo de puta...¿lo hizo de nuevo? —pregunto entrecortadamente, sin perder la mirada implorante de Jiyong al darse cuenta de lo que estoy diciendo.

—Él...lo hizo. Se las arregló para penetrarme, la saqué una vez que lo maté. —suspiro fuertemente ante esto.

No tengo palabras. No puedo creer que haya tenido que volver a pasar por la misma pesadilla.

Dejo un beso en su mejilla y luego la llevo a la sala de estar, donde le ayudo a sentarse en el sofá.

—Te traeré algo de comer, ¿vale? Espera aquí. —recibo un breve asentimiento de mi mujer y luego me dirijo a la cocina, donde veo que Jiyong ya está sacando ingredientes de la nevera.

—Déjame ayudarte Jennie. Me ayudará a olvidarme de todo. —murmura en voz baja mientras pica las verduras.

No me molesto en contestarle. Estaba pensando en lo mismo. Necesito alejar mi mente de lo que le pasó a Rosé o me volveré loca.

—¿Dónde está el cabestrillo de Rosé? —le pregunto —Olvide ponérselo.

El hombro de Rosé estaba muy dislocado y tendrá que llevar un cabestrillo durante unas semanas para estabilizarlo. Yuri dejó uno después de revisarla, pero no sé dónde está.

—Está en la cómoda de la sala.

—Gracias. —le doy una sonrisa antes de volver con mi mujer, dejando a Jiyong preparando la cena.

No tengo el corazón para quitarle esto. Sé que necesita este momento de paz tanto como yo. Fue él quien estuvo sentado junto a la cama de Rosé todo este tiempo, sin apenas dormir ni comer.

—¿Qué buscas? —me pregunta con curiosidad cuando me ve rebuscar en el cajón.

—Tu cabestrillo. Necesitas mantener el brazo elevado. —sonrío ante su ceño fruncido y molesto al escucharlo.

—¡Nooo! ¡No quiero! —se queja tiernamente, tratando de apartarse de mí cuando intento ponérselo —¡No! ¡Papá! Quítamela de encima!

—No te quejes, Rosé. Lo necesitas. Deja que te ponga eso. —le llama la atención su padre.

—¡Bien! —resopla enfadada cuando consigo ponerle por fin el cabestrillo —¡Ahhh, lo odio!

—Eres tan linda. —le doy un beso en la mejilla.

—Y tú eres tan molesta... —gira la cabeza hacia otro lado para no mirarme.

—Amor, no seas tan gruñona. —me burlo —Es por tu bien, no deberías forzar demasiado tu hombro.

—¡Pero es incomodo! —se queja, dando un adorable pisotón.

No sé si es por las pastillas que está tomando o por otra cosa, pero está más irritable y linda que de costumbre.

—Aguanta un poco. Cuando te sientas mejor, podrás quitártelo, ¿vale? —intento negociar, pero su mirada me dice que no tengo éxito —Rosé, por favor. Hazlo por mí, ¿sí? No quiero que te hagas más daño.

THE THORNS (CHAENNIE) - PART 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora