Oportunidades

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Vegas POV

Pete se quedó dormido cerca de las doce de la noche, no tuvimos sexo y logré convencerlo de cenar, pero se negó a soltar la botella hasta que el sueño lo venció, apenas lo había dejado en la cama y estaba preparándome para dormir también cuando dos golpes en la puerta me tomaron por sorpresa.

Nadie vendría tan tarde a mi apartamento, cerré la habitación colocándome la playera de la pijama, la única persona que iba a mi apartamento sin avisar era Kim y dudaba que en ese momento tuviera intenciones de aparecerse a menos que fuera para echarme en cara su beso con Pete.

Pero al abrir la puerta me encontré con el primo que no esperaba ver nunca aquí, Kinn cargaba uno de los mocosos de Pete que lloriqueaba sobre querer a su padre, mientras el gemelo miraba fijamente sus calcetines de perro sosteniendo la mano de Kinn casi con asco, era bueno saber que al menos no era el único al que odiaba.

― ¿Sabes dónde está Pete? ―masculló sin al menos un saludo de cortesía, mientras Venice levantaba la mano libre para saludarme con una media sonrisa, ¿eso nos convertía en amigos o solo estaba tanteando el camino para sacarme más dulces?

―Está durmiendo. ―murmuré señalando con la mirada mi cuarto, él suspiró pesadamente y Macao sollozó más fuerte.

― ¿Puedes despertarlo? Necesito regresar con Porsche antes de que llame a un monje para bendecir la casa. ―fruncí el ceño confundido y Venice se rio por lo bajo, haciendo que Kinn pusiera los ojos en blanco. ―Solo llámalo.

―No creo que sea buena idea, ha bebido demasiado y acaba de irse a la cama. ―murmuré esperando que los mocosos no entendieran a que me refería, eran pequeños, era poco probable que supieran lo que era estar borracho. ―Le diré que vaya a buscarlos cuando despierte.

―No puedo llevarlos de vuelta, Macao no quiere regresar a la casa por culpa de Venice y Venice no deja de asustar a Porsche. ―de verdad me estaba costando no reírme de imaginar al enorme novio de Kinn aterrado de un niño diminuto.

―Yo no lo asuste, la película lo hizo. ―se defendió soltando su mano con fuerza. ―Si Porsche no hubiera gritado tan fuerte, Macao no se habría asustado.

― ¿Y quién eligió la película? ―Venice se sonrojo, pero fingió no saberlo encogiéndose de hombros, Kinn bufó, seguramente llevaban teniendo esta discusión desde antes de venir aquí. ―No importa, llamaré a Kim, Khun dijo que los conocía y se llevaban bien, quizás él pueda cuidarlos.

―Pueden quedarse aquí. ―musité deteniendo sus intenciones, él me miró levantando una ceja. ―Pete está aquí, estarán más tranquilos con él cerca. ―expliqué notando como el mocoso lentamente tomaba mi mano asintiendo.

―Tú no sabes cuidar niños.

―Solo van a dormir, no creo que sea la gran cosa, dormí a éste la vez que los lleve al hospital. ―murmuré en mi defensa y Venice asintió firmemente.

―Chay nunca se duerme cuando tú lo cuidas. ―Kinn miró al mocoso a mi lado claramente furioso y Venice levantó la barbilla con seguridad.

―Bien, quédate con él, llevaré a Macao...

―No, Macao se queda conmigo. ―masculló Venice soltándome para tomar el pie de su hermano deteniendo el andar de Kinn. ―Ven Macao, ya no pondré películas de terror y el otro papá nos comprara dulces. ―fruncí el ceño mirándolo mientras el mocoso en brazos de Kinn levantó la cabeza hipando con los ojos rojos y las mejillas mojadas por las lágrimas, pero asintió estirando los brazos para que lo tomara.

Suspiré pesadamente tomándolo con curiosidad, Venice se había acomodado solo aquella noche en el hospital, pero Macao me miraba fijamente como si esperara que hiciera otra cosa aparte de sostenerlo.

Play DateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora