Extra 4: ¿Eres tú?

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Macao POV

Una vez que los secretos salen de la caja, es imposible regresarlos a ella. Las consecuencias nos atormentan sin remedio y no hay forma de reparar las heridas, el silencio de la madrugada convirtió mi dolor en rabia, lo odiaba por lastimarme cuando yo lo amaba sin restricciones, no merecía las palabras que salieron de su boca, no tenía derecho a encasillar mis sentimientos como inmaduros e insignificantes.

Como si no fuera suficiente, también debía pensar en Porchay, en sus sentimientos que hasta el día de hoy había ignorado y ahora formaban parte de mi enredado panorama, no tenía tiempo para procesar una emoción cuando otra ya estaba golpeando mi puerta.

El agobio me hizo mirarlo con profunda envidia mientras dormía, tan tranquilo y en paz, yo no tenía ninguna de esas cosas y probablemente no las volvería a tener en un buen tiempo, porque él decidió enamorarse de mí a pesar de haber escuchado todas mis confesiones de amor a Kim, y él decidió enamorarse de alguien más sin siquiera considerarme una vez. Los odie por causarme tantos problemas, aborrecía sus sentimientos, que al único que afectarían sería a mí.

Kim seguro se sentiría libre de volver pública su relación con su desconocida pareja y Chay pasaría una breve vergüenza que dejaríamos atrás en unos días, pero yo terminaba con el corazón roto y sin mi mejor amigo.

No pude dormir toda esa noche, maldije a Kim y su novio en silencio, deseando poder herirlos como lo hicieron conmigo, deseaba que sus corazones estuvieran tan rotos como el mío, que la persona que amaban los apuñalara por la espalda y tuvieran que recomponerse sin ayuda de nadie porque su amor nunca fue tomado en serio. Lo peor no era que deseara venganza como si fuera un hombre engañado, sino que en el fondo mi corazón aún lo anhelaba y en el más retorcido de mis pensamientos lo imagine arrastrándose de vuelta una vez su pareja lo abandonara.

― ¿Qué hora es? ―la voz de Chay me tomó por sorpresa y solo entonces presté atención a la luz que entraba por la ventana entre las cortinas mal cerradas, tome mi teléfono de la mesa de noche y murmuré la hora con la voz rasposa. ― ¿Por qué estás despierto tan temprano?

―Estaba pensando. ―musité mirándole fijamente, la verdad sea dicha, jamás lo vi con otros ojos que no fueran de amistad, sabía que era atractivo, más de una vez alguien lo invitó a salir en la preparatoria conmigo presente, pero incluso entonces seguía siendo solo Chay, por un momento creí que enterarme de sus sentimientos cambiara eso.

― ¿En qué? ―se sentó en la cama soltando un largo bostezo y medité el decirle lo que sabía sobre él, al final, no tuve el valor.

―Ayer me enteré de que Kim está saliendo con alguien desde hace bastante tiempo. ―confesé mirándole a los ojos, una parte de mí, aquella que ardía en despecho, esperaba ver un cambio esperanzado en su mirada, casi deseaba que lo hiciera para ser igual de egoístas, pero Chay solo mostró sorpresa.

― ¿Los viste juntos? ―negué analizando cada gesto y rogando que mostrara un atisbo de alegría. ―Bebí mucho anoche, no me acuerdo de casi nada después de que subí al VIP y me duele la cabeza como nunca, así que vas a tener que explicarme qué paso exactamente.

―Me sorprendería que recordaras algo, te quedaste dormido cerca de la medianoche. ―murmuré con una fingida sonrisa, ahora que sabía porque actuó de esa manera, ya no quería hacer preguntas. Bostezó con pesadez y asintió colocándose los dedos sobre las sienes. ―Kim tuvo que traernos a casa, porque Venice también estuvo bebiendo.

― ¿Te contó de su pareja? ―negué de nuevo, ¿por qué no reaccionaba como quería?

―Le pedí que me esperara mientras te traía a la cama, cuando baje a buscarlo lo escuché hablando con él por teléfono. ―con grandes ojeras moradas y los ojos entrecerrados por la luz, solo pude encoger el resto de la cara confundido. ―Le dijo que lo amaba y por lo que entendí llevan más de diez años juntos.

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