VII

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El omega de cabello negro se sorprendió cuando Grell lo llevó a un restaurante bastante exclusivo de la ciudad, el ambiente era suave y tranquilo, no como las horribles discotecas de las que Alan solía contarle ¿Acaso Grell también invitaba a su actual prometido a lugares así? Sinceramente le sorprendería si fuese así, la pelirroja le parecía una canalla de pies a cabeza que sólo pensaba con lo que fuese que tuviese en medio de las piernas.
Un mesero los ubico en una buena mesa, la vista era perfecta desde ahí y les llegaba algo de brisa, era refrescante. William suspiró pesadamente e ignoro lo que sea que Grell estuviese diciendo, enfocándose en los contenidos del menú, buscando lo más caro así no fuese de su agrado, la pelirroja se rindió al tratar de conversar y miró el menú también.

— ¿Están listos para ordenar? — preguntó el camarero.

Grell cerró su menú y asintió — Un vino blanco para ambos.. y yo tendré un Boeuf Bourgignon —

El contrario anotó y giró hacia Will — ¿Y usted? —

— Eh.. — se mordió la lengua, su pronunciación en francés era terrible — Quiero un..  Boui.. Bouillaba..isse —

— ¿Un Bouillabaisse? —

— Si, eso — suspiró entregándole el menú.

Grell sonrió levemente — Vaya, no pensé que te gustaran los mariscos.. Los más caros todavía, pero eso no importa, gastaré un poco más en ti si es necesario — se burló.

— ¿A usted le gusta la comida de mar?—

— Oh dios no — se quejó — Además soy alérgica a los camarones — suspiró — Tendrás que limpiarte bien la boca si nos vamos a besar —

— Quizás pida un ceviche después de lo que sea que pedí — frunció el seño.

— ¡Oh eres tan cruel Wil! — hizo un leve puchero.

......

Un muy cansado Alan volvía a su hotel, las conferencias en su sede de oficinas en América eran un total desastre, le tomaría tiempo hacer que aquellos trabajadores hicieran algo bien. Se detuvo de golpe al sentir cierto olor cerca suyo, se tocó las mejillas, podía sentir que se ponían algo más tibias, miró a su alrededor algo asustado y a lo lejos lo volvió a ver, aquel alfa con cara de idiota y un cuerpo de ensueño ¿Porqué pensaba eso?

— Porqué tengo tan mala suerte.. que diablos estoy pagando — se quejó entre dientes, caminando algo más rápido para no tener que saludar.

— ¿Alan? — El rubio notó al contrario desde lejos por alguna razón — ¡Hey Alan! — corrió tras suyo.

— ¿Eh ? — el castaño fingió no haberlo visto, aunque sus mejillas decían lo contrario.

— Parece que todos estamos teniendo problemas con nuestras sedes en América ¿no es así? — se burló el mayor.

— Supongo.. — suspiró, el aroma que emanaba Eric era mucho más fuerte de cerca, se estaba poniendo nervioso.

— En la terraza hay un bar privado para mis socios y yo ¿te gustaría ir? Una copa no te caería mal —

— No gracias, no bebo en mis viajes de negocios  —

— Tómalo como cortesía de la casa — insistió.

— Dígale eso a otro de sus "socios" — el castaño volvió a darse la vuelta, pero Eric agarró su muñeca — Slingby.. —

Tu esencia [GRELLIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora