XI

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El omega miraba al otro pelinegro ligeramente confundido, todo estaba pasando muy rápido y seguía sin sentir el cuerpo del todo.

— Es imposible que tus padres no te hayan consolado con eso de las almas gemelas después de enterarse que eres un omega — suspiró, comenzó a manejar — Bien, si puedes sentir mi esencia.. ya sabes lo que significa —

— No digas tonterías.. — Bufó mientras se acomodaba mejor en el asiento, ya se le estaba pasando el efecto, aún trataba de acostumbrarse.

— Por cierto, calmate, tus hormonas no huelen especialmente bien en este momento, no te haré nada malo, solo quiero que nos conozcamos — por la forma en la que sonreía pareciera que se estuviera burlando de él.

William frunció el seño y bufó, no tenía ni la más mínima intención de cambiar el flujo de sus hormonas, no negaría que se sentía en peligro. Miró hacia delante, parecía que Sebastian lo llevaría a cenar, aquella zona estaba llena de restaurantes. La expresión en su rostro se volvió más molesta al recordar esa farsa de cita que tuvo hace unas semanas con su molesta jefa, aunque, al menos ella si preguntaba por su consentimiento... la mayor parte del tiempo.

....


Una vez que porfin se dignó a entrar al hospital y buscar en donde estaban revisando a Alan, tocó la puerta delante suyo y entró al cuarto una vez se le dio permiso. El castaño se encontraba sobre la camilla con su ropa intacta, ya se veía más tranquilo.

— ¿Qué haces aquí..? —

— Quería hacerles un favor además.. te veías muy mal.. ¿Qué te pasó? —

Grell comenzó a reír a carcajadas, Alan solo se sonrojó y bajó la mirada, solo ponían más nervioso al rubio.

— Era gastritis — se burló la pelirroja.

— ¿Tan mal te puede poner una cosa de esas? — exclamó.

— Supongo que depende de la persona, el doctor ya le recetó algunos medicamentos — sonrió.

— Menos mal — suspiró — Los puedo llevar a casa —

— Sería perfecto ¿cierto Alan? — Grell acarició la cabeza del castaño, este solo asintió, aún con la cabeza baja.

Después de unos minutos los tres tuvieron permiso de salir del hospital.

— Hay un restaurante nuevo cerca, yo invito — El rubio sonrió.

— Estás muy generoso últimamente — la peliroja alzó una ceja y cruzó ambos brazos, miró a Alan que estaba sentando en el asiento de atrás — ¿Quieres comer? —

— Supongo que algo ligero no podría hacerme más mal — rió ligeramente.

— Ya escuchaste al príncipe — se burló Eric, cambiando de dirección.


Alan rodó los ojos e ignoro el último comentario, sin embargo una sonrisa discreta apareció en su rostro al poco tiempo, no sería notada por los dos alfas delante suyo.

.....

Los tres se sentaron en una mesa con buena ubicación, Alan se veía mucho más relajado y aliviado que antes, eso alegraba a Eric, podía sentirlo al rededor del aura del omega.

Grell miraba su menú sin prestar atención a los otros dos, una conversación en una mesa ajena llamó a su atención, giró su rosto cubriéndolo con la carta en sus manos, sus pupilas se contrajeron al ver a uno de sus más odiados enemigos con aquel omega que ella había intentado cortejar por los últimos meses.

Tu esencia [GRELLIAM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora