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Capítulo VI: Mente retorcida parte 2

Advertencia este capítulo contendrá: Sexo gráfico no consensuado inducido por drogas.

Realmente le disgustaba el sabor del té, pero se lo guardaba para sí mismo. Obedientemente tomó varios sorbos de la bebida mientras observaba su hermano mayor beberlo de forma tranquila, relajo su cuerpo bajo el ambiente tranquilo del dojo, pensó que al menos le temblarían las manos cuando Leonardo torció el rostro cuando la primera taza que bebió era un poco amarga pero se alegró de ver que estaban perfectamente firmes, mientras el polvo se perdía de vista en el líquido de color ámbar.

— Perdón si el sabor no es muy agradable, es posible que el tiempo de infusión no haya sido el indicado — se disculpó de antemano, mirando a su hermano con su habitual rostro sereno.

— Esta bien Don, tiene un sabor agradable — Leo no había hecho ningún comentario hasta ese momento, así que se relajo por el tono suave de sus palabras.

Tras algunos minutos en una conversación tranquila y no muy interesante sobre cómo preparar la bebida correctamente, empezaba a notar los pequeños cambios de comportamiento corporal en su hermano, sonrió de forma tranquila mientras observaba cómo su hermano se perdía lentamente en las drogas, quiso reírse por un momento, toda la solemnidad de Leonardo parecía haberse desvanecido a ese punto, dando la ilusión de hablar con alguien fuertemente alcholizado.

— ¿Amas a Raph? — preguntó abiertamente, la respuesta no importaba mucho en ese punto, simplemente tenía curiosidad, y dado el estado del mayor no dudaba en la veracidad de la respuesta.

El silencio pareció ahogar la habitación, Leonardo lo miro fijamente por unos minutos como si meditara cual sería su próxima palabra — Si, pero Raph me mataría si supiera que lo miro de esa manera — respondió finalmente.

— No lo creo — dijo con voz tranquila — tal vez deberías decirle.

— No, no quiero perder a Raph — dijo Leo, mirándolo fijamente, quedándose completamente inmóvil por un momento, tomo aire intentando hablar de nuevo — Estoy muerto sin él, ¿No lo entiendes? Sin él no soy nada.

Leo cerró los ojos, inclinando la cabeza hacia atrás. Sus labios se juntaron por un momento, antes de abrirlos para decir.

— Amo a papá, adoró a Mikey y a ti Don, somos hermanos. Pero con Raph es algo...algo mas, no puedo explicarlo y no creo que quiero intentarlo.

— No tienes que hacerlo — soltó con voz fría, espero unos minutos para volver a hablar y al no escuchar nada más de su hermano continuó con voz baja — ¿Por qué no empiezas a meditar? Iré a dejar esto en la cocina, regresare pronto.

El asentimiento tembloroso de Leo al igual que sus ojos vidriosos fueron señales suficientes de que casi todo ya estaba listo, acomodo la tetera y las pequeñas tazas en la bandeja lentamente, haría tiempo hasta que Raph estuviera listo, salió del dojo con cuidado, cuando llegó a la cocina empezó a lavar diligentemente las cosas que había utilizado, terminando con eso, se permitió sonreír cuando Mikey había aparecido con un Raph totalmente drogado.

Palmeo el sofá indicando que lo pusiera ahí por el momento, Mikey obedeció con rapidez acostando a su temperamental hermano.

— ¿Qué hacemos ahora Donnie? — preguntó terminando de recostar a su hermano en la suave superficie.

El mayor lo miro por unos segundos, inclinándose para recoger las rodilleras de Raphael del suelo — Ponle su equipo, no es conveniente que Raph tenga moretones que no podríamos explicar.

Aliviar la tensión [Leo x Rafael & Donatello x Mikey]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora