1. El chico nuevo de la clase de matemáticas

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La secundaria Eleanor High era la más reconocida en todo el condado y no precisamente por ser la más prestigiosa, sino porque a según, era una de las más disciplinadas debido a su director quien se encargaba de mantener el orden dentro de ella.

Sin embargo, existían ciertos momentos que no podrían llamarse precisamente muy ordenados que digamos, como lo que sucede justo ahora.

Todos en la cafetería arrojan comida de un lado a otro sin detenerse.

Sip, se había iniciado una de las guerras más inapropiadas en esta secundaria.

Los chicos hacían que los alimentos preparados en la cafetería escolar volaran por los aires y cayeran sobre las prendas e incluso los rostros de muchos chicos y chicas, a lo que estos sentían la necesidad de vengarse arrojando más comida a sus opresores.

Mi amiga Kacey y yo nos ocultábamos debajo de una mesa y cubríamos nuestra cara con una bandeja roja de plástico en la que nos servían la comida.

Ella lucía algo sonriente a pesar de que casi nos bombardean con comida.

La miro con mi cara de pocos amigos y ella capta mi negación a este tipo de actos de vandalismo escolar.

—¿Qué? —pregunta con esos ojos verdes formando una mirada tierna y confundida— ¡Vamos Raven! Es divertido.

Mi amiga sonríe y yo le dirijo una sonrisa forzada.

Por todo el lugar se pueden escuchar gritos de burlas y de personas quejándose por ser golpeadas con comida. Por suerte las animadoras y los del equipo de fútbol no se encuentran aquí o sino estarían muy enojados porque sus hermosos cabellos se arruinaron.

Para mi sorpresa el ruido deja de escucharse y es entonces cuando decido levantar mi cabeza un poco para mirar con discimulo lo que ocurre.

El director Sullivan yace de pie en medio de la puerta de entrada a la cafetería con un semblante enojado y a su lado su asistente y profesora de la institución, la señorita Jane, sosteniendo unas carpetas en sus manos.

Todos los estudiantes se mantienen en silencio y han dejado de arrojar comida. Ahora solo miran caminar al director mientras esperan con expectación su reacción.

—Les haré solo una pregunta y no me molestaría si tan solo un estudiante la responde —el hombre alto y moreno comienza a hablar— ¿Quién inició todo esto?

El director señala a su alrededor los asientos tirados en el suelo, las mesas volcadas y los espacios llenos de comida.

—Les daré unos minutos para dignarse a responder. Si no lo hacen recuerden que estaré muy feliz de enviarlos a todos a hacer servicio comunitario —soltó el director Sullivan.

En eso, dos chicos, uno de cabello largo y castaño y el otro es Cash, uno de mis compañeros de clases, se levantan y confirman sus actos. A lo que el director los manda a su oficina y pide evacuación del lugar.

Salimos todos de la cafetería y es cuando me decido a contarle a Kacey los planes que he tenido para este fin de semana:

—Key, habrá una super fiesta este sábado, ¿no quieres ir? Habrán muchos chicos lindos universitarios ahí.

Le sonrió pícaramente a la castaña.

—Raven, sabes que mis padres no me dejarían ir a una fiesta así jamás en la vida. Además, no tengo tanto interés en ir —bufó.

—Vamos key, sabes que tú y yo no somos de ir nunca a fiestas y cosas así, nos vendría bien ir a una, al menos una vez. Yo hablaré con tu papá, de seguro dirá que si porque irás conmigo ¿si? —junto mis manos a modo de petición y la miro haciendo pucheros.

Dulce pero Psicópata © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora