Cap 03: Los instintos

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Cuando Lan Huan despierta, ya son las cinco de la mañana. La fuerza de la costumbre lo saca de su descanso, que jamás pensó haber necesitado con tanto ahínco. Un pequeño ronquido le informa que está acompañado. No es a-Yao, tampoco como alguna fantasía con Mingjue. Cuando se gira para ver a su acompañante, se encuentra con el rostro relajado de Jiang Cheng.

Su omega.

Su esposo.

Su compañero.

Su alfa se retuerce con satisfacción al reconocer el aroma mezclado de ambos en la piel de su amante. Lan Huan cierra los ojos y aparta la mirada hacía el techo para evitar que su alfa siga tomando territorio con pensamientos obscenos que quedaron de recuerdo de sus noches y días juntos. Es su esposo, pero llegaron a un acuerdo. Su corazón no puede permitirse ahora simplemente disfrutar. Aunque hayan pasado ya cuatro años desde la partida de Jin Guangyao, él solo... no puede dejarlo atrás.

Pero Jiang Cheng apenas se mueve a su lado, acomodando mejor su mejilla marcada por el pliegue de la almohada y reconectando su rítmica respiración. El gran Sandu Shengshou duerme dándole la espalda al mundo. Él pensaría que alguien tan desconfiado y paranoico como él no podría dar su espalda siquiera en medio del descanso, pero allí está, completamente desarmado.

Bueno, tiene a Zidian. Pero le sorprende que esté tan relajado.

Es porque estoy aquí. Soy su alfa, mi omega está a salvo porque soy su alfa.

Ridículo. Se levanta de la cama antes de que sus propios instintos le nuble la razón con pensamientos como esos.

Meditación. Eso ayudará.

Los cultivadores están acostumbrados a dominar los instintos de sus alfas y omegas con meditación y entrenamiento físico. Por eso, son capaces de controlar las reacciones adversas y no caer fácilmente, al menos que se encuentre en el celo. Incluso allí, como un Lan, es capaz de controlarlo el tiempo suficiente para buscar un lugar a salvo donde no pueda lastimar a nadie con sus instintos. Lo que para la gente común es fuente de sufrimiento y desazón debido a sus instintos en toda su capacidad, para ellos solo es un contratiempo que pueden manejar con alto cultivo.

Pero Lan Huan no es ciego y es consciente que su omega es un hombre no sólo poderoso sino hermoso, con los rasgos que hicieron de su madre una de las mujeres más hermosas y temidas del mundo del cultivo. Hubo muchas ocasiones que lo vio con un poco más de interés, pero no el suficiente como para desear conocer más de él. Su primera impresión sobre él primó sobre su curiosidad: escuchar de Wangji que era despiadado y cruel, de A-Yao que era iracundo y difícil y de Huaisang que era malhumorado, pero inteligente, fue suficiente para armarse un panorama de quién realmente era.

No es que haya cambiado algo de eso desde que inició el cortejo, solo que logró darle más adjetivos al llamado Jiang-zhongzhu. Era pragmático, capaz de tomar decisiones por la razón sin que su instinto moviera una sola pestaña. Era determinado, capaz de moverse al frente hasta lograr su objetivo con resistencia. Obstinado, orgulloso y desesperado por tener a una familia al punto de tener que armar todo esto para lograrlo.

Exhala.

Inhala.

Exhala.

Inhala.

Una hora más tarde, Jiang Cheng despierta. Se mueve inconsciente por las sábanas hasta que levanta la cabeza confundida mirando a su alrededor como si fuera un gato que se ha encontrado en terreno desconocido. Para ese momento, Lan Huan no solo ha terminado su meditación, también ha arreglado su cabello para aparecer apropiadamente frente a la secta después de cinco días de celo.

(No) Nos amamos (MDZS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora