Lan Huan está acostumbrado a sus males de guerra. A sus gritos silenciosos, a las pesadillas, al escalofrío que sube por su espalda, al temblor en sus extremidades, a la sensación de ahogo, a su deseo de morir.
Jamás, en su vida, imaginó ver todo eso en Jiang Cheng por segunda vez.
Jiang Cheng camina junto a él como si algo lo hubiera poseído, fuera de sí. Sus pulmones se han negado a dejar pasar el aire y los ojos se enfocan a todos lados, como si contara dentro de su cabeza. Trata de pasar aire y es imposible. Lan Huan se siente alterado cuando ve que está perdiendo el tono de su piel. Todos han salido del salón entre murmullos, Jin Rulan se fue primero para encabezar la ejecución, en el salón se quedaron los dos padres con su hija, llorando en desgarrador despecho. Él logró salir con Jiang Cheng, pero ahora, que ve cuán mal está avanzando la crisis, no sabe qué hacer. Llamar a los sanadores puede ser demasiado tarde, ni siquiera sabe si le harán caso sin hacer un escándalo, considerando la figura de la gran horca que se alza frente a él atravesando los jardines. Lan Huan entonces decide algo inaudito: toma a su esposo de los hombros, mira con atención la forma en que está perdiendo color y apunta con sus dedos a dos puntos de su cuerpo para tratar de aliviar la tensión.
Esto ocurre, no de la forma esperada. En el siguiente momento tiene a Jiang Cheng vomitando sobre los jardines.
—Wanyin... —susurra cuando recoge la cola de su cabello para que no se ensucie, mientra su esposo aprieta el estómago y sufre las arcadas.
No, no va a terminar pronto.
Al menos, recordó respirar.
Lan Huan se queda a su lado, sirviendo de apoyo cuando su esposo le tomó el brazo para inclinarse más mientras sufre los espasmos y su cara se ha mojado por las lágrimas. Tiene a salvo la cola del cabello atrapada entre su brazo y la mano libre la usa para dejar suaves palmaditas y acariciar su espalda para darle consuelo. Su alfa está alterado enviado feromonas y se siente impotente al notar que no son suficientes para que su esposo deje ese estado de alteración. Él mismo se siente frustrado, sin saber qué hacer.
Pasa el tiempo. Las arcadas se vuelven pequeños resoplidos y luego un sollozo manso que denota su estado de debilidad. Jiang Cheng tiembla y Lan Huan lo lleva suavemente a sus brazos porque es lo que su alfa y él desean: su alfa para protegerlo, él para contenerlo. Se sorprende cuando Jiang Cheng mantiene las manos apretadas en sus túnicas y formando una ligera distancia. La cabeza apoyada sobre su hombro, pero los labios apuntando hacia afuera. Respira y tiembla mientras él lo sostiene suavemente con sus manos en la espalda sin presionar más.
Supone que necesita aire, desea respirar, desea su aroma y lo requiere allí. Lan Huan se queda, sin duda.
—Wanyin... deberíamos pedirle a Jin Rulan que nos permita una noche más para descansar.
—No... Nos iremos ahora.
—Pero...
—Él lo pidió... nos iremos ahora con los otros.
Jiang Cheng no hace esfuerzo alguno para separarse, pero puede ver su obstinada determinación amasando fuerzas para ponerse de píe por su propia voluntad. Lan Huan lo sigue sosteniendo, con la vista en las sombras de las horcas, donde ya cuelgan los cuerpos de los traidores dentro de la secta de Lanling Jin que hicieron el complot.
—¿Estás enojado? —Jiang Cheng pregunta, sin moverse de su lugar.
—Sí, pero no solo contigo. Estoy enojado también conmigo y con todo lo que pasó aquí.
—Ah... no solo conmigo — Jiang Cheng no se mueve a mirarlo, pero hay una ligera mofa en su voz.
—Wanyin... —No quería hablar de eso, no en ese momento, pero si Jiang Cheng lo está sacando es quizás algo que deban aclarar ya. No va a mentir, no quiere hacerlo—. Entiendo lo difícil que ha sido para ti todo esto. No tengo idea de cuántos recuerdos te han obligado a sentir y sé, créeme que sé cuánto se puede desear simplemente olvidar y seguir adelante. He intentado con todo mi ser poder comprender y estar... ¿pero acaso merezco que lances sobre mí una duda más? ¿Cómo puedo responder si lo que él hizo entonces fue mentira o no cuando todavía lucho por reconocer que fue cierto o falso de todo lo que viví con él? ¿No merezco también un poco de tu compasión?
ESTÁS LEYENDO
(No) Nos amamos (MDZS)
FanfictionDespués de un calor desastroso, Jiang Cheng debe tomar una decisión para poder tener a su heredero. Esperar el amor es inutil, deberá aplicar a la fuerza. Por eso acorrala a Lan Huan, quien está en reclusión, para un matrimonio concertado que resuel...