LN +18

25.7K 425 2
                                    

Dímelo - Lando Norris (+18)

Te acomodaste mejor en el pequeño sofá mientras los dedos de Lando entraban en tu apretado coño

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Te acomodaste mejor en el pequeño sofá mientras los dedos de Lando entraban en tu apretado coño. Lo tenías de rodillas delante tuyo, chupando tu clítoris mientras acariciaba cada parte de tu cuerpo.

— Dios mío, Lando — gemiste de placer cuando sus dedos comenzaron a moverse hacia adentro y hacia afuera. Podías sentir tu coño apretándose alrededor de su mano cuando comenzó a empujar a un ritmo más áspero.

— ¿Eso te gusta? — preguntó con una sonrisa en su rostro.

— Por favor bebé, lo haces tan bien ¿Cómo no me gustaría? — respondiste, cegada por lo bien que te hacían sentir sus dedos dentro tuyo.

El ya familiar nudo en tu estómago se estaba acumulando mientras podías sentir la mano dentro de tí, golpeando a un ritmo constante que te estaba llevando a las nubes de a poco.

— Estoy a punto de correrme — gemiste mientras tus ojos se cerraban.

Pero antes que pudieras llegar al orgasmo sacó sus dedos de adentro tuyo y se rió de tu expresión. Lando nunca había hecho eso, siempre fue más suave en la cama contigo y obediente a tí, pero aquella acción te éxito al mismo tiempo que te frustraba.

— Lando, bebé — jadeaste en sorpresa y necesidad.

— Quieres correrte ¿Eh?

— Claro que quiero, estuve a punto de hacerlo.

— Dímelo — pidió.

— ¿Qué?

— Dime que tanto me necesitas, que tanto quieres correrte en mis dedos. Quiero que me lo hagas saber — explicó encogiéndose de hombros, como si fuera la cosa más normal en el mundo.

Estabas a punto de enfadarte con él por sus acciones, pero decidiste dejar de lado todos los insultos que venían a tu cabeza y hacer lo que él quería.

— Por favor, Lando. Tengo tantas ganas de correrme en tus dedos, lo necesito demasiado — rogaste.

Con una sonrisa su boca volvió a tu coño y sus dedos a empujar como una máquina dentro tuyo, haciendo que llegaras a correrte en su boca en menos tiempo de lo que alguna vez imaginaste. Apostando a que llegaste a ver las mismas estrellas.

Sacó su cara de entre tus muslos, dejando ver toda la humedad en él que limpió con la manga de su camisa. Caminó lejos de tí para buscar un paño y limpiarte antes de ayudarte a vestirte e ir juntos a la cama.

F1 one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora