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Las vacaciones de la F1 eran de tus momentos favoritos en el año, porque el hecho de que tú novio fuera piloto tenía como consecuencia que el tiempo que podían pasar juntos fuera limitado.
Por eso apenas Charles llegó a casa prácticamente lo esperaste con los bolsos listos para partir rumbo a su casa de verano y descansar de todo, del mundo.
Aquella casa tenía un acceso a la playa, aunque daba a un lugar no tan concurrido y dónde podrían tener más privacidad para no correr el riesgo de que alguien reconociera a ti novio y comezara a esparcir fotos por todo internet para dar a conocer su ubicación.
El sol estaba tan fuerte ese día que apenas llegaron lo primero que hiciste fue sacar un bloqueador solar de tu bolsa para poder cubrirte el cuerpo.
— Charles bebé ¿Me ayudas? — pediste a tu novio ya que no llegabas a tu espalda.
— Claro. Túmbate en la cama — ordenó.
Tomaste lugar en la cama solar y te acostaste boca abajo mientras él se subía para estar sentado sobre tu trasero.
Charles puso el bloqueador solar en sus manos y comenzó a masajear tus hombros suavemente para luego ir bajando hasta llegar a las tiras de tu bikini, cosa que desató y movió a un lado en un segundo.
Los masajes se extendieron por toda tu espalda, aparte de llegar hasta el comienzo de tus pechos y el de tu trasero, zonas dónde masajeo con más intensidad pero de manera breve.
Sus manos habían llegado al comienzo de tus pechos y un pequeño gemido se escapó de tus labios. Fue imposible para ti mantenerte lejos de la excitación cuando tú novio tocaba aquel punto de tu cuerpo.
— ¿Qué fue eso, mon amour? — preguntó con un tono inocente.
Claro que sabía que fue, no por casualidad sus manos estaban puestas en aquella parte de tu cuerpo y su polla golpeaba fuerte los pantalones para salir volando de allí.
— Jolie ¿Acaso acabas de gemir? — preguntó mientras inclinaba todo su cuerpo, quedando su pecho contra tu espalda, y susurraba en tu oído — ¿Acaso un masaje te pone caliente?
La presión de su polla en tu trasero comenzó a ser notoria, lo que sumado a sus masajes, la forma en que susurraba, los besos que dejó en tu cuello y la pequeña mordida en el por no responder a su pregunta te hizo mojarte.
— Charles deja de hacer esto. Estamos en público — pediste mientras veías muy a lo lejos algunas personas disfrutar del calor, pero del que brindaba el sol, no del que tú novio te daba con sus acciones.
— Si quieres podría tirar de la parte de abajo de tu biquini hacia un lado, nadie se dará cuenta — sugirió mientras hacía que sus caderas chocarán con tu trasero de forma brusca y un gemido fuerte saliera de tus labios.
