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Yeonjun deseaba con todo su corazón un bebé, estaba
tan solo, no servía para el amor era un hecho. Cada vez
envejecía más, dentro de unos pocos años tendría menos
posibilidades de pod...
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—Yeonjun, ya tengo agendada tu próxima consulta, te estaré avisando.
Yeonjun asintió mientras se despedía del doctor. Caminó hasta la recepción donde las chicas lo miraban asustadas.
—Necesito que hagan algo por mí —dijo bajito.
Ellas asintieron mientras esperaban a que el mayor hablara. Yeonjun miró a su alrededor para después acercarse un poco más, todo lo que su abultado vientre le permitía.
—Necesito que me digan el nombre de la persona que lleva estas iniciales —les dejó una hoja con las iniciales ya muy bien conocidas para él.
Las chicas tomaron la hoja. Se miraron entre sí para después mirar a Yeonjun.
—No podemos darle esta información, señor Choi —dijo bajito.
—Por favor, chicas, lo necesito.
—Pero el doctor Lee nos dio órdenes precisas con respecto a la privacidad de nuestros pacientes.
—No quiero amenazarlas ni nada de eso, pero ¿Recuerdan lo que pasó cuando me embaracé?
Ellas tragaron grueso. Yeonjun sabía mover sus cartas muy bien.
Una de ellas tomó la bitácora de nombres mientras buscaba. Yeonjun sonrió.
—Solo tenemos un nombre con las iniciales que usted nos pide ¿Está seguro de esto?
El embarazado asintió sonriente. Ella le pasó la bitácora a la otra chica mientras le indicaba. Ella apuntó el nombre en la hoja y disimuladamente se la pasó.
Yeonjun la tomó para leer lo que decía, pero antes alguien lo había interrumpido.
—¿Se encuentra bien? —preguntó.
Yeonjun lo miró, era el chico de antes.
—Lo estoy ahora. Gracias por preocuparse y ayudarme con lo que pudo —trató de alejarse de él.
—Song Chan, un gusto —hizo reverencia.
—Choi... Choi Yeonjun —repitió la acción del otro.
—¿Necesita que lo acompañe a algún lugar? —se ofreció amablemente y todavía preocupado por ese lindo chico.
—No. Estoy bien, gracias —retrocedió para irse, pero tropezó a punto de caer si no fuera porque el chico lo tomó antes de que perdiera el equilibrio por completo.
Las enfermeras se pusieron de pie para mirar lo que pasaba, estaban asustadas. El chico las miró sin soltar al embarazado.
—Cambien mi cita para mañana, llevaré a Yeonjun ssi.
Ellas asintieron mientras anotaban la nueva cita para darle el horario y mirarlos salir.
Yeonjun no pudo decir nada, cuando reaccionó se encontraba en el auto de ese chico.
