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Yeonjun deseaba con todo su corazón un bebé, estaba
tan solo, no servía para el amor era un hecho. Cada vez
envejecía más, dentro de unos pocos años tendría menos
posibilidades de pod...
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Yeonjun terminó de firmar la indicación del doctor y asintió. A la mierda las parejas, a la mierda todo, quería un bebé y nadie se lo iba a negar.
El doctor tomó el documento medico con toda su información y su firma de estar de acuerdo con lo que haría. El mayor guardo el documento en el expediente de su paciente para invitarlo a seguirlo a su consultorio. Le regaló una sonrisa para que este dejara de estar tan nervioso pues ya todo estaría listo dentro de algunas horas.
Yeonjun había hecho todo el procedimiento que le habían pedido meses antes, como cuidar su peso, hidratarse, cambiar su alimentación, mantenerse sano y dormir bien. Al fin el día había llegado y no había vuelta atrás.
En un abrir y cerrar de ojos el doctor se encontraba terminando de quitarse sus guantes y su cubrebocas. Yeonjun se puso en pie con ayuda del doctor para caminar hasta el cambiador de ropa, quitándose la bata azul para reemplazarla por la ropa que llevaba antes.
– Hemos terminado, Yeonjun. Nos vemos la próxima semana para asegurarnos que el proceso funcionó. – El doctor le sonrió
Yeonjun asintió igual de sonriente. Hizo una reverencia para el doctor, saliendo del consultorio siendo seguido por este que lo despedía feliz. Su taxi ya lo esperaba fuera del lugar así que se apresuró a subirse, colocando una mano en su vientre con emoción reflejada en el brillo de sus ojos y en su preciosa sonrisa. Cerró sus ojos, pidiendo con todas sus fuerzas que la inseminación haya funcionado, anhelaba con todo su corazón un bebé.
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