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Yeonjun deseaba con todo su corazón un bebé, estaba
tan solo, no servía para el amor era un hecho. Cada vez
envejecía más, dentro de unos pocos años tendría menos
posibilidades de pod...
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—Muchas gracias por escucharme, si necesitas algo ya sabes donde llamar. Con gusto te atenderemos.
Kai lo despidió en la entrada para después volver dentro. Yeonjun se fue del local con el estómago lleno y con un nuevo amigo.
Llegó a la pastelería después del viaje en taxi. Beomgyu estaba llegando de comer junto con Soobin. Los saludó y después regresó al trabajo con Beomgyu.
—Fui a comer a un restaurante que me gustó mucho, de hecho es el mismo al que fui con Soobin a desayunar cuando me acompaño para hacer las compras de mi bebé. La verdad comida es excelente y recordé que la dueña del lugar me invitó a conocer a su hijo así que pensé que sería buen momento para ir a almorzar y si su hijo se encontraba podría conocerlo.
Beomgyu sonrió alegre. Sus ojitos brillaban con felicidad y emoción. Aún estando rodeado de personas que si podían tener la dicha de ser padres por lo menos una vez en su vida (y no como él que se creía una falla) se ponía muy feliz por ellos.
Yeonjun lo notó decaído aún cuando sonreía hermosamente. Miró toda la pastelería encontrando el local muy calmado, de hecho solo habían dos personas ya que era lunes por la tarde, normalmente no tenían muchos clientes ese día, porque todos estaban ocupados en el trabajo o en la escuela.
El mayor miró a los otros dos chicos que acomodaban los panes para caminar hasta ellos y pedirles que los cubrieran por algunos minutos.
Beomgyu siguió a su hyung hasta la sala de descanso. El mayor tomó lugar en el sillón, quejándose por lo pesados que se sentían sus pies. Beomgyu se sentó a su lado en espera de saber porque estaban ahí pero con ganas de hablar.
—Hyung... ¿Puedo hacerte una pregunta? —lo miró.
—Todas las que quieras, Beomgyu —sonrió.
—¿Cómo supiste que podías tener bebés? —miró a Yeonjun con tristeza—. Se que en la escuela nos enseñan de esto desde pequeños pero como sabrá, nunca lo experimenté.
El rubio había agachado la cabeza, mirando sus pies que se movían en el aire al quedar a pocos metros del suelo. Yeonjun se acomodó en una forma que su bebé no le complicara la posición, porque a pesar de estar pequeño Yeonjun sentía como si tuviera ocho meses de embarazo.
—Verás... Cuando cumplí los doce años me comencé a sentir extraño, tenía mareos, vómitos, dolores de cabeza, a veces no podía dormir y cuando lo hacía solo podía soñar con bebés... Un escenario donde tenía bebés o donde los cuidaba. Si algo les sucedía a ellos, aunque sea la mínima cosa, sentía ese fuerte sentimiento por hacerlos parar de sufrir y cuidarlos como si mi vida dependiera de ello —lo miró unos segundo notando que tenía la completa atención de Beomgyu —. Después llegaron los cambios, las tetillas me crecieron levemente, mis caderas se hicieron un poco más grandes y me sentía embarazado aún siendo virgen... Claramente se lo conté a mamá, ella me creyó cuando le dije que no podía estar embarazado de verdad y al comprender que era un cambio derivado a mi futuro las cosas cambiaron un poco. Ambos recurrimos a un doctor especializado, la noche anterior estaba muriendo en fiebre mientras solo podía pensar en bebés. El doctor me hizo unos cuantos chequeos, después comprobó que sí, dentro de mi también había un aparato reproductor y creador de bebés, este se había activado al tener ya sabes, ese otro cambio...
—¿La pubertad? —Beomgyu preguntó tan curioso y atento a la conversación.
—¡Bingo! —se rio un poquito—. Entendí que vinieron de la mano pues estaba en la edad donde mi cuerpo pasaba por cambios hormonales y eso había encendido la casita de mi bebé. Pero eso no quería decir que podía quedar embarazado, el doctor nos dijo que podía presentar indicios de poder ser portador pero que al pasar los años tendría más cambios que me avisarian si mi cuerpo estaba preparado para un futuro poder formar mi propia familia.
—¿Cuáles fueron?
—En realidad no lo sé muy bien, en todo mi desarrollo fui muy tranquilo. Las tetillas regresaron a su lugar pero mis caderas se quedaron iguales, el doctor dijo que era por la evolución de mi cuerpo si en un futuro había bebé. No pasé nada más que eso, pero tuve amigos que a los dieciocho tuvieron dolores intensos, según mucho peores que un parto o un hueso roto, con eso llegaban los constantes sueños con bebés que no terminaban de realizarse... Ya sabes, abortos o muertes después de nacer, eso era debido a que no podían tener bebés o si los tenían su embarazo sería muy complicado con riesgos de muerte ya sea por parte del padre o el bebé. Pero no todos eran iguales, cada cuerpo es diferente.
—Hyung... ¿Crees que alguna vez yo pueda formar mi propia familia? —sus ojitos lo miraban con lágrimas retenidas.
—No quiero decir que sí y que al final no pase nada, pero no pierdas las esperanzas ¿Qué tal que aún no te has desarrollado por completo? Escuché casos así que eran muy pocos pero posibles de suceder... Puede que estés en ese pequeño porcentaje y aún no lo sabes, por eso es bueno ir con un doctor que te cheque y que te diga lo que en verdad sucede contigo. Pero no pierdas las esperanzas, Beomie.
—¿Crees que deba de hacerlo?
—Sí, deberías. Y si resulta que no puedes concebir hay muchos niños esperando ser adoptados. Todo tiene una solución, cariño —acarició sus cabellos con dulzura.
—Se puso más tierno y protector de lo normal, incluso sonó como mi madre cuando no quería ir a la escuela —el menor se rió con ternura—. Ese bebé está haciendo de las suyas.
Ambos chicos rieron un poco para ahora ponerse de pie y salir nuevamente a la pastelería.
Había sido un momento agradable. Yeonjun había recordado como había sido su infancia y pubertad mientras Beomgyu no perdía las esperanzas de algún día ser padre.
Ahora Beomgyu se encontraba de mejor humor. La esperanza era lo último que se perdía y si resultaba que no era ningún problema de desarrollo (como dijo Yeonjun) con Soobin podían adoptar a un bebito y criarlo juntos.
Salió de sus pensamientos cuando la campanita del lugar sonó. Ahí estaba su pelinegro amigo pero ahora iba de la mano de otro chico. Lo reconoció también por todas las fotos que el pelinegro le mostró. Era su pareja.
Caminó hasta ellos con una sonrisa en sus labios. Taehyun lo saludó sonriente para pronto presentarle a su novio.
—Beomgyu, te presento a mi novio, Huening Kai—sonrió, obteniendo una reverencia de Beomgyu para su embarazado novio —. Cariño, él es Beomgyu, mi cómplice —rió.
—Muchas gracias, Beomgyu. La vez pasada de verdad tenía muchas ganas de comer ese pastel de zanahoria con esa combinación extraña.
Los tres chicos se rieron. Yeonjun escuchó una risita que se le hizo levemente conocida. Elevó la mirada encontrándose con ese chico del que Beomgyu hablaba y junto a él su nuevo amigo que había conocido en el restaurante.
Que pequeño era el mundo, ambos chicos eran pareja y no lo notaron antes. Era muy obvio, el más pálido iba por pasteles raros, para el almuerzo pudo mirar a su amigo Kai con flores y junto a él una caja de pastel que se le hacía conocida, ahora sabía que era proveniente de la pastelería. Todo conectaba.
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