Capitulo XVII

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Capitulo XVII

—¿Me extrañaste?.

—Sí, cada día desde que nos separamos.

***
—Recuerdas cuando me dijiste que durante un tiempo soñaste con un chico, —Mi cuerpo tiembla, será que tal vez ha descubierto que él es el chico de mis sueños. —y no sabías quién era.

—Sí.

—Tengo que decirte que yo también tenía sueños similares a los tuyos.

—¿Con quién soñabas?

—Soñaba contigo. —Sospechaba que algo así pasaría, creo que no podré ocultarlo más, tengo que hablar con la verdad.

—No quería... decirlo... porque creí que pensarías que soy una lunática, pero... —¿Por qué me cuesta tanto trabajo decirlo?— yo soñaba contigo, al igual que lo hacías tú.
El día que entre a este hospital, me mostraron quién sería el médico a quien serviría, y eras tú, me sentí muy mal al verte postrado en esa cama y aparentemente sin esperanzas de que regresaras; me pidieron que te cuidara el tiempo que fuese necesario, sin embargo fue muy poco tiempo.
Me pareciste muy atractivo desde que te ví en mis sueños, en todo el día no dejaba de pensar en tí, me dolía el pecho y me sudaban las manos cuando recordaba fragmentos de mis sueños contigo—Parece sonrojarse, mientras una risa se dibuja en su rostro, tal vez estoy siendo demasiado sincera— me preguntaba ¿Quién es?, ¿Por qué un chico tan lindo aparece en mis sueños?, Nunca encontré la respuesta.
Poco tiempo después de entrar al hospital me enteré que tenías una novia con la que planeabas casarte, supuse que la querías así que desistí de confesarte mis sueños.

—Me alegra que seas tú la chica de mis sueños, pero me pone más contento saber que soy yo él chico de tus sueños.

***

Clara

Mi vacaciones empiezan hoy, solo serán dos semanas, así que planeo pasarlas junto a mi abuela, Martín y Lucy me acompañaran en mis vacaciones.

Le propuse a Christian venir conmigo y pasar estas fechas conmigo con mi abuela Lucy y Martín, Pero dijo que tenía mucho trabajo pendiente y lo tenía que acabar.

***
Los tres tomamos carretera para llegar a la casa de mi abuela, fue un viaje un poco largo y cansado pero al cabo de unas horas hemos llegado al fin.

Tocamos el timbre 3 veces, al parecer el oído de mi abuela empieza a fallar, al cuarto toque abre la puerta a mi abuela y sus ojos se llenan de lágrimas al vernos, nos extiende sus brazos para abrazarnos.

—Niños, no saben cómo me alegra que hayan venido. —Las lágrimas empiezan a bajar por su rostro, y al parecer Lucy empieza a tener su momento melancólico.
Mientras mi abuela nos invita a pasar.

—No podíamos perdernos la maravillosa cena qué nos tiene preparada. —Dice Martín que empieza a meter nuestras pequeñas maletas a la casa.
Mi abuela lo abraza, y le pellizca su mejilla.

—Que bueno que traigas apetito, porque tengo un pavo en el horno que ansiaras probar. —Menciona mi abuela mientras frota sus manos con gracia.
Eso hace que todos nos echemos a reir.

Noto que mi móvil empieza a vibrar, lo saco y veo que Cristian me está llamando, atienda su llamada y me salgo al jardín.

—¿Hola?

—Hola Clara, espero no estarte interrumpiendo.

—No, claro que no; ¿qué pasa?.

—¿Estás en casa de tu abuela?

—Sí.

—Eso me alegra; puedes salir un momento al jardín.

—Aquí estoy. —Digo mirando al cielo.

—Voltea hacia tras. —Lo hago, y la sorpresa que me llevo es enorme.

—Estas aquí. Pero dijiste que no vendrías. —Se que ahora estoy sonriendo como una tonta.

—Lo sé. —Dice acercándose a mí y toma mi rostro entre sus manos con delicadeza. —Me decidí a último momento.
Lo siento si te sorprendí.

—No, para nada; estoy muy agradecida de que estés aquí. Ven, vamos adentro, mi abuela se volverá loca al verte.

Christian

Clara me toma de la mano y me guía hacia dentro, aunque se perfectamente por dónde ir para entrar, siempre soñé con volver, posiblemente mi cuerpo se haya ido de aquí, pero mi alma y mi mente siempre le pertenecieron a este lugar.

—Abuela, —dice Clara para llamar a su abuela. —tengo una sorpresa para ti.

Su abuela se acerca, mientras le responde que si no es algo realmente importante se quedará sin cena.

Al llegar a dónde nos encontramos parados se queda boquiabierta al verme.
—El pequeño Ricci. —Exclama mientras se acerca a abrazarme. Clara por su parte no entiende lo que pasa.

—¿Cómo lo sabes quién es abu? —Dice Clara sin entender en qué momento se arruinó su sorpresa.

—Como no lo sabría, no ha cambiado en nada; lo reconocería con lo ojos cerrados.

En voz baja escucho a Clara decir: Sin embargo yo no pude saber quién era porque su nombre había cambiado.

—Yo también me alegro de volver a verla. —digo mientras trato de no reírme de lo graciosa que se ve Clara enojada.

—Te quedarás a cenar, verdad. —dice mi abuela.

—Claro, hace años que no tengo una cena navideña. —Veo que Clara se a puesto triste al escuchar mis palabras.

—Entonces debemos apurarnos, Clara llévalo a tu habitación y que se instale, tú dormirás conmigo.

—Pero dejaste a Lucy y Martín dormir juntos, por qué nosotros no.

—Ellos están en una relación, ¿acaso ustedes son pareja?, No, entonces...

—Abuela... —la interrumpo. —Nosotros...estamos saliendo. —Digo mientras entrelazo mi mano con la de Clara. Martin y Lucy salen de la cocina anonadados por lo que acabo de decir.

La abuela no sabe que decir, se ha quedado sin palabras.

—Bien, no es algo que me esperaba; y sé que no me debo oponer a su felicidad, así que tienen mi bendición. —Los ojos de Clara se llenan de emoción. —Pero aún así no pueden dormir juntos.

Todos nos echamos a reir al ver la cara de Clara de derrocha descontento.






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