Capitulo XII

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Capitulo XII

Clara

¿Por qué no lo veo?, ¿A dónde se fue?. Busco a Chris con la mirada,  pero no se encuentra por ningún lado. No puedo ir a búscalo, porque sería mal visto, aparte no me gustaría que las personas pensaran que por mi culpa Chris y su prometida rompieron su relación.
Yo y Lucy aún estamos en la fiesta, ahora son las 9:15 de la noche, el ambiente es muy bueno, pero no para mí, todo este tipo de cosas me aburre demasiado, Lucy fue a la barra a buscar unas bebidas, dijo que a las 10:30 nos iríamos, eso quiere decir que me queda una hora con quince minutos de aburrimiento.

—¿Ya apareció? —pregunta Lucy, quien trae dos vasos de bebidas azules en sus manos.

—No — dije con voz cansada.

—Toma —Estiro su mano para darme una bebida.

—Gracias —Dije bebiendo un sorbo.

—Deberías de ir a buscarlo. Sabes, deberías de decirle lo de los sueños, que tal si a él también le pasa lo mismo, y, no se, quizás encuentres en él a tu ser amado.

—No creo. Aparte, si le digo puede llegar a pensar que soy una lunática, y a lo mejor lo termine alejando de mí. No, no puedo hacer eso, y menos ahora que parece interesarle mi presencia.
Me pienso ganar su amor limpiamente, sin usar los sueños para manipular sus sentimientos. Siento que de alguna manera los sueños me ayudaron a encontrar al amor de mi vida. Pero es mi trabajo conseguirlo.

Lucy dió un gran suspiro. —Piénsalo Clara.

Volteo al lugar donde se supone que él estaría. Me doy cuenta de que el susodicho ya se encuentra sentado ahí. Tan distraída soy que no me fijé en que momento llegó.

En ese preciso momento empezó a sonar por todo el lugar Perfect de Ed Sheeran, mi canción favorita. Siempre he tenido la ilusión bailarla con el amor de mi vida, pero veo que este está tan cerca y tan lejos de mí, que me invade una profunda tristeza.
Varías parejas se levantan para bailar, incluyendo a los recién casados.
Creo que esa ilusión no se cumplirá hoy.

Lucy me observa con compasión. — Invitalo a bailar tú. —La mire incrédula. —Es tú canción favorita, ve y baila con él. Vamos tú puedes.

Me marche dudosa en dirección a Chris. Voltee a ver a Lucy, pero ella me animo aún más.

Llegué ahí más rápido de lo que hubiera imaginado, me aclaré la garganta antes de hablar.

—Mmm, hola Chris, —Él volteó al instante. Podría decir cualquier otra cosa que no fuera el bailar conmigo e irme corriendo y sentirme el ser más cobarde del mundo, pero a Lucy le costó mucho trabajo convéncerme y aquí estoy, rogando a todos los santos que él acepte.

—Hola Clara, ¿Qué sucede? —En esté momento ya no hay vuelta atrás.

—Lo que sucede es que está es mi canción favorita y te quería preguntar ¿Sí quieres bailarla conmigo? —Cerré los ojos esperando su respuesta que nunca llegó, porque sin saber cómo pasó, él se levantó de su asiento y tomó mi mano para llevarme a la gran pista de baile. No estaba asimilando el hecho de que aceptará, no lo creía posible, realmente no esperaba tanto entusiasmo de su parte, pero debía de ser rápida y astuta, este es mi momento de brillar, no lo debo de desperdiciar, debo de aprovecharlo.

Él puso su mano izquierda alrededor de mi cintura, y con la derecha sostuvo mi mano, en el instante en que las palmas hicieron contacto sentí como una corriente eléctrica atravesaba por todo mi cuerpo, y en ese preciso momento supe que él era el indicado, sí, había encontrado al amor de mí vida; pero no cualquier amor, sino uno que apareció sin previo aviso, sin explicaciones, sin siquiera conocerlo; pero logró ganarse mi corazón, mi mente y mi espacio, y tan solo con aparecer en mis sueños.

La canción iba a casi la mitad cuando empezamos a bailar, tenía que disfrutar cada instante.
Es difícil explicar la sensación de bailar con la persona que amas (Aunque está persona no sienta lo más mínimo por ti.). Se siente como si tocaras el cielo, bailar sobre las nubes, como si la gravedad no existiera y anduvieras flotando por el mundo. Así de bien se siente. Nunca me hubiera imaginado que así era el amor.

Lucy nos mira a lo lejos como una madre orgullosa, le mando una mirada de agradecimiento.
Te quiero, gracias por animarme.

Yo también te quiero. Mereces ser feliz. Disfrútalo.
Me devuelve la mirada.

Ambas nos podemos comunicar con la mirada, es cosa de chicas, algo que Martín nunca entendería.

La canción está apunto de terminar, y puedo sentir a través de la palma de su mano como sus latidos se intensifican, me está regalando el privilegio de escuchar a su corazón.
Alzo la mirada para observar su rostro, pero veo que él se encuentra mirándome fijamente y con detenimiento. Se atreve a hablar.

—No has cambiado en nada.

Lo miro confundida. ¿De que rayos habla? —¿Eh?

—Nada. — Suelta una pequeña risa y baja la mirada

Cómo si de arte de magia se tratara las luces se apagan y el lugar queda en completa oscuridad; siento como su mano en mi cintura me atrae hacia él, pegando el calor de nuestros cuerpos, su mano restante acaricia y alza mi mentón, para así unir nuestros labios en un esperado beso, diría que lo aparte de inmediato y le dí una bofetada, pero no, correspondi al beso con la misma energía que él  .
Nuestros labios se encuentran tan deliciosamente (aclarando, yo nunca he besado a nadie, se puede decir que se trata de mi primer beso), es como si llevarán mucho tiempo ansiando este momento.
Puedo sentir el calor, la elegancia, la frescura que lo caracteriza, siento tanta adrenalina que podría romper a la muralla China de un solo golpe.

No puedo creer que en mis sueños nunca pude lograr besarlo, y ahora en la vida real fue él el de la iniciativa, que ironía.

En mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora