Capitulo XVI

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Capitulo XVI

Clara

Así que su nombre es Christian y no Chris, juraría que su nombre era Chris.

—Hola! Clara, ¿me puedes hacer un favor?

—Claro.

—Puedes ir a dejar estás cajas a la bodega de archivos.

—Sí, por supuesto.

—Te lo agradezco.

Voy en camino hacia la bodega, las cajas no pesan mucho; a decir verdad puedo aguantar mucho peso, aunque por mi complexión pareciera que puedo romperme en cualquier momento, la verdad es que soy más fuerte.

Entro a la bodega, es realmente grande, las cajas están clasificadas por fechas, frente a mis ojos aparece la fecha en la cual Chris estaba en coma, tal vez aquí se encuentra su expediente, nunca me contado la historia detrás de su tragedia.

Abro la caja, y empiezo a buscar su nombre, en efecto aquí se encuentra su expediente, empiezo a leer: Nombre... Christian Ricci...Edad...28 años...Causa de padecimiento... contusión cerebral ocasionada por un golpe en la cabeza.

Me paso a la siguiente hoja; datos generales. Lo que leo a continuación me deja helada, las lágrimas empiezan a rodar por mis mejillas, tal vez estoy equivocada y esto está mal.

No entiendo por que no fue sincero conmigo.
***

Chris
Hoy es el día, le diré a Clara la verdad.

La puerta se abre de repente, entra Clara con los ojos derramando lágrimas. No me deja la oportunidad de preguntarle qué le pasa, ella hace la primera pregunta. Como siempre.

—¿Por qué no me dijiste que eras Christian, mi amigo de la infancia?; Hasta cuando pensabas decirme tu verdadera identidad.

No puedo articular ninguna palabra.

—No planeas decir nada. No sabes cuánto te he buscado, cuánto he llorado por saber algo de ti, pensé que jamás te volvería a ver y eso me entristecía el alma; cuando te ví no pude reconocerte porque yo era muy joven para recordar tu rostro, además tu nombre fue cambiado, en cambio tú si lograste saber quién era y no lo dijiste.

—Lo siento.

Sé que cometí un grave error, y también sé que un lo siento no cambiará el hecho de que la engañé.

Mi bella Clarita no para de llorar y no puedo hacer nada, me duele en el alma que sus lágrimas sean por mi culpa.

Lo único que puedo hacer es abrazarla, ella no se aparta cuando me acerco a ella.

Su frágil y lloroso rostro sigue siendo hermoso aunque esté inchado por llorar.

Siento un nudo en la garganta, presiento que en cualquier momento las lágrimas saldrán de mis ojos.

—Lo siento, por favor perdóname.
Pensé que estarías bien al no saber nada de mí, al no recordarme, porque recordarme significaba volver a recordar el accidente de tus padres, pero creo que me equivoqué. —La sigo abrazando, ella suelta sollozos y de vez en cuando se seca las lágrimas. — Te reconocí desde el primer momento en que te ví, nada en tí a cambiado, y supe que eras tú cuando me dijiste tu nombre.
Sabía que no me reconocerias porque mi nombre cambio un poco, además de que eras muy pequeña para recordar mi rostro...

—Siempre te recordé, cada momento de mi vida desde que te fuiste con tu abuelo; en ese entonces miraba al cielo pidiendo a la vida volver a verte, soñaba contigo cada noche, pero eventualmente al crecer fuí olvidando tu rostro, nunca me hubiera imaginado que cambiarias tanto.

—Lo siento, me hubiera gustado decirte desde el principio quién era, tenía miedo de muchas cosas; pero me alegra saber que tú me recuerdas y el que me encontrarás me hace ser aún más feliz.
Pero tengo que decirte algo más...

En mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora