En mis sueños

Capitulo VII

Capitulo VII

Clara

Lo bueno hoy es mi día de descanso en el hospital, lo malo tengo que ir a la Universidad, lo mejor salgo temprano, así que puedo ir a ver a mi jefe de la panadería, tal vez me mate pero si le explicó lo que pasa quizás me dejé vivir.
***
Acabo de salir de la universidad, ahora me dirijo a la panadería; después de 10 minutos caminando, estoy aquí, tocando en el mostrador, veo venir a mi jefe.

Me aclaro la garganta antes de hablar—Buenos días.

—Hey, hola, bonita manera de reaparecer después de muchos días de no venir—dice en tono de regaño.

—Disculpe, es que, sucede que he estado trabajando en el hospital central y he tenido que ir a la universidad, así que no he podido venir a trabajar, lo siento, lo siento mucho de verdad.

—Te creo, pero debiste de haberme avisado, he tenido mucho trabajo yo solo sin tu ayuda aquí, pero me alegra que estés cumpliendo tus sueños.

—Gracias. Entonces ¿Me puedo poner al corriente con mi trabajo?—dije cerrando los ojos esperando la respuesta

—Si— lo sabía, el es muy buena persona (incapaz de matar a una mosca), jamás me dejaría sin trabajo.
***
Hoy estuvo muy, muy cansado, pero el cansancio no es una opción cuando tienes que pagar tus gastos en la cuidad, universidad, y además eres pobre; pero con todo y esto de volver al trabajo se siente tan bien. Antes pensé que tenía una especie de amor con mi jefe, ya que estábamos todos los días juntos, además de que nos llevábamos de maravilla, y aparte de todo el tiene un físico que no esta nada mal, su edad ronda los 25 años, es alto (con lo que me gustan los altos), pero esa ilusión se esfumo cuando lo vi salir con una chica (muy linda por cierto), la cual supongo que era su novia, recuerdo que esa vez me sentí muy mal por mí (ya hasta había imaginado como serían nuestros hijos si llegáramos a casarnos), así que tuve que agarrar desde raíz esa ilusión tonta y desecharla, porque con este hombre el amor no sería; aclarando en ese entonces (hace 1 año exactamente), aún no habían comenzado los sueños con ese chico y en mi defensa de enamoramientos imaginarios, yo tenía mucho tiempo disponible, además de que las películas románticas me alentaron.

***

Me encuentro sentada a lado de este chico, él me sonríe, esa sonrisa refleja tristeza, una tristeza que me da miedo, miedo porque este chico siempre esta sonriendo, casi no lo veo triste, ¿Qué le pasa? .—¿Te sucede algo?— pregunto con miedo de su respuesta.

—Si—dice , mientras una lagrima baja por su mejilla.

—¿Qué es?

—Me tengo que ir, ya no puedo seguir aquí, tengo que volver, estar aquí ha sido la cosa más hermosa de mí vida, el conocerte le dio luz a la inmensa oscuridad que siempre viví, te amo, gracias, gracias por dejarme estar en tus sueños.

Ante esas palabras no aguanto más y me desarmo en llanto—Yo también te amo, si algún día quieres volver no dudes que aquí estaré.

—Cuando despiertes esto, todo esto solo habrá sido un simple sueño, pero para mí lo fue todo, cada sueño contigo fue muy hermoso...

Un fuerte viento se lo lleva, no me da tiempo siquiera de despedirme de él, traté de tomarlo de la mano pero no pude, el viento era más fuerte que yo; y así como apareció de la nada en mis sueños se fue, sin explicaciones, sin nada, lo único que me queda es su ausencia.

 La alarma de las 6:30 a.m. está sonado, la apagó, siento lagrimas caer de mis ojos, me siento en la orilla de la cama, con muchos sentimientos en mi corazón, ¿Acaso eso fue una despedida?, tal parece que si. Tengo que alistarme para ir a trabajar al hospital.

En todo el trayecto de la residencia al hospital voy muy pensativa, la verdad que no se ni yo misma que me pasa, tal vez los sueños eran compartidos y el chico de mis sueños (el doctor Chris) también soñaba con migo, ¿Pero por qué se despidió de mi?, ¿Por que soñaría con migo si él estaba en coma?, ¿A qué se refería con la oscuridad de su vida?, tengo tantas preguntas que no me alcanzaría la vida para responderlas.

Sin darme cuenta he llegado a el hospital, saludo a la enfermera encargada de la recepción del hospital (Lucía, quién tiene un nombre muy parecido a Lucy), me dirijo a ponerme el uniforme del hospital en los vestidores, salgo y me dirijo a la habitación del doctor Chris, tengo que ver qué este bien, aun que yo este desecha por dentro, ese sueño me ha dejado sin estabilidad emocional.

Abro la puerta de la habitación de el doctor Chris, ¡SORPRESA!, él no se encuentra en la cama, los aparatos, y la cama están completamente ordenados, la habitación en si esta totalmente ordenada y limpia, como si el hubiera despertado; acaso él ya despertó, y por eso se despidió de mí en mis sueños.

No puedo con la curiosidad de saber que pasó con el doctor Chris, las manos me tiemblan, siento un gran hueco en el pecho, está preocupación hace que el piso del hospital se alargue, siento que no encuentro a Lupe, o alguien que me explique que ha pasado. Sin darme cuenta tropiezo con Marie quien parece estar pasando por lo mismo que yo, su cara está pálida de la preocupación y sus manos tiemblan como las mías,  seguro que nadie se dio el tiempo siquiera de avisarle a ella (ni a mí), que poco les importa lo que puedan llegar a sentir las demás personas.

—Hola Clara, de casualidad sabes ¿Por que Chris no se encuentra en su habitación?

—No doctora, la verdad es que yo también estoy en las mismas que usted, no tengo ni idea de donde este.

—¿Y a Lupe la has visto?

—No, de hecho estoy buscándola, pero nada, no la encuentro.

Entonces ella toma su teléfono y marca un número—Hay no debería de estar haciendo esto, me prometí no volverle hablar, pero que otra opción tengo—dice susurrando; al parecer le contestan la llamada—¿Hola, Luis?, oye quisiera saber el por qué Chris no se encuentra en su habitación—al parecer le dice algo muy bueno, porque su cara se ilumina de felicidad al escucharlo—¿Enserio?, vamos para allá; y por cierto no es que quería llamarte, solo que eras mi única opción para saber que paso con ese insecto, okey, bye, (Pero pareciera que ella trato de llamarle infinidad de veces, pero al final se arrepintió).

Ya fuera de la llamada, ella me extiende su mano—Vamos—dice esperando a que tome su mano, su cara luce como la de una niña a la que le acaban de regalar una Barbie.  Tomo su mano y caminamos por el pasillo de habitaciones de pacientes normales—Lo acaban de instalar en una habitación, para que termine de recuperarse, al parecer no tiene secuelas del coma, eso esta de lujo, no.

—Si, claro—dije nerviosa, tengo miedo de verlo, que tal si no es como en mis sueños, que tal si es una mala persona, bueno, eso no lo puedo saber si no hasta conocerlo y que él me conozca a mí.