Amargo como el café.

369 30 4
                                    

Después de tratar de 'dejar en claro' que yo no era ese 'tipo' de personas, salí de aquel café a toda prisa, esperando que nadie hubiese notado que aquel chico me había besado, mi cara se sentía con gran calor, cómo si el rostro se me hubiese incendiado, ¿Por qué lo hizo?. La pregunta en verdad era; ¿Por qué no lo aparte?.
Mi estómago me torturaba, y pensaba en cómo sería mi vida después de eso, apenas llegué a mi casa, y fuí directo al baño a vomitar por los nervios, si mi madre me encontraba, tenía que inventarme una excusa, y rápido. Algo me cayó mal.
No solía mentirle a mi madre, pero ahora tenía que hacer una excepción. Salí del baño, y fuí a la cocina, no parecía haber nadie en casa. Una nota en el refrigerador;

'Diego, salí a cenar con tu padre, vuelvo hasta tarde, no nos esperes. Te dejé comida en el horno. Besos cariño.'

Comer ahora parecía imposible, joder, ahora sí que lo odiaba, no, en realidad no podía odiarlo, iba en contra de todo lo que pensaba, pero no podía evitar tener un sentimiento extraño por el, ¿Qué hago?. La pregunta resonó en mi mente, pero no fue acallada por alguna respuesta, si no que esa pregunta, atrajo a otras. ¿Qué sería si alguien nos vio?, ¿Mi vida seguiría siendo normalmente miserable?, de alguna forma quería que las personas supiesen de mi, pero no de esta forma. Me apoyé con la espalda en la pared, y me deslice lentamente, hasta estar ahí, abrazando mis rodillas, me sentía frustrado, agobiado, y estúpidamente no podía dejar de pensar en su sonrisa, esa estúpida sonrisa que podía alegrar a cualquiera, pero que ahora, no podía ver, tan solo recordar. Joder, seré estúpido, esa sonrisita quizá había arruinado mi vida, si tan solo ese día, lo hubiese ignorado, quizá se hubiese ido, y me hubiese en paz, ahora estaba tomando un trago más amargo que el café, y no me gustaba para nada.
- ¿Y si alguien de la escuela no vio?, quizá estaba ahí por mera curiosidad, y. . . Debí haberlo apartado. - Mi estómago, mi mente, todo ahora me hacía sentir horrible, pésimo.
Decidí que descansar era lo mejor que podría hacer, quizá nadie nos vio, quizá mi vida pueda seguir siendo normal, quizá este sentimiento extraño por ese tipo, del cual no tenía conocimiento ni de su nombre, se iría algún día. Sí, quizá.

Dulce & Amargo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora