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Él era el hermano mayor.

Se supone que él estaba a cargo de la protección de todos sus hermanitos menores después de la muerte de sus padres.

Se supone que él debía cuidarlos a todos.

Él era el nuevo alfa de la familia.

La noticia que Tanjiro Kamado recibió cuando volvió a su casa, posterior a cumplir la última voluntad de sus padres, fue que en su ausencia, un viejo amigo de la familia se había llevado a Hanako y Nezuko, y ahora, los 3 iban rumbo a Kyoto.

—¡¿Qué, qué?! —exclamó embravecido, como pocas veces lo había estado en su vida—, ¡¿amigo?! ¡¿Qué amigo?!

—El señor Kib-butsuji —respondió Takeo, asustado, al igual que sus otros dos hermanos menores, del estado de ira de Tanjiro.

A todos los hermanos Kamado, sobre todo a los más pequeños, Muzan Kibutsuji les daba miedo; sí, incluso a Tanjiro, ese tipo le daba escalofríos. Takeo a veces alardeaba diciendo que el sujeto no era la gran cosa.

Pero sí era la gran cosa.

Tan solo sentir su mera presencia a los lejos era atemorizante, hasta el punto de quedarse paralizados todos ellos en sus sitios. Por eso, cada vez que Muzan Kibutsuji se acercaba, era el señor Kamado quien salía de casa y lo recibía a algunos metros de distancia, lejos de sus hijos; hablando con él sobre sabrá Dios qué.

Por otro lado, los menores también solían asustarse mucho cuando Tanjiro, su querido y gentil hermano mayor, cambiaba su siempre relajado rostro, por uno más tenso, con sus ojos rojizos como la sangre, brillando; alargando su pupila (usualmente redonda) hasta ser casi inexistente.

Tanjiro sabía que estaba ardiendo en llamas desde el interior, que eso ponía mal a sus hermanitos y por eso debía soportar el malestar. Mantener la poca compostura que le quedaba era la única opción si no quería empeorarlo todo.

—¿A dónde dijo que se las llevaría? —preguntó sombrío.

—A Kyoto —respondió Takeo, otra vez—, le dio esto a Nezuko. Luego de que ella leyó la carta de papá, él se las llevó a las dos.

Takeo, temblando, le extendió un pergamino. Tanjiro lo sujetó con fuerza.

Por el aroma, la caligrafía de los kanjis y lo antiguo que parecía ser el papel, Tanjiro no pudo creer que su propio padre hubiese hecho esa carta incluso antes de estar en su lecho de muerte.

En ella, él expresaba su preocupación hacia Nezuko y Hanako en caso de que él y su esposa muriesen estando ellas aún sin compañeros, pues al parecer, Tanjūrō Kamado en el fondo no confiaba tanto en su primogénito para protegerlas como se le había hecho creer a Tanjiro.

Luna Solar |【 Estaciones Lunares 1 】| 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora