『Tanjiro x Kanao』Tanjiro Kamado es un joven demonio que irá en contra de la última voluntad de sus padres antes de morir: permitir que sus hermanas sean vendidas en okiyas de geishas y cuidar sólo de sus hermanos. Decidido a rescatarlas, él viaja ha...
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Kanao tampoco estaba interesada en los juegos de niños o en celebrar ninguna festividad. Si acompañaba a las hermanas Kochō y a las otras chicas de la finca a esas actividades, era porque ellas se lo pedían.
Dado a que las chicas demonio envejecían demasiado tarde, incluso más tarde que los chicos demonio, Kanae pedía que trabajasen como geishas por 10 años durante su larga adolescencia. Y eso era porque algunas casas de té, eran frecuentadas por hombres humanos que no tenían ni idea de la existencia de los demonios.
10 años. Sólo un suspiro más para Kanao.
Las otras 3 chicas que Kanao no había conocido (pero sí había visto en algunas fotos) habían cumplido su cuota con la okiya en el tiempo establecido, luego se habían retirado.
Kanao y Aoi, chica con la que casi compartía edad, estudiarían juntas en la pequeña escuela para geishas y en menos de un año serían las nuevas hermanas menores de Kanae y Shinobu, dos geishas de alto renombre en Kyoto.
Naho, Kiyo y Sumi, al tener no más de 40 años, tendrían que apoyar a la okiya limpiando y organizando todo en lugar de Kanao y Aoi. Cuando pasasen de los 100 años, podrían estudiar también aquel fino arte. Mientras tanto en casa, Kanae y Shinobu les enseñaban de vez en cuando a leer y escribir, modales, música y cultura.
Los clientes humanos, gracias a la permanente técnica de un demonio hembra (que Kanao nunca había visto, pero de quien sí había oído cosas interesantes) ni siquiera se percataban de que, demonios como Shinobu, Kanae y otras geishas más, llevaban trabajando más de 90 o hasta 150 años. Así que, ser descubiertas como demonios, por los humanos, no debería ser una preocupación tan grande, mientras permaneciesen en el barrio de geishas siendo discretas, todo estaría bien.
Además, las okiyas de este barrio sólo tenían demonios. Era raro que alguna de estas tuviese sirvientes, maikos o geishas humanas.
Por lo pronto, Kanao y Aoi recién empezaban sus clases como aprendices cuando la temporada de celo llegó y les pegó por primera vez a ambas.
Aoi de alguna forma que nadie se explicaba logró... ¿escapar?
Kanao no lo tenía del todo claro, pero había oído a Shinobu decirle a Kanae que "la muy insensata" se había dejado llevar por el pánico y se había ido a encerrar a una cueva, o algo así.
»Ve a buscarla, Shinobu. No es bueno que esté sola si es su primer celo. En una cueva, cualquiera podría encontrarla y tomarla ahí. Ojalá no sea un grupo de machos quienes la encuentren, yo aún sigo haciendo el brebaje supresor.
»¡Lo sé, lo sé! ¡Ya voy!
Kanao por otro lado, no sintió nada de lo que Kanae le había advertido que pasaría. No se sentía acalorada, tampoco ansiosa por nada, mucho menos le llamaba la atención eso de atraer machos a su lecho, pues sí, Kanae le ilustró con algunos filtros lo que pasaría con su cuerpo en esta temporada y dónde entraban los machos en esa ecuación.
