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¿Qué clase de clasificaciones eran esas? Se supone que sólo existían 4 escalas de demonios en la jerarquía.

Pero, si lo pensaba bien, tenía sentido que esa mujer ahora estuviese emitiendo un dulzor característico de un demonio omega.

—Mi nombre es Tanjiro, Tanjiro Kamado —se presentó primero como dictaba la educación japonesa—. ¿Quién es usted?

—Kanae Kochō, un gusto.

—Señorita Kochō —musitó Tanjiro—, no quiero ser grosero, y le agradezco la información que me acaba de dar... pero no quisiera compañía en estos momentos. No pienso quedarme aquí por mucho tiempo.

—Lamento oír eso, pero parecías ser un chico que necesitaba un sitio donde alojarse.

Percibiendo algo extraño en esa desinteresada oferta, Tanjiro no quiso responder, se limitó a beber otro poco de su té.

—No sé exactamente que te ha traído aquí —musitó la señorita Kochō—, pero mis instintos me guiaron hasta ti.

—¿Ah, sí? —dudoso y curioso, Tanjiro miró a Kanae, quien le veía de vuelta, como si estuviese analizándolo.

¿Para qué?

—Como sabrás, la época de celo está próxima.

Ver esos bonitos ojos rosados de pronto se volvió algo incómodo.

El chico sintió un tic bajo su ojo derecho al mismo tiempo que percibía cómo su cara iba cambiando de color y temperatura.

¿Acaso esta señorita...?

—¡Tampoco vine a eso! —espetó alarmado y avergonzado, a punto de soltar su vaso con té.

—No hablaba de mí —ella sonrió como si le hablase del clima y no de algo demasiado íntimo—. Verás, a pesar de que aún no tendría que pasar, mi hermana menor ya está presentando su celo, ella es virgen aún, y dado a que no tiene un compañero... ni amigos o conocidos machos, no han parado de llegar demonios insufribles tratando de molestarla. Es agobiante alejarlos de mi propiedad; lo peor es que la mayoría son alfas y es difícil dialogar con todos ellos a la vez.

—Disculpe, no entiendo su punto —sintiéndose cada vez más incómodo, Tanjiro se alejó un poco de Kanae—. ¿Acaso en este lugar no hay demonios que... hagan ese tipo de favores?

En su pueblo no había tal cosa. Por eso, demonios de diversos pueblos se reunían en un sitio específico en el interior del bosque en la búsqueda de compañeros o compañeras para sus encuentros fugaces.

No era nada cómodo tener sexo cuando oías a otras parejas teniéndolo también, pero eso era lo que había en el sitio donde Tanjiro venía. Y aunque a la mayoría les diese igual si los oían entre ellos o no (pues una vez que los instintos gobernaban el mundo podía irse al cuerno) a Tanjiro aquel detalle le era muy incómodo. Era algo muy anti-afrodisiaco oír, ver u oler lo que otros hacían.

—Por tu olor sé que tampoco tienes compañera. No quisiera que fuese un alfa el primer compañero de mi hermanita, cuanto menos un omega —hizo un gesto de preocupación—. Ella es... un poco tímida... también un poco diferente. Así que por eso tampoco buscaría a un demonio mayor que tuviese ese tipo de empleo, para ella —siguió diciendo Kanae en ese tono tan relajado que adormecía los sentidos en un buen término—, pero si te incomoda mi propuesta, entonces creo que debo disculparme y dejarte en paz.

Ella no estaba enojada ni ofendida, tal vez un poco apenada, Tanjiro lo pudo oler.

Lo que también olió de pronto, fue una fuerte fragancia que opacó por completo a la de Kanae Kochō y logró que él soltase el vaso de té, el cual se rompió al contacto con el suelo.

—Ay no —musitó Kanae un poco asustada—, ¿por qué está afuera? ¡Oye! ¡Tapa tu nariz!

Fue demasiado tarde. Tanjiro, de pronto, lo único que supo fue que el alfa en él despertó agresivo y deseoso por encontrar la fuente de aquel aroma floral que diferenciaba mucho del de Kanae Kochō.

¿Jazmines? ¿Omega? Ningún otro demonio podría tener ese adictivo olor.

En definitiva, no era una hembra alfa o una beta. ¡Quién sabe lo que era! ¡Pero tenía que encontrarla!

Y él, olvidando por completo a sus hermanos, hermanas, el reciente fallecimiento de sus padres y hasta su propio nombre, ya estaba corriendo en su búsqueda.

No sabía lo que era, pero lo tenía por completo dominado; y eso que él presumía de tener un perfecto control sobre sí mismo.

—¡Espera! —lo llamó Kanae, tomando el morral que Tanjiro había dejado olvidado, siguiéndole el paso y llamándolo, pero no hubo caso.

Tanjiro estaba buscando, aun si para eso empujaba a las personas que se le atravesaban.

—Cielos, esto es malo —masculló Kanae Kochō mordiéndose la mano derecha, presionando con fuerza para extraer sangre—. Técnica de sangre demoniaca, naturaleza floral: insomnio.

El cuerpo de Tanjiro, y otros pobres demonios que corrían desesperados en círculos igual que él, cayeron de golpe y se estrellaron en diversas partes de la zona, desde paredes, comercios y el propio piso, ante la vista de muchos humanos que quedaron extrañados, mas no hicieron nada por ellos (tal vez creyéndolos borrachos) y siguieron con sus asuntos.

—Kanao —masculló Kanae desaprobatoriamente, mirando al frente.

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Luna Solar |【 Estaciones Lunares 1 】| 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora