03 - Expresiones Humanas

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Al dormir lo más molesto es no encontrar un buen sitio donde hacerlo sin tener que probar varias posiciones hasta poder descansar cómodamente. Para suerte de una japonesa, había encontrado algo donde podía acomodarse de mil maneras y aun así sentir como si descansara como una diosa.

Incluso podía finalmente calmarse al saber que el incidente de la lechuga no fue nada más que su cerebro jugandole una extraña broma por no asistir a la tutoría de la profesora Ursula de la madrugada por el cansancio que le había dejado esta semana.

Particularmente aparte del sueño extraño que tuvo, lo único que le parecía raro de esta especie de almohada o colchón era como parecía moverse, pero aun así dado a lo bien que estaba durmiendo, no le era un inconveniente. Al menos hasta que esta comenzó a moverse más de lo normal emitiendo quejidos cosa que la comenzó a molestar y despertar.

Por lo que, cuando se abrieron sus ojos. Solo pudo mirar un poco del rostro de una chica sobre la que estaba recostada en su torso quien la empujó de la cama de manera algo brusca haciéndola caer de forma algo cómica, aunque no era nada grave pues ya se había probado que la cabeza de la castaña es casi indestructible.

Cuando Atsuko reaccionó del golpe que se dio contra el suelo, volteo a ver quien se había atrevido a hacerle eso quedando totalmente perpleja al ver que era una chica peliverde, por lo que según lo que asume con las pocas neuronas que le quedaban luego de tantos golpes. Las lechugas mágicas humanas no son solo una fantasía bizarra japonesa.

En eso iba a cuestionar por qué le hizo eso, pero luego conectando milagrosamente de nuevo sus neuronas quedó aún más perpleja al entender que era aquella almohada tan cómoda.

Para resumir, Ursula las había dejado descansando en su habitación al luego de que estas hablaran un rato tratando de presentarse hasta terminar cayendo dormidas la una sobre otra, pero la nipona indirectamente seguía con su actuar completamente heterosexual con la "ex-lechuga" al usarla para descansar provocando incomodidad en esta prosiguiendo a lo que ahora paso, asi que...

-No puede ser... ¿Estás bien? -preguntó la lechuga de forma molesta preocupada un poco al ver como la castaña seguía con su cara estampada en el suelo.

-Bueno, creo que lo esto-... -intento decir la castaña para no dejar la aparente preocupación de su creación peliverde.

-¿Que se supone que estabas haciendo?, se supone que soy un objeto, pero no es para que me trates de usar de canasta o como te refieres a donde descanses -cuestionó la peliverde instantáneamente.

La japonesa se levantó para seguir la conversación. -Bueno, v-veras, pues... -intento pensar cómo explicarle que pensaba, pero toda idea en su cabeza sonaba peor. -Olvidalo, lo siento lechug-, ugh, ¿de verdad quieres que te llame así? -preguntó cambiando de tema.

-Es el mínimo respeto que creo que me puedes tener luego de hacerme esto y no poder revertirlo, ¿porque alguien desearía tener un nombre? - inquirio la peliverde.

-¿Por qué los nombres le dan algo de único a una persona? -explicó con duda la castaña ante la pregunta extraña para ella del razonamiento de la "ex-lechuga"

-Mira, yo me llamo lechuga por que soy una lechuga como todas las demás lechugas, ¿por qué tú no puedes simplemente llamarte humana si tu única especialidad fue convertirme en este desastre? -pregunto irritandose un poco por él como volvían a explicarle "estupideces de los humanos".

-Por que hay cientos de humanos en el mundo como para que todos se llamen así, ¿no te gustaría poder tener un nombre que te diferencie de todas tus parientes lechugas? -explicó tratando de obtener una forma más fácil de decirle a la chica lechuga además de quitarle esa mentalidad que no paraba de parecerle extraña y cerrada.

-Realmente no, o tal vez si, pero se que solo es un intento tuyo por querer convencerme de ser más que lo que en realidad soy Kagari- asumió con el incomodo añadido de llamarle por su apellido como si fuera una maestra de Luna Nova.

-Solo dime Akko..., y créeme, no te hará daño tener una forma en la que se refieran a ti, podría darte opciones como no se, ¿Amity? - sugirió con algo de esperanza de poder lograr darle un nombre comenzando a dictar nombres de varias series que había visto jugueteando un poco con las opciones.

-No me vas a convencer -negó rápidamente la peliverde harta de discutir de un tema que le sonaba tan estupido.

-¿Weiss? -sugirió nuevamente Atsuko.

-Que no -negó nuevamente la lechuga.

-¿Quizá Asami?- sugirió tercamente Atsuko.

-No. -negó ya bastante molesta por la insistencia.

-Vamos... ¿Diana? -sugirió ya apunto de rendirse.

-N-, espera, de hecho, ese por alguna razón, no suena tan mal -mencionó gustando del nombre sin ninguna razón conveniente para la trama en particular.

-Andre-, oh, ¿entonces quieres que te llame así?, ¿Diana? -pregunto alegrada de haberle finalmente acertado.

-Claro que no quiero un nombre, solo dije que ese no sonaba mal, pero, ¿puede que permita llamarme así? -dijo sonrojada pues no le gustaba haber cedido tan fácil ante la presión pese a que el nombre realmente le gusto.

Diana.

Ahora era una Diana, no sabía si eso significaba algo en particular y aun así lentamente formaba una sonrisa torcida ante la idea de imaginarse de que la llamaran así desde ahora, aun si eso era relativamente aceptar un poco el hecho de que su estadía como humana duraría algo de tiempo...

-Entonces, que así sea, mi estimada Diana, ¿podríamos seguir con tu apellido? -añadió curiosa de ver hasta donde llegaban las posibilidades de una humana que nunca fue una humana.

-¿Qué es un apellido? -preguntó confusa Diana saliendo de sus pensamientos.

-Ah, ¿cómo es que sabes tantas cosas y a la vez otras no? -preguntó curiosa Atsuko.

-Todos mis dias vi desde mi canasta en la cocina donde unas criaturas similares a los humanos venían a regarme, así escuchaba cosas y descubria mas sobre ustedes -explico la peliverde.

-¡¿Me estás diciendo que todo este tiempo podías ver?!, ¡las lechugas no tienen ojos! -dijo sorprendida la castaña ante tantas cosas raras que había en esta lechuga, preguntandose si todas las verduras eran así.

Muchos cuestionamientos fueron debatidos entre lechuga y japonesa desde ese punto y si bien al inicio la lechuga se mostraba algo incómoda pese a su curiosidad a todo lo planteado, disfrutaba de la conversación con todas las palabras que nunca pudo decir antes.

Pasarían para ambas chicas minutos que fueron horas para la profesora Ursula antes de volver a la habitación esperando encontrar un desastre, que para su sorpresa fue inexistente, encontrando a la castaña leyendo junto a la peliverde leyendo un diccionario que sorprendentemente esta última parecía entender.

Aún le faltaba mucho que entender a la lechuga humana, y a sus acompañantes, pero en tan solo unas horas, ¿podría ser que la peliverde cambiara de opinión sobre todo lo que había pensado por meses?

Seguramente no, pero al menos lentamente había adquirido una identidad mayor a ser sola la pequeña señorita lechuga simple que pensó que siempre iba a ser.

-o-

El capitulo es obvio que quedo mas corto de lo normal, pero se debe a que anduve ocupado y no me podia esperar a postear esta parte que me gusto particularmente.

Igualmente, posiblemente al terminar el fic lo reedite completamente en una edicion mucho mas pulida, pero sin mas que decir, les deseo buena noche.

-Shaw, 10/11/22

Según Una Lechuga [Diakko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora