Capítulo 11.

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Nuove sfide.

Nicolás.

Las traiciones y mentiras vienen de quien menos lo esperas.

En el mundo criminal te enseñan a no confiar ni en tu sombra, a estar consciente en todo momento, pero nadie habla sobre la delgada línea que existe entre la crueldad y la humanidad de una persona que se vuelve un criminal. He matado, torturado y hecho miles de cosas que muestran la crueldad con la que me forjé para entrar a este mundo; pero también mostré mi humanidad enamorándome, mostrando que hasta la persona más sádica tienen puntos de inflexión.

Clavo mi vista en una sola dirección mientras mi trago se desliza por mi garganta de forma amarga y no sé si es por la cantidad de alcohol que tiene o por lo que mis ojos ven, como si fuera un imán desde que paso por la puerta mi vista se clavó en ella a pesar de traer un antifaz que cubre la mitad de su rostro la puedo reconocer, podrá estar a kilómetros de mí y aun así sabría que es ella.

—Como te decía el clan búlgaro es el creador de la nueva droga...

Me muevo harto de mentiras y coqueteos por parte de la mujer que estaba a mi lado; el hecho de que Luciana no dé la cara como creadora del CB15 ocasiona que muchos tomen méritos que no les corresponden porque, aunque me joda la droga que ha puesto a temblar al mundo fue creado por una niñita de veintidós años.

Una maldita traidora.

Algunos murmullos llaman mi atención en el trayecto hasta la ubicación de la mujer que se ha robado mi atención y la de todos de este lugar desde que llego. La tomo luego de unas protestas por su parte y la llevó a la pista de baile la cual se inunda de una canción romántica. Para terminarla de joder.

Los murmullos se vuelven insonoros por la música evitando que termine de escuchar. Por fortuna había escuchado lo suficiente.

No entiendo que hago bailando con el enemigo, con la persona que me traicionó. Por más que debo alejarme de ella, no puedo, es como que cada que la veo debo tenerla cerca. Lo detesto, la detesto.

Debería estar haciéndola pagar por todo lo que hizo, debería esta vez tomar mi pistola como años atrás y terminar con ella como es debido, pero en vez de hacer eso estoy aquí bailando con ella.

El aroma de su ser me envolvió y apreté la mandíbula con furia, recriminándome por que me gusta tanto.

—Lo que hiciste lo pagarás muy caro, pero por ahora vete. —habló sin dejar de ver a mi alrededor.

—Si me voy no va hacer porque tú me lo ordenes.

Tengo más que claro los roles que tenemos en estos momentos, sin embargo, la sensación que peligra se alberga en mí. No sé cómo, pero me cobraré lo que me hizo, aunque no en este momento.

La música llega a su fin, la mujer con antifaz se aleja de mi dejando cierta zozobra, su presencia sigue generando reacciones en mí y no sé si quiero pegarle un tiro o b... «Déjate de estupideces» me reprendo mentalmente, ahora solo quiero ver a Luciana hundida y sintiendo en carne propia lo que yo viví cuando me enteré que todo fue una mentira.

Me alejo de la vista de todos hasta un rincón del salón donde recibo un trago. Sigo escuchando murmullos que llaman mi atención. Ya terminé de hacer las negociaciones que requería por ello disfruto el trago para luego irme, camino hacia la salida sin importarme como recaen en mí algunas miradas de cierta parte de los invitados. Soy el líder, estoy por encima de ellos y a muchos les jode.

Algunos quisieron quitarme el poder, pero no pudieron porque demostré quien soy y porque estoy donde estoy. 

—La señorita Luciana ya se ha ido —me informa Hans cuando me lo encuentro en el vestíbulo—, aunque se entretuvo unos minutos ya que la mujer que estaba con usted se acercó a hablarle.

Mi pequeña mentira.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora