Invierno-V

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En un principio ellos discuten, ya sea porque Louis invade el espacio de Harry demasiado o porque Harry escapa perdiéndose de la vista del mayor por horas, de modo que ya eran previstas sin falta las peleas.

Anelice intentaba calmar al menor para que este entrará en razón y comprendiera que su seguridad y la de todos ahora era lo mas importante y que la reina habia sido amable al dejar a alguien como Louis protegiéndolos cuando debería estar protegiéndola a ella.

Y Harry como buen hijo haciendo sentir orgullosa a su madre, obedecía regresando con el ojiazul pidiendo alguna disculpa. Pero no siempre las disculpas venían del rizado, en ocasiones Louis también hacia aun lado su orgullo prefiriendo estar en buenas condiciones con el menor, era algo equilibrado para ambos y funcionaba.

Después de una vergonzosa disculpa, al final del día terminaban juntos en la biblioteca compartiendo historias y anécdotas del pasado con las que comenzaron a hacerse mas cercanos.

–¿Entonces es mentira que perdiste una batalla por salvar a un compañero?

–Quisiera saber quién invento eso

–Tal vez, los queridos franceses queriendo machar tu reputación

–No lo harían, pero veo muy capaces a los españoles– sonrió

Soltó una sonora risa que contagio al mayor –Puede ser, aunque hablando de franceses, si eres de Francia ¿Por qué no tienes acento?

–Fui criado en Inglaterra, luego surgieron algunos deberes en Francia y me enamoré... de muchas cosas, tanto que pasé gran parte de mi vida allí

–¿Enamorado, como de una chica? – En el fondo Harry no quería saber esa respuesta

–No del todo, Francia se convirtió en un lugar importante para mí era mi lugar seguro, me hacia sentir menos solo

El ambiente se tornó tenso, pero había más, como si logrará sentir ese vacío en Louis que suele relucir de la nada.

Harry no quiso entrometerse e intento apaciguar el sentimiento.

–Louis de Brienne, rey del sol, soldado temido en batalla por los grandes ejércitos del norte y del sur– dijo Harry en tono burlón

El mayor presto atención aparentando estar ofendido.

–Tu nombre sí que es gracioso, Harry Cecil de Aragón, príncipe temerario, joven y atractivo

–Lo temerario se me da bien– guiñó un ojo

–Ya lo creo, lo he comprobado unas cuantas veces

Podrían sentarse por horas y sus conversaciones se extenderían ya sea cual sea el giro que diera, aunque dejando de lado su vida personal, pues más allá de las historias, sabían muy poco del otro en cuestión a sentimientos y no es incómodo en ningún sentido, evitan el tema, pero a veces es difícil no ignorar cosas y preguntar. Oye Harry, te escuche llorar casi toda la noche, ¿te encuentras bien? o también, oye Louis ¿Por qué la mayor parte del tiempo te veo trabajar incluso en las noches? ¿alguna vez descansas o si quiera duermes?

Ninguno se atreve a cuestionar y Harry lo prefiere de ese modo, les costó llegar a esa poca confianza que compartían, porque dar un paso con Louis es avanzar mil más y por ahora prefiere que perdure lo poco que el mayor le otorga, no importa sin migajas.

–Quiero cabalgar un poco, ¿quieres hacerme compañía? – preguntó Harry aun sabiendo que la respuesta seria un rotundo no

–No puedo hacerlo, debo terminar un reporte y enviarlo al parlamento cuanto antes

–Esta bien, te veo más tarde– suspiró

–No te alejes mucho del castillo– advirtió Louis

–Ni siquiera me atreveré a salir

Strigoi L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora