Tres siglos, tres malditos siglos trascurrieron para que pudiera encontrar su verdadera paz y podria seguir contando y aun así le resultaba impensable que después de tanto tiempo su interior estaba tranquilo.
Fueron incontables luchas que dio por perdidas.
Cuando decidió hacer la transición nunca imagino la desdicha que afrontaría, aun cuando sus sentimientos habían desparecido por completo sabia que algo le hacia falta y cuando trataba de recordar la sensación fue como si nunca hubieran estado ahí, no sabia describirlo, en ese entonces estaba muy confundido.
Se habia convertido en un ser despreciable, actuaba por puro placer, las demás personas eran simples objetos que usaba para satisfacer sus necesidades, ni siquiera podía pensar en hacer algún amigo, no confiaba en su propio instinto.
Un vacío en bucle interminable que nada o nadie llenaba por mas que buscara.
Vago por el mundo en una inmensa soledad regodeándose entre las masas de cadáveres a su alrededor, quería por lo menos sentir culpabilidad y acabo siendo un psicópata por muchos años.
Su increíble atractivo y carisma fueron los que ayudaron a esconder su verdadera naturaleza creando una "farsa" como él lo llamaba.
Louis de Brienne, apodado como el rey del sol.
Cada vez que lo escuchaba reía con cinismo, pues la realidad estaba alejada de lo que la mayoría pensaba.
El día que tomo el puesto como caballero comandando los ejércitos de Francia, fue por puro egoísmo, un simple gusto del demonio en su interior cada vez que clavaba sus dientes o espada, era un monstruo que despedazaba a sus victimas mientras los demás a su alrededor vitoreaban.
No tuvo que acostumbrarse, era simple, el sonido del dolor y desesperación llegaron a ser de sus favoritos en cada batalla y siempre salía victorioso.
Pero la vida lo habia tomado desprevenido en unos de sus cortos viajes a Inglaterra, celebraban una batalla mas y lo encontró, encontró a la persona que hizo a su corazón volver a latir.
A regañadientes, escapo esa misma noche maravillado ante el miedo instalado en su pecho.
Los meses pasaban y sus habilidades habían dejado de ser las mismas, se distraía con facilidad y tambaleaba al asesinar, ese maldito rostro grabado en su cabeza lograba sofocarlo, habia sido su perdición, ese chiquillo escuálido con hermosos rizos de por medio.
Intento olvidarlo, realmente lo intento y aun así estuvo apunto de ir en su búsqueda, pero la poca cordura que le quedaba le impedía ser impulsivo y su interior lo apedreaba por ser tan estúpido y no reclamar lo que era suyo por derecho.
Los años pasaron y fue mas difícil olvidar, cada noche soñaba con aquel niño pidiendo de su ayuda, lloraba y sufría.
Conocía perfectamente ese dolor, soledad, en su máximo esplendor, en tan solo un niño.
Por instantes llego a pensar que solo era su interior jugándole una broma muy pesada, incluso aseguraba estar enloqueciendo, no podía ser que después de casi siete años aun lo recordaba como si lo hubiera visto recientemente.
Y luego como si el destino lo estuviera observando, no hubiera imaginado que la carta que recibió esa mañana helada cambiaria su vida por completo, habría ganado contra su interior de no ser por el maldito pergamino.
La nueva reina de Inglaterra solicitaba de sus capacidades para enfrentar un caso desconocido.
Cuando se vio a bordo del barco sabia que estaba siendo impulsivo, habia dado tantas vueltas en la habitación que creyó que un agujero se abriría en el suelo después de considerar los pros y los contras. Se dijo así mismo que solo seria un trabajo, nadie saldría perjudicado, solo seria una visita mas evitando al máximo cruzarse mas de lo debido con cualquiera y exactamente eso habría hecho de no ser por aquel chiquillo que termino encontrándolo a él.
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Strigoi L.S
Fiksi PenggemarHarry quiere encontrar la verdad detrás de los asesinatos que han estado ocurriendo en pueblos y ciudades de Inglaterra, pero cierto caballero de ojos azules parece entrometerse cada vez que hace un hallazgo. ¿Por qué su temperatura corporal es tan...